Magma: el volcán interno de Gojira

La maquinaria Gojira, esa bestia indomable de técnica y pegada, sorprendía al mundo a mediados del 2016 con el lanzamiento de Magma, una catarsis total de desahogo y tristeza. De su interior surgiría un ser oscuro, denso y apesadumbrado rociado con angustia a través del recurso de los elementos ambientales. Derroteros aparentemente nuevos que explotarían majestuosamente. Así es que un nuevo horizonte se abría para la banda, iniciado con timidez en L’Enfant Sauvage, y potenciando en el interior de esta proyección que batiría de cruces con todo a su paso. Por su parte, además de las atmósferas, los grooves dominan los entresijos musicales de los franceses con una autoridad que haría temer a cualquier banda del género.
Un salto imparable que se vio agudizado por el cambio estilístico, así como por un suceso personal de los hermanos Duplantier como fue el fallecimiento de su madre. Una trágica noticia que paralizó las grabaciones hasta ese momento y que a buen seguro determinó el devenir futuro de la totalidad de la obra, reciclando su tristeza y depresión en la música, como ellos mismos afirmaron tiempo después.
La formación es la misma de la de su debut discográfico allá por el 2001. Joe Duplantier como cantante y guitarra y su hermano Mario Duplantier aporreando sin descanso la batería, figuran como las dos cabezas pensantes y destacadas por las que pasa casi todo el proceso de composición. Siguiendo los designios cierran filas Christian Andreu y Jean-Michel Labadie a la guitarra y bajo respectivamente. Un cuarteto enrocado al son de una misma idea y responsables de cosechar brillantes éxitos desde sus inicios.
La portada es fiel reflejo de la música que contiene en su interior. Oscuro y profundo, íntimo y personal, en la que se puede apreciar un sol rodeado de una paisaje triste y solitario. El mar, el cielo y el volcán lo convierte en una representación tan triste por su colorido como minimalista por sus facciones. Lo principal es el núcleo del volcán, representando las sensación de los hermanos Duplantier como expresión de algo hirviendo en el interior mismo.
La oscura profundidad de «Magma»
Primeros compases de The Shooting Star en los que ya resaltan los primeros cambios en relación a sus trabajos anteriores. Rítmicas lentas, voces limpias y pasajes que trasmiten cierta nostalgia y soledad. De hecho, la lírica así como su música nos hace viajar a otro plano astral a través de la inmensidad del universo. El nivel de sentimiento y profundidad impreso es de categoría, con unas metáforas que hacen clara referencia a la muerte, pero desde una óptica existencial. Sorprendentemente no hay ni rastro de metal extremo en ninguna de sus dimensiones.
Silvera tira abajo sin miramientos el velo protector precedente. Riffs cortantes y rabiosos growls dejando claro porque Gojira son unas de las bandas más potentes de la actualidad. No obstante, resquicios de moderación son apreciables a través de las finas grietas que ellos mismos generan, colándose matices más accesibles. Prueba de ello son los contrastes a través de las voces limpias, construyendo relajantes ambientaciones melódicas. Todo meticulosamente estudiado y cuidado. Por su parte, la hipnótica e increíble sección de tapping no hace más que demostrar que no sólo son salvajemente técnicos sino que también dominan las artes del virtuosismo.
Zurrazos sin piedad de Mario Duplantier descongestionan todo posible rastro de moderación en The Cell. La brutalidad en la percusión recuerda a momentos a la obra de arte Terra Incognita, su álbum debut, una auténtica joya de metal extremo vanguardista. Los desarrollos de batería se producen sin descanso con un nivel técnico, de pegada y velocidad apoteósicos. Por otra parte, la rabia de Joe y sus latigazos a las cuerdas generan una explosión de temibles consecuencias. Corto, directo y sin miramientos.
Lentos y residuales riffs dan vida en sus primeros momentos a uno de los emblemas de Gojira como es Stranded. Dosis dinamitero de sludge y post metal a partes iguales. Tras la incisiva introducción entramos en acción con los crudos rugidos y unas apabullantes secciones rítmicas oxidadas de decibelios. La oscuridad reinante se merma hacia el final a través de unos cantos de clemencia, exigiendo algo de soledad. Quizás una muestra de la agónica sensación de los hermanos Duplantier ante el trágico suceso de la muerte de su madre. Tras el breve desahogo, y de la manera más machacona y pesada posible, se da por terminada una de las mayores piezas de metal moderno de lo que va de siglo.
Yellow Stone es una interesante instrumental de poco más de un minuto que transcurre por unos senderos stoner. Punteos lentos y gruesos con una producción muy setentera, potenciando las tonalidades graves. Otra muestra de la evolución de los franceses. A muchos los descolocará ya que el estado de confort de los franceses parece ni existir. Interludio oxigenante para afrontar la segunda mitad del álbum.
Si un corte explota maravillosamente el recurso de las ambientaciones es Magma. Tema que da nombre al álbum y que concentra todos los ingredientes aparentemente nuevos de Gojira: pasajes instrumentales lentos cargados de pesadez, voces limpias y cuidados desarrollos de cuerda. Suaves rezumazos groovies se cuelan en la tranquilidad reinante. Las guitarras toman el protagonismo, bailan y se entrecruzan, salpicando melodías y distorsiones enmarcando un final mayúsculo. High level.
Pray nace y crece a través de la magníficas rítmicas de batería del pequeño de los hermanos Duplantier. Los estribillos a cargo de más voces limpias crean una sensación de epicidad agigantado por los lentos graves de cuerdas, un simbiosis de una fuerza sideral. Otra transición apabullante destila hacia el final conatos de reprimida agresividad. Una excelsa barbaridad. De esas composiciones que ganan mucho con las escuchas.
Una de las partes más profundas emocionalmente sale a flote en Only Pain. La rabia, el dolor y la desesperación no cesan desde los primeros growls. Los rayantes y caóticos dibujos de guitarra se amoldan a la perfección a las estructuras rítmicas de batería, creando un clima oscuro y denso. En lo más hondo de la condición humana salen genialidades de este calibre. Por eso a pesar de todo, duele al oyente que estas tremendas composiciones tenga que ser bajo estas condiciones.
Low Lands es un tiempo medio altamente ambiental con una instrumentación al servicio de la línea vocal de Joe Duplantier. Vuelta a las voces limpias y a las letras profundamente sugerentes. Con que maestría estas apisonadoras son capaces de bajar marchas, reducir su brutalidad y crear composiciones altamente emotivas. De hecho aquí transitan por unos senderos imposibles de imaginar años atrás. La letra hace clara referencia a la madre con una interpretación infinitamente emotiva. Qué mejor homenaje…
Últimos compases hacia el final más absoluto y solitario con Liberation. El vacío se siente en el ambiente gracias a la tierna presentación de cuerdas. El dolor de los hijos por la muerte de su madre se siente en cada rincón de esta composición instrumental en la que por cierto sólo participan los Duplantier. Emociones a flor de piel. Poco a poco entra la percusión a través de una especie de cajón flamenco. Todo en acústico. El tema transcurre sin desarrollos, muy plano, transitando tenuemente y sin sobresaltos. Es momento de meditación, de curar heridas, por un dolor que parece no ceder. Al menos de momento.
¿La cúspide de Gojira?
Hay muchos sentimientos y sensaciones que las palabras no alcanzan a explicar y transmitir, encriptados en nuestro mente y bloqueados por el límite del lenguaje. En este sentido, Gojira fueron capaces de parir una obra de arte a raíz de una experiencia traumática y desarrollar todo su infierno interior de manera magistral a través de la música.
Sea como fuere, Magma supuso para Gojira la continuación a su ascensión meteórica a la cima del metal. Ya no solo en la dureza y su salvaje pegada se encuentra su sello distintivo, sino que demostraron al mundo también valerse de pasajes desbordantes de sentimiento y pasión para alcanzar la excelencia. La cara y la cruz, dos caras de una misma moneda que siempre cae del lado de Gojira.