«From Wright» de Morus: Resonancias de un ícono

Fui el alma, de aquella explosión…
I’m Soul, From Wright – Morus
Antecedentes
Fue un 15 de septiembre del año 2008, en que el mundo de la música sufría una gran pérdida. Ese día, a sus 65 años, partía hacia el cosmos, producto de un cáncer al pulmón, el queridísimo tecladista y compositor Richard Wright.
Sus melodías, que nos bañaron como un haz de luz a lo largo de los años, se transformaron en la banda sonora de millones de personas alrededor del mundo. Su sonido quedó plasmado en pinturas sonoras que ya son eternas y en algún rincón del universo está dando un gran concierto. Sublime como una catedral que se ilumina al atardecer, sus teclados tocan el alma, despojándonos de toda atadura material para lanzarnos sin miramientos hacia los ecos de la inmortalidad.
Uno de esos músicos que fue influenciado por los efluvios sonoros de Wright, es el destacado músico chileno Morus. Este nacido en la ciudad de Tocopilla, integrante de la famosa banda de rock progresivo R-U Káiser, tiene a su haber el trascendental debut solista «...Y el Origen del Universo?» de 2020 y el segundo trabajo, el brillante «El Ser o El Ente« de 2022; ambos sólidos álbumes que han establecido la figura del chileno como toda una autoridad de la música electrónica de vanguardia en Latinoamérica, incluso trascendiendo algunos círculos de Norteamérica y Europa.
Además de ello, cuenta con una serie paralela de discos ofrendados a sus grandes influencias, como fue el primero llamado «From Schulze» de 2022, dedicado al músico alemán de vanguardia electrónica, Klaus Schulze, fallecido en abril de ese mismo año, en el cual también podemos escuchar todo el legado de Klaus en lo que se denominó Krautrock y luego la «Berlin School» y su importancia para la carrera del destacado tecladista chileno.
Ahora Morus nos deleita con el segundo lanzamiento de esa línea: «From Wright«; tal como sugiere el título, un trabajo dedicado a Richard Wright, «usando su espíritu para componer» en sus palabras y que nos atrae hacia la luz que significó la presencia en este plano de la realidad de Richard. Como una transmutación hacia la energía infinita, este álbum fue lanzado el 2023, en el mismo día que Wright se elevó hacia lo inconmensurable del universo hacía 15 años atrás, que además coincidía con el cumpleaños del chileno. Todo cargadísimo de simbolismos, algo que estará muy presente en la música de este trabajo.
Junto a él, están un par de invitados: el baterista Diego Fernández, quien ya tocó en sus producciones anteriores, el cual aparecerá en dos piezas, y el cantante Matías Paul, a quien podremos oír en la única pista vocal del trabajo. La composición, letras, producción, mezcla y masterización corren a cargo de Morus.
El arte, creado por Marco Pérez de Arce, también está fuertemente cargada de símbolos. Podemos observar varios guiños al trabajo que hizo Wright tanto en Pink Floyd como solista. Nos encontraremos con el arte del segundo y último álbum como solista de Richard llamado «Broken China» de 1996, y reminiscencias de álbumes como «The Division Bell«, «Atom Heart Mother«, «Wish You Were Here«y «A Momentary Lapse of Reason«. Hay igualmente dos referencias cruzadas para unir los mundos de Wright y de Morus: Del primero, son las ruinas de la antigua ciudad del imperio romano Pompeya, lugar donde Pink Floyd grabó uno de sus más impactantes registros audiovisuales en octubre de 1971, y del segundo, las ruinas de Huanchaca («Puente de las Penas» en quechua) que está ubicada al sur de la ciudad chilena de Antofagasta, en concreto una antigua fundición de metales construida a finales del siglo XIX, lugar al que un joven Morus visitaba en su adolescencia.
Los invito a adentrarse en «From Wright», un hermoso álbum que asciende hasta las estrellas para transformarse en sonidos alquímicos.
Las piezas de «From Wright»
Es importante dejar en claro que este viaje al que nos invita Morus no implica escuchar versiones (o covers) de canciones de Rick Wright, sino que, en armonía con la energía y memoria de este ser de luz, incorpora su estilo, influencias y amor para componer su propia visión de lo que significó el sonido de Richard. Dividido en siete secciones, Morus empuja al oyente hacia el interior para, luego de un viaje iniciático, liberarse hacia las inmensidades del astral.
«Intro«, es la primera melodía que nos conmueve por su atmósfera que suena a la vez hermosa y con tintes macabros. Es como la creación de un mundo que en su vorágine y caos produce, después de miles de millones años, un lugar donde la vida se desarrolla. Es la melodía de la radiación de las estrellas en creación que llevan su energía cósmica hacia lugares impredecibles. Igualmente, si afinamos nuestros oídos podemos escuchar, casi llegando al final del tema, ciertas notas que nos recuerdan a «Echoes» y a «Cluster One«, el tema que abre «The Division Bell«.
«Viaje«, nos muestra a Morus desplegando toda su técnica exquisita con diferentes teclados, minimoog, sintetizadores y demás artilugios para crear una melodía con la cual nos entrelazamos con el tiempo y el espacio, donde cada célula de nuestro cuerpo se transmuta en energía creadora en un camino poblado de partículas subatómicas. Dándonos pequeños retazos de Wright, Morus camufladamente introduce notas de «Breathe (In the Air)» y ciertamente la voz que se escucha nos hace recordar a la aparición de Stephen Hawking en «Keep Talking«. Hay que aclarar que los samples que se escuchan, es la voz de Richard Wright que provienen de una entrevista que se le hizo en Brasil en donde habla de diferentes tópicos (gracias Morus por esa información).
«Influence«, es posiblemente el tema más «proggy» del disco, en donde toca la batería electrónica Diego Fernández, dándole un toque asertivo a las melodías de Morus que transitan desde el enigma de lo desconocido hasta la amplitud del espectro lumínico. Las ondas de repetición se transforman en un mantra que activa la energía creadora de nuestro cerebro para alcanzar las cumbres borrascosas de lo insondable. Una pieza que si alguna vez Morus la interpreta en vivo, es probable que induzca un trance colectivo. Si no me falla mi oído se pueden escuchar pinceladas de «Set the Control for the Heart of the Sun» de la versión grabada para el film de Pompeya que fue hecha en los estudios Bolougne, cerca de París. En los samples escuchamos a Wright hablar de sus gustos musicales y de su tendencia de volver a lo que amaba en el pasado, discos de blues, jazz y música clásica.
El cuarto movimiento es «Melancholic Music» que con suavidad nos lleva por un camino de tranquilidad, en donde respiramos y absorbemos la esencia de la música de Wright que desde lo intangible nos regala un sentimiento de plenitud que como un bálsamo cae sobre nuestra alma. Escuchar esta pieza cuando el sol se esconde por el oeste produce una catarsis que logra la paz interior, y a la vez, un cargado sentimiento de nostalgia.
«I’m Soul» con la voz a Matías Paul, que en un canto casi etéreo, fugaz y explosivo, como la explosión de una estrella, nos sumerge hacia las entrañas de lo indisoluble, mientras Morus con sus diferentes capas melódicas nos conduce lenta e inevitablemente hacia la partida de lo material hacia la liberación espiritual. Como en todo este viaje, las reminiscencias melódicas de Wright se hacen presentes con citas muy delicadas de secciones de «Shine On You Crazy Diamond» y de «The Great Gig in the Sky«.
«Ambient«, es precisamente eso, un ambiente que se desliza suavemente por diferentes capas del éter. Es un tema que es como la espera necesaria antes del viaje final, que significa la partida de Wright del mundo material para hacerse uno con la energía primordial. El hecho de que escuchemos el sonido de inicio del tema «Echoes» (hecho por Wright con un grand piano, en dónde manda la señal a un altavoz Leslie y a una máquina de eco Binson Echorec), nos da indicios del altísimo nivel compositivo del músico inglés y que Morus magnífica con su capacidad creadora. Esta melodía nos mantiene en calma para encontrar el significado del vuelo hacia más allá de la comprensión humana de Richard Wright.
Para finalizar este sentido tributo, Morus nos presenta «I’m Free«, en donde vuelve a aparecer Diego en la batería electrónica con un compás 4/4 cruzado muy sincopado que recuerda a rudimentos utilizados en el Krautrock. Nuevamente, se nos viene a la memoria «Echoes«, esta vez con la sección media justo antes de la gran explosión sonora del tema. Aquí ya nos encontramos con lo inevitable, el momento en que el espíritu de Wright se libera de las cadenas terrenales para que en un susurro su esencia vuelva al todo. Un ser libre.
Viaje Estelar
«From Wright» es otro triunfo de estos trabajos que ya ha instaurado Morus desde el disco anterior dedicado a Klaus Schulze. Es que más allá de una simple reinterpretación o versión de sus canciones, Morus opta por un enfoque muchísimo más complejo, valiente y profundo, canalizando el espíritu y esencia de Rick para crear piezas originales que reflejan tanto la influencia del tecladista como la visión única del propio Morus.
Con una mezcla magistral de referencias musicales, sonidos modernos y una profunda reverencia hacia el legado de Wright, este álbum es una muestra del poder duradero de la música para trascender el tiempo, las fronteras y la muerte misma. Es una invitación para viajar a través del sonido, sentir la presencia etérea de Richard Wright y admirar el talento de Morus en su capacidad de fusionar pasado y presente en una experiencia auditiva sublime.
Un imperdible para los Floydianos, en serio.