Gong y «Unending Ascending»: Tejiendo el hilo de la eternidad

Antecedentes

En el 2015, el cosmos reclamaba a uno de sus hijos predilectos, Daevid Allen comenzaba su vuelo de regreso a su lejano planeta, ubicado en el séptimo cielo. Un año después, la madre del planeta Gong, Gilli Smyth, se le uniría para vibrar espiritualmente hasta la eternidad.

El mito de Gong ha sobrevivido el paso del tiempo terrenal y ha tenido diferentes formas de manifestarse. No solo está la banda primordial que todos conocemos, sino que Daevid y Gilli (a veces juntos) crearon múltiples proyectos en que su proceso creativo se expandió hacia el universo, entre ellos nombraré a Euterpe, Catalunatics, Planet Gong, New York Gong, Invisible Opera Company of Tibet, Gongmaison, Magick Brothers, University of Errors y Acid Mothers Gong. La partida física de este plano de la realidad de Daevid no fue impedimento para que la actual formación de Gong (con la bendición de Allen) siguiera por su propio camino de búsqueda de lo trascendental.

El último disco en que Allen y Smyth estuvieron presentes fue el del 2014, titulado «I See You«, en donde nos dejan un último legado de melodías traídas desde los más recónditos lugares del universo. El entramado de los músicos que han tocado en Gong podría ser un quebradero de cabeza, pero con un poco de paciencia y con la información correcta se puede hacer una correlación de las fuerzas melódicas presentes a través de la historia de la banda. En lo que respecta a la formación actual del grupo, se puede decir que el bajista Dave Sturt apareció en escena en el 2009 en unos shows de promoción del álbum «2032», y al año siguiente Ian East se hizo cargo del saxofón. Ya en el 2012, el hijo de Daevid y Smyth, Orlando estuvo tocando la batería en unos conciertos e igualmente haría su aparición el guitarrista Fabio Golfetti. En 2014 se integrarán los dos últimos componentes del futuro y actual Gong, el músico Kavus Torabi, ex The Monsoon Bassoon, Cardiacs y Knifeworld, y el baterista Cheb Nettles.

El primer álbum post Allen y Smyth fue «Rejoice! I’m Dead!» (2016), en donde maravillosamente aparecen tres temas en las cuales podemos escuchar la voz de Allen, además de encontrarnos como invitados dos músicos pertenecientes a la familia Gong, Steve Hillage y Didier Malherbe. El segundo trabajo de esta nueva encarnación de Gong fue lanzado en el 2019 con el nombre de «The Universe Also Collapses» y por fin, luego de cuatro años de espera, tenemos un nuevo disco de Gong que lleva por título «Unending Ascending«.

Bienvenidos a este viaje…

El álbum fue grabado en los estudios Snorkel en Forest Hill de Londres y fue producido tanto por la banda como por Frank Byng que igualmente es uno de los dueños de ese estudio.

En palabras de la banda, «Unending Ascending es una mirada curiosa a través del telescopio que lleva al oyente a un viaje extático para presenciar la explosión de supernovas auditivas, la muerte de galaxias y el reinicio de los relojes. Desde los océanos del cosmos cubiertos de estrellas hasta el fondo salado del mar».

Esta «suite galáctica» dividida en 8 partes nos trae todas las reminiscencias del sonido evolutivo de Gong con un pie siempre puesto en el futuro y expandiendo hacia la eternidad el legado de la banda.

El primer tema de esta aventura sónica es «Tiny Galaxies» que con su sonido indudablemente nos hace recordar el Pink Floyd del «The Piper at the Gates of Dawn» o incluso del primer single de la banda «Arnold Layne«. Si queremos hilar más fino puede que tenga un aire a «Lucy in the Sky with Diamonds» de The Beatles. Sea como sea es un inicio que nos entrega ese «color», textura y ambientación a la Gong a través de su historia nos ha entregado. La letra nos lanza directamente a Las Pléyades de mundos observables y otros que son un susurro de la realidad…

«Recoge el telescopio, verás el infinito

Constelaciones iluminadas, imposibilidad

No mires hacia el otro extremo

Verás mundos en miniatura y pequeñas galaxias

En los sueños subatómicos de nuestras deidades

Ahora el aumento está en su lugar,

Abre tus ojos en el espacio exterior

Y con tu catalejo en el universo

Estás en gravedad cero, oh

Y parpadeando en el polvo de las nebulosas,

Estrellas desvaneciéndose, apagándose

Planetas de los que ni siquiera conoces los nombres

Planetas, ni siquiera conoces sus nombres

Deja el telescopio, hace que tu ojo se vea extraño,

¿Puedes escuchar la cuenta regresiva?

La canción pan galáctica».

Tiny Galaxies – Unending Ascending, Gong (2023)

Luego de este viaje por el cosmos, nos encontramos con «My Guitar is a Spaceship» y un exquisito e hipnotizante riff de Fabio Golfetti, la batería de Cheb Nettles que mantiene un intrincado ritmo y un fabuloso trabajo en el saxofón por parte de Ian East. Es una de esas canciones que orgullosamente continúan con el sonido clásico de Gong (podría ser parte perfectamente de la famosa trilogía) pero con un más que destacado sonido moderno. Les dejo las palabras de Kavus Torabi con respecto a este tema:

«La canción nació en la primavera de 2022 y la presentamos por primera vez en el escenario Glade en el Festival de Glastonbury ese verano. Fue la primera canción que escribimos para el nuevo álbum. Más que cualquier otra cosa que hayamos hecho juntos, parecía surgir completamente formada. Esa mañana nada de esto existía y una hora después todo estaba ahí.

¡Ni siquiera creo que estuviéramos intentando componer una melodía en ese momento! Qué sensación, casi no podíamos creer que la hubiéramos creado. Dije: ‘Hombre, ¿te imaginas presentar esta canción en el Festival de Glastonbury?’. Y, efectivamente, dos días después recibimos un mensaje preguntándonos si queríamos encabezar el escenario Glade ese año. En este punto, la existencia de la magia ni siquiera está en discusión.

La melodía es simplemente un riff impulsivo y cíclico que parece impulsarnos a nosotros y a la audiencia hacia arriba, de ahí las letras, de las cuales tomamos el título del álbum. Una vez que escribimos esto, sabíamos que el resto del álbum sería genial, definió la dirección que tomaríamos al escribir las otras siete canciones. Sinceramente, no puedo concebir un concierto de Gong en el futuro en el que no la toquemos.»

Kavus Torabi

Como tercera parte de esta «suite», escuchamos «Ship of Ishtar«, que de una forma etérea se va desarrollando de forma delicada. Es un canto hacia la energía insondable e igualmente quizás una forma de comunicarse con la diosa mesopotámica Ishtar, asociada al amor y la guerra. En muchos aspectos me recordó a «Prostitute Poem» mezclada con «Selene» del «Angel’s Egg» y en un trance más allá de la razón a ciertos aspectos a Dead Can Dance. La melodia se mueve como un mantra que penetra cada celula de nuestros cuerpos para alcanzar la iluminación.

Continuamos con «O, Arcturus» que con un «fill» de bateria (en este álbum, Nettles se lleva muchos aplausos) nos convida a un placentero viaje por este Gong que como decíamos antes, bebe indudablemente del cáliz sagrado pero siempre con una mirada más allá y he aquí que eso se materializa con este tema. La banda hoy en día suena más afiatada que nunca y en vivo esto se multiplica por mil. En este track podemos escuchar hasta su sección media una melodía que nos refresca el espíritu para luego dar paso a una explosión melódica, en donde cada músico es parte esencial para que se produzca la alquimia.

El que fuera el segundo tema que conocimos de este álbum, despues de «Tiny Galaxies» fue «All Clocks Reset» que con su inicio a dos guitarras armonizando bellamente nos adentra en la quinta parte de la suite. El juego musical de los instrumentos tiene un «timing» perfecto, el bajo de Dave Sturt suena potente y con mucha presencia, la combinación de las voces hacen el acompañamiento perfecto de una melodia de ensoñación que nos transporta hacia el subconsciente.

Lo que viene, en la humilde opinión de quién escribe, es posiblemente la mejor parte de la suite. «Choose Your Goddess» con su comienzo explosivo puede recordar a Rage Against The Machine o ha Porcupine Tree, ya con el saxofón entrando en escena nos transporta a elementos de VDGG que evolucionan a un atmósfera intrigante, visceral, asfixiante a ratos, experimental y de vanguardia. Sus cambios de melodías laberínticos hacen la delicia no solo de los oídos más avezados sino que parafraseando a Robert Fripp, también a los oídos inocentes. Simplemente el trabajo de composición de este tema es excepcional y representa claramente el futuro de la banda hacia niveles insospechados.

La ceremonia está lista para comenzar, las luces brillan por su ausencia, solo tenemos destellos de gases cósmicos que a través de procesos químicos y porque no, de procesos espirituales, dan el ambiente único y necesario para que la melodía de «Lunar Invocation» produzca los cambios energéticos en nuestro ser para sentirnos parte de la divinidad. En esta misa furiosa (que me rememora a Anna Von Hausswolff o Thierry Zaboitzeff), la banda entra en el mundo del astral para viajar desde las partículas subatómicas hasta las más impredecibles fuerzas de lo oculto. No puedo dejar de pensar que quizás es un canto de comunicación hacia el planeta Gong, a Daevid, a Gilli, a Pierre Moerlen, a Pip Pyle, a través de la Radio Gnome Invisible.

Para terminar esta suite galáctica, nos juntamos en un bosque bajo la luz de las estrellas para fundirnos en una danza metafísica, junto a un arroyo de aguas cristalinas, salpicado de visiones del pasado y el futuro, con la melodía de «Asleep Do We Lay» que como un barco nos llevará hacia tierras desconocidas, y despertará en nosotros los recuerdos de lo que fuimos y en que nos convertiremos cuando llegue el momento de nuestra partida física. Solo queda dejarse llevar hacia el misterio de la creación.

Uno de los mejores embajadores del actual planeta Gong

«Unending Ascending» se puede transformar en uno de los mejores discos de esta encarnación de Gong, la madurez alcanzada por la banda y la compenetración que tienen los músicos está en un nivel superlativo. Solo queda decir que Torabi, Golfetti, Sturt, East y Nettles son dignos embajadores del planeta transparente desconocido para los astrónomos llamado Planeta Gong y de los que hacen su nueva vida por esos parajes.


Amante de los sonidos vanguardistas pero con una parte de mi corazón en lo melódico, fui criado en mundos donde el caos sónico se transforma en belleza. Viajo desde lo más clásico a las más apabullantes expresiones artísticas.

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