Haken, en Oporto, Portugal (12-03-23)
Portugal lo volvió a hacer. De nuevo se convirtió en la sede mundial por unas horas de ProgJazz. La causa del viaje a tierras lusas lo motivó la parada en Oporto de Haken con motivo del «Island in Limbo Tour», la gira promocional de su reciente trabajo «Fauna». El escenario elegido para la esperada cita, como ya lo fuera con Leprous, volvió a ser el moderno Hard Club. Junto a ellos, como teloneros de lujo estuvieron Between the Buried and Me, una banda reputada que goza de gran prestigio y, como iniciadores del show de ambos, los norteamericanos Criptodyra.
La antesala: Criptodyra y Between the Buried and Me
Tan solo media hora en los escensarios fue suficiente para que Criptodyra nos dejara boquiabiertos. Parecen una banda juvenil al uso de hard core, con las previsibilidades típicas y habituales del género. Pero nada más lejos de la realidad. Si bien tienen bases hard core también las poseen de progresivo, de punk e incluso de jazz fusión. Una propuesta más que interesante que muestra parte de los gustos de los desaliñados chavales. Incluso algunas secciones rítmicas sonaron al mismísimo Robert Fripp. Apunten sus nombres que no están nada mal.
Punto y aparte para el salto al ruedo de Between the Buried and Me. Una gozada y una pena a partes iguales que viajaran a Portugal en condición de teloneros. Poder presenciarlos junto a otra banda de primer nivel supone un disfrute doble pero, por otra parte, que tengan que verse limitados por no ser cabezas es una jodienda en toda regla. Aún así, la hora y pico asignada fueron exprimidas al máximo y sin ningún tipo de contemplaciones.
Como decimos la actuación fue sobresaliente, fluctuando por unos terrenos que mezclan la el progresivo, el metal extremo y el vanguardismo como pocos y a unos niveles tan cohesionados y equilibrados que cuesta incluso etiquetarlos dentro de un estilo concreto. Para mayor profundidad y variedad hay que añadirle las voces limpias, los growls, los ocasionales semi rapeos y el dominio a las teclas de Tommy Rogers. A decir por la gran cantidad de fans entre los asistentes, no entendemos todavía como no encabezan carteles y escenarios.
Haken: las primeras huellas de «Fauna»
Con semejante previa, uno tenía serias dudas sobre si Haken quedarían un poquito empequeñecidos. Su metal progresivo no toca pasajes extremos y al fin y al cabo una bajada de revoluciones en los directos no siempre es sinónimo de éxito. Para ejemplo el caso Gojira cuando eran una simple banda de apoyo. Su puesta en escena era tan brutal y técnica que bandas top mundiales quedaban a la altura del betún. Muchas ya ni se atrevían a contratarlos…
No fue este el caso y los británicos saltaron con la confianza de quien está haciendo una gira sobradamente buena. La avalancha de camisetas de Haken fue total y las primeras rítmicas de guitarra en Prosthetic fueron coreadas por los fans con estudiada coordinación y al unísono. Sonido impoluto con una ejecución impecable. Sólo faltaba examinar el nivel vocal de Ross Jennings. Prueba ésta que efectivamente superó con creces. Sin duda, como banda están en su mejor momento.
Invasion, segundo tema en el setlist, daba continuidad a «Virus», penúltimo álbum hasta la fecha. Las distorsiones en su base rítmica se combinan a la perfección con la dulce voz de Jennings, generando unos ambientes que dominan a la perfección. Esos contrastes son marca de la casa. El deleite en el solo de Richard Henshall es la guinda a un temazo en toda regla. Queda claro que sus últimos trabajos son duros de masticar, de difícil digestión, pero de una calidad pasmosa.
Uno de los platos fuertes lo traían los tres temas adelanto de su reciente trabajo «Fauna». El primero de ellos, The Alphabet of Me, fue una sorpresa absoluta en su salida. Synth pop/rock selecto, muy del estilo del «Discipline» de King Crimson, con el protagonismo total de Jennings. Instrumentalmente muchísimo más elaborado de lo que parece, es fresco y elegante, con la dosis perfecta de comercialidad y barriendo todo rastro de Djent y metal. No obstante, el salto cualitativo es magistral.
Paso atrás en el tiempo para rememorar su tercer álbum «The Mountain», cuyo trabajo fue considerado el mejor álbum mundial de metal progresivo del 2013. En efecto, turno para Falling Back to Earth. Una maldita maravilla creativa de casi 12 minutos que reúne en una sola pieza todas las virtudes de Haken. Técnica depurada, virtuosismo de altos vuelos, distintos juegos vocales, pasajes duros y hermosos y brillantes ideas ejecutadas con la maestría de las más grandes bandas del género. Sus enormes influencias y estilos así como el buen gusto quedan perfectamente reflejados aquí.
La segunda novedad de la noche venía con Taurus. A pesar del inicio pesado es otro tema plagado de gancho. Cuesta creer como una base con instrumentaciones tan complejas rítmicamente puede ser tan compatible con un fondo melódico. Sin duda están explorando en terrenos novedosos que serán repetidos por muchas bandas en el futuro. Otra delicia coreada por los fans allí presentes.
Paso a la locura musical con The Endless Knot. Otra composición que pasa por todos los estados de ánimo y los estilos habidos y por haber. Para muchos el tema más creativo dentro de su etapa más creativa. De hecho, en dicho tema se atrevieron a experimentar con una breve sección tecno, continuada por un precioso solo de altos quilates que no hace más que subrayar su apertura de mentes en esto del arte. Las melodías vocales de Jennings simplemente son de matrícula de honor.
Lovebite, tercer y último single adelanto, sacó a relucir el amor de nuestros corazones con seguramente una de las mayores sorpresas desde sus inicios como banda. Una balada adictiva y pegadiza, poseedora de las peculiaridades de los exitosos temas radiofónicos. Coros, melodías y estribillos lanzados a través de las flechas de Cupido. Es así que las emisoras deberían empezar a pelearse por tenerla en su poder.
La preciosa voz de Jennings nos introduce en Carousel en un pasaje transitorio que gana con el transcurso en fuerza y pesadez. Esos contrastes, ADN en los británicos y tratamiento vitamínico para nuestros oídos, hicieron vibrar sin descanso el Hard Club de Oporto. A estas alturas ya iban unas cuantas horas sin descanso y el ánimo del público seguía intacto, por las nubes.
La suite Messiah Complex supone el cierre final y definitivo de la gira. Un despiece de cinco temas de máxima locura compositiva o, como decimos por estos lares peninsulares, una «echada por fuera». A pesar de iniciarse en márgenes convencionales, la exhibición no cesa y los matices individuales no paran de hacer sus apariciones. Observes a quien observes todas y cada una de sus piezas funcionan como una maquinaria meticulosamente ajustada. ¡Bestias pardas!
Por todo lo alto se daba por terminada una noche estelar ante un espectáculo que, siendo sincero, me generaba en un principio ciertas dudas. Nunca había visto a Haken en directo y, tras sí haberlo hecho recientemente con Dream Theater, Opeth y Leprous, me imaginaba por extrañas causas que su nivel iba a ser severamente inferior. No podía estar más confundido. Nunca más os pondré en dudas, lo prometo.