Raíces y Experimentación: El Viaje Musical de «Blops» (1971)
En julio de 1971 se lanza la segunda placa homónima del quinteto chileno Blops, un disco que sirve de ejemplo de una generación: Un trabajo colaborativo, adornado por nuevas perspectivas de vida que buscaban imponerse ante el conformismo que la guerra fría intentaba establecer en esta esquina del mundo.
Popularmente conocido como «Del Volar de las Palomas», este registro presenta, sin querer, una comunión entre la tradición chilena de su folklor y la ya establecida música de vanguardia reinante en Europa, donde sus exponentes supieron representar distintos estilos que adornan esta larga, angosta y sufrida faja de tierra.
La Nueva Canción Chilena y la Nueva Ola se habían tomado las radios, pero ¿Qué buscaba expresar la juventud en aquellos días? Descúbralo tras estas líneas.
Julio comienza en julio
Primero los antecedentes más (des)conocidos: La fundación de Blops, que ya te contamos previamente (junto con el origen del nombre), nace de la mano de Julio Villalobos y los hermanos Alejandro y Pedro Greene, en 1964. De ahí hasta 1969, las formaciones cambiaron rápidamente pero el sonido era más o menos el mismo: un rock&roll experimental (beat, le llamaban), improvisando entre medio de covers de The Beatles y The Rolling Stones.
En 1967, Julio inicia su noviazgo con Paula Sánchez, hijastra del cantautor Ángel Parra. Ángel era conocido, además, por ser hijo de la importante cantautora nacional Violeta Parra. En calidad de “yerno”, ambos compartían mutuamente técnicas de digitación en guitarra hasta que, en 1968, Ángel invita a Julio a participar en su disco “Al Mundo-niño, le Canto”. Esta experiencia no marcaría un antes y un después en Julio: más bien, sería parte del variopinto mundo musical en el que se movía habitualmente.
Efectivamente, el desplante de Julio se desarrollaba mucho mejor en la guitarra clásica por sobre la eléctrica, lo que le daba un frescor al grupo. Para 1969, año en que entra el emblemático guitarrista Eduardo Gatti, el sonido comienza a pulirse y encaminarse en una dirección más “anglo”, con Gatti trayendo toda la escuela de Clapton. Así, sin Alejandro Greene y con Juan Pablo Orrego en las cuatro cuerdas, el cuarteto llamaría la atención por tener dos primeras guitarras, un bajo y una batería. Y aunque su repertorio se reduciría a covers que dieran pie a elementos de improvisación, que perfectamente podrían ser un inconsciente eco de Syd Barrett en su paso por Pink Floyd, Blops se acaba.
La pausa no duraría mucho. Ese mismo año, un decidido Juan Contreras rearma Blops, con una propuesta original.
Ya no tocábamos temas de los Beatles; estábamos en algo propio, nuevo, fusionando todo: haciendo música de vanguardia.
Pedro Greene
Barroquita, canción que abre el primer disco, fue justamente la primera composición 100% original que Blops desarrolló, muy a la usanza de la época: Juan Pablo Orrego la presenta en el quinteto, y en comunidad se va desarrollando con arreglos adicionales. Entre medio, Villalobos entra nuevamente al estudio con Ángel Parra, participando en el legendario disco “Canciones Funcionales”, lanzado un año después.
1970: La “Manchufela”
En el verano de 1970, Pedro Greene abandona el grupo para estudiar en Berklee, EEUU, siendo reemplazado por Sergio Bezard, con menos experiencia, pero con una tremenda disciplina. Greene mencionaría en ese entonces que, en ese tiempo, la técnica de Sergio era muy superior a la suya.
Dada la relación de familia de Blops con Ángel Parra, él les consigue una sesión de grabación en un estudio de Odeón (sello que manejaba, entre otros artistas, a The Ramblers y Gloria Benavides). Dicha sesión se completó con la ayuda de DICAP, quienes lanzan su disco debut el 26 de agosto de 1970. Este disco sería reeditado en octubre del mismo año con la portada que todos conocemos (la primera edición, de 500 copias, era un sobre de papel couché blanco pintada a mano por el grupo y amigos). La fotografía interior de la primera edición, y la portada de la segunda, corrieron a cargo del famoso fotógrafo Antonio Larrea.
La Manchufela era el nombre con el que bautizaron la casona donde el grupo y sus familias se radicaron en septiembre de aquel año para vivir en comunidad. Algo extraño para estos tiempos, pero muy común para la época. Este extinto lugar era el cuartel de operaciones de Blops, donde recibían muchos músicos que participaban de largos ensayos e improvisaciones de “música de vanguardia” (beat, soul, rock, folklore, jazz, “proto-prog” y tantas otras etiquetas modernas).
Ángel Parra, Patricio Manns, Víctor Jara y Luis Advis, eran los más reconocidos personajes que daban vuelta por el lugar. Otros, como Héctor Sepúlveda (ex Apparition), Embrujo y Los Jaivas, eran embajadores de aquella generación truncada. En ese entonces, según Juan Pablo Orrego, la idea de Blops era «Conócete a ti mismo y desenrolla tus nudos y tus trenzas personales antes de pretender cambiar un país y crear una sociedad nueva».
Dos días después de instalarse en la gran casona ubicada en la comuna de La Reina, en Santiago de Chile, Eduardo Gatti presenta “Campos Verdes”. Durante esa primavera, Villalobos volvería de la playa a la casona con “Pintando Azul el Mar”, una vieja canción escrita en 1965, y “La Rodandera”, inspirada en timones que había en el living de la casa, en un ejercicio de rimas girando. El colectivo lo esperaría con “Tarde”, “Que Lindas Son Las Mañanas” y “Pisándose La Cola”. Sin parar, y ya con 6 temas adicionales para un próximo disco, en octubre se lanza el single “Los Momentos/La Mañana y el Jardín” y la segunda edición del primer disco. Este single tendría dos tirajes adicionales en 1971. En paralelo, se anuncia la victoria de Salvador Allende como nuevo presidente de Chile.
El martes 3 de noviembre, Allende asumió la presidencia en el Congreso Nacional. En la Avenida Libertador General Bernardo O’Higgins (la principal avenida de la capital, popularmente conocida como La Alameda), se realizó una celebración, las “fiestas populares del Chile nuevo”. En doce escenarios se repartieron orquestas, humoristas, compañías de teatro y animadores para celebrar la asunción presidencial. De los números musicales, que incluían a Cuncumén, Valentín Trujillo, Luisín Landáez, Buddy Richard, Inti Illimani, entre otros, Blops tocó arriba de una micro, cerca de calle Bulnes.
La gestión del nuevo disco no se detenía y la fluidez con que se organizaba todo era equiparable a la agitación del Chile de ese entonces. Julio Villalobos declararía al respecto:
En Que Lindas Son Las Mañanas, Eduardo nos dijo lo que teníamos que tocar. Me pidió que lo acompañara con el acordeón, me dictó la melodía; la intentamos hasta que salió, antes de eso no había con qué.
En Manchufela, Juan Pablo llevó la canción sola, nosotros le pusimos el acompañamiento. Esencialmente, Así No Más salió del grupo, la cinta al revés era idea de Gatti; salió sonando así, probamos no más.
En El Proclive Necesario, Juan Pablo decía que la letra era la canción, la tocábamos en recitales, salía bien. Tarde la tocaba Gatti solo con su amigo que tocaba el cello, no la trabajamos como grupo.
Juan Pablo trajo el esqueleto de Del Volar De Las Palomas, la trabajamos entre todos, yo le hice la guitarra encima. Similar fue en Pisándose La Cola, él inventó todo el esqueleto de la canción y le hicimos el arreglo inventado encima; la parte rockera salió del invento.
Cada uno hacía su parte y acompañaba al resto, que también agregaba algo.
El Río Donde Va la inventé después, en mi pieza, con piano y guitarra, en el escritorio; la fui sumando de a poquito, hasta melodías al revés le puse
Julio Villalobos
DICAP nunca intervino en la música de Blops. Los criticaban, sí, pero también añadían que esta música era un aporte al proceso, que podían hacer lo que quisieran. Para ellos, y para los sellos en general, su propuesta era demasiado libre (tal como Los Jaivas, cuyo primer álbum fue una grabación particular). En diciembre, días antes de Navidad, y aprovechando el ambiente optimista de la Unidad Popular (coalición política del presidente), el sello lanzaría el single “Machulenco/El Valle de los Espejos”, dos composiciones que correrían por parte de Villalobos y Gatti, respectivamente, donde harían gala de sus talentos innatos y distintas formas de liderar al grupo: uno, enseñando y conectando con las raíces chilenas; el otro, dirigiendo y llevando el sonido a horizontes más vanguardistas.
Las canciones del segundo disco estaban listas. Éste sería grabado en el sello de Ángel Parra, “La Peña de los Parra”, y sería ejemplo de una generación que entraba en una vía pacífica al socialismo, “con sabor a empanada y vino tinto”.
Del cantar popular
A fines de 1970 se realizan las grabaciones del nuevo disco y la marihuana era la previa a las sesiones. La canción Del Volar de las Palomas fue la primera y presentaba un problema: a Juan Pablo Orrego no le daba la voz, así que le pidió ayuda a Ángel Parra, quien la inmortalizó. Luis Advis, famoso compositor de la “Cantata Santa María de Iquique”, interpretada por Quilapayún, escribió la parte del medio en Pisándose La Cola, formando la fantástica unión de los arpegios de raíces folklóricas con la bajada rockera del final.
En La Rodandera, el músico uruguayo Alberto Zapicán, quien participó en Las Últimas Composiciones de Violeta Parra (1966), toca kultrun, y Ángel se metió a cantar en el coro junto a todos. Le parecía fantástico colaborar con gente joven. Aunque lo suyo no era el rock, la escena nacional le aportaba mucho en el sentido de descubrir una nueva faceta de la música: pasar de un mundo politizado a una generación con un sentimiento humanista-espiritual.
El gobierno impulsó, en enero de 1971, las “Vacaciones Populares”, una iniciativa que instalaba campamentos de verano en distintos balnearios de Chile. Aquí, Blops realizó una gira por Santiago, distintas playas de la región de Valparaíso, y La Serena, donde solían interpretar las nuevas composiciones. En esta última ciudad, Paula Sánchez, esposa de Julio, adquiere un cuadro de Alfonso Canala para adornar la portada del nuevo disco. Ella se encarga de hacer un corazón de papel de terciopelo y conseguir las letras para el logo. Además, junto a Francesca Colzani, realizaron las ilustraciones para el librillo que acompañaría al disco.
La gira contemplaría una presentación en el famoso Festival de Viña. Contrario a la infame leyenda, ésta estuvo lejos del desastre. Si bien la recepción no fue cálida, tampoco hubo una pifiadera. Lo que sí, el público ovacionó la popular «Los Momentos», llegando a repetirla en la misma presentación. Orrego mencionaría, a raíz de esa tibia recepción, que fue “un golpe al ego”. Gatti cuenta que, al menos a nivel personal, ese fue el germen para el proyecto “Parafina”.
Mitos aparte, Blops siguió en lo suyo. Entre ensayos por doquier, Víctor Jara convocó al grupo a participar en su nuevo disco titulado “El Derecho de Vivir en Paz”, donde dejarían su registro en “Abre la Ventana” y en la canción que da título al disco. Durante abril se agendan varias fechas para presentar el disco, y el 8 de mayo se prepara en el Estadio Chile un espectáculo con Quilapayún, Isabel Parra, Ángel Parra, Inti Illimani, y el mismo Víctor. Blops lo acompañan en los dos temas mencionados. Este recital era la bienvenida a Isabel Parra y Quilapayún como embajadores culturales del Gobierno y, aparentemente, sería el lanzamiento del importante single que da título al disco, a petición popular.
En junio, a través de Ángel Parra, Manns invita a Blops a acompañarlo en la grabación de un álbum homónimo, popularmente conocido como “Edurne”. Los cortes “Estación Terminal”, “Su Nombre Ardió Como un Pajar” y “Tamara Bunke” cuentan con la participación del grupo, mientras que “Edurne” (de Joan Manuel Serrat) cuenta con la participación de Julio Villalobos, Eduardo Gatti, y la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida por Luis Advis. Blops no se detiene: en junio, el fotógrafo René Combeau realiza una sesión desde donde se desprende la imagen del grupo para la contraportada. A fines de junio, y con un impresionante currículum desarrollado en menos de un año, se lanza el single “Que Lindas son las Mañanas/La Rodandera” para promocionar el nuevo disco.
En julio de 1971 sale a la venta “Blops”, el segundo álbum homónimo del grupo, conocido popularmente como “Blops 2” o “Del Volar de las Palomas”. Las críticas, muy positivas, destacan los matices mixtos, “a veces con características folklóricas y otras con sonido totalmente internacional”. El disco es acompañado por un librillo muy moderno para la época: letras, ilustraciones, poemas, notas al pie y agradecimientos infinitos.
A juicio de este humilde redactor, debo mencionar a este álbum como el mejor trabajo del grupo. Encaminados a lo que desarrollaría en plenitud Eduardo Gatti en el famoso “Locomotora”, desenvolviendo de manera más madura los complejos juegos de flauta de Juan Contreras entrelazándose con las cuerdas del primer disco, y presentando de manera más justa los trabajos en batería de Sergio Bezard. Sumado a esto, los bellos pasajes en guitarra de Julio Villalobos se complementan a la perfección con las sólidas composiciones de Juan Pablo Orrego, quien dirige implícitamente el álbum con el bajo y su armoniosa voz.
Dentro del círculo “prog”, este disco se pierde un poco ante Locomotora. Este último posee la ventaja de sonar como el prog mas puro, con mucho ejemplo de virtuosismo y sonido “fuerte”. Si debemos caer en el juego de la comparación, Del Volar suena como una mezcla ideal entre la Violeta Parra del “Gavilán” y el álbum debut de King Crimson, esto es, una interpretación espaciada, con una batería que suena más despacio, como la vieja escuela del jazz, pero con una dinámica fresca e irrepetible, en favor de las tradiciones y apuntando, sin querer, a un movimiento que para 1973 se habría consolidado fuertemente en el mundo con clásicos del género como “Third”, «Thick as a Brick», “Flying Teapot”, “Mëkanïk Dëstruktïẁ Kömmandöh” y “Mirage”, por nombrar algunos.
1971 avanzaría de forma sólida y ágil: La crítica los alababa por su nuevo nivel de profesionalismo, el público intentaba clasificarlos como “jazz fusión” y, además, Ángel Parra los invitaría a unas colaboraciones para el disco “Canciones de Patria Nueva” y el single “¡Cuba Va!”. Varios festivales de música de vanguardia, e incluso una posible participación en el Festival de la Nueva Canción Chilena acompañando a José Alfredo “Pollo” Fuentes. De dicha presentación, según la prensa de la época, serían finalmente reemplazados por una banda revelación: “El Congreso”.
En febrero de 1972 se lanza el single “La Sombra de un Árbol/No Llores”, de Carmen Luisa (Parra). Éste cuenta con el acompañamiento de Blops y marcaría el último registro de Julio Villalobos dentro del grupo. Fuera de la banda, Julio acompañaría a su suegro en dos sencillos para la DICAP. Problemas personales empujarían al único miembro fundador del proyecto a abandonarlos paulatinamente, dejando de asistir a los ensayos y alejándose incluso de la Manchufela.
Sin Julio Villalobos, Blops perdió su fuerte conexión con las raíces chilenas. Eduardo Gatti comandaría paulatinamente al grupo, llevándolos a un nuevo nivel inédito en la música nacional, equiparable a la escena de Canterbury. Pero esa es otra historia.
Ficha técnica:
Blops – Blops (1971)
Peña de los Parra – LPP-101
Mañana
A1 Que Lindas Son Las Mañanas (Eduardo Gatti)
A2 Pintando Azul El Mar (Julio Villalobos)
A3 Manchufela (Juan Pablo Orrego)
A4 El Rio Donde Va (Julio Villalobos)
A5 Esencialmente Asi No Mas (Eduardo Gatti)
A6 El Proclive Necesario (Juan Pablo Orrego)
Tarde
B1 La Rodandera (Julio Villalobos)
B2 Tarde (Eduardo Gatti)
B3 Del Volar De Las Palomas (Juan Pablo Orrego)
B4 Campos Verdes (Eduardo Gatti)
B5 Pisándose La Cola (Juan Pablo Orrego)
Bajo, coros, voz: Juan Pablo Orrego
Flauta, Órgano: Juan Contreras
Guitarra, Acordeón, Piano, Voz: Julio Villalobos
Guitarra, Voz: Eduardo Gatti
Batería, Percusiones: Sergio Bezard
Dibujos: Paula Sánchez, Francesca Colzani
Fotografía: René Combeau
Técnico: Angel Araos
Registrado en estudios Splendid, en diciembre de 1970
Publicado en julio de 1971
Fabricado y Distribuido por RCA S.A. Electrónica
Digitalización gracias a Francisco Muñoz:
Datos adicionales
- El disco contó con el single “Que Lindas son las Mañanas/La Rodandera» como material promocional.
- En 1980, Alerce publica Blops (1971) por primera vez en cassette.
- BMG reedita, en 2001, la discografía de Blops en CD, incluyendo el simple «Machulenco / El Valle De Los Espejos» como bonus track de los dos primeros álbumes.
- En 2006, Shadoks Records, sello alemán especializado en música psicodélica de los 60 y 70, reedita la discografía en dos boxsets en formato CD y LP. Ambos tienen un sonido inmejorable y la versión en LP tuvo una edición numerada de 450 copias.
Toda la información aquí vertida es parte de la exhaustiva y maravillosa investigación contenida en “El Proclive Necesario: una historia de Blops”, libro que pueden encontrar y descargar gratuitamente en su Fan Page oficial de Facebook (https://www.facebook.com/elproclivenecesario/) o directamente aquí. Todos los créditos y agradecimientos correspondientes van para cada persona que hizo posible esta reseña.