La dolorosa estadía de Eddie Jobson en Yes y su descarnado comunicado
Todos conocemos a Eddie Jobson, aquel virtuoso violinista y tecladista que participó en una cantidad inmensa de bandas importantes del progresivo, como Curved Air, UK, UKZ, Roxy Music y Jethro Tull, pero varios desconocen el dolor de cabeza que le significaría unirse a Yes en 1983, cuando aún se llamaban «Cinema«, después de la salida de Tony Kaye, quien tendría que volver poco tiempo después, por motivos totalmente extra-musicales.
Los siguientes párrafos son de un comunicado de 2007 que emitió Eddie a través de su extinta página web www.eddiejobson.com que hoy en dia redirige a su página oficial de Facebook. La traducción es de leonardoalva9, quien tiene un blog muy bueno, pero lamentablemente ya lleva abandonado mas de 7 años; y finalmente nosotros arreglamos su traducción y agregamos nueva información.
La descarnada columna de Eddie Jobson sobre Yes
«He estado pensando acerca de responder en detalle las preguntas acerca de mi paso por Yes, y he concluido que una explicación sería incompleta sin una comprensión de las bases sociales de la escena musical de Londres en los años 70 y 80. Para dar una respuesta completa y honesta, tendría que entrar en algunos recuerdos muy personales, pero he decidido que los datos personales están demás, y no servirían a nadie. Así, que después de 23 años de silencio sobre el asunto, he aquí una versión algo abreviada…
Recuerdo que, alrededor de 1974 cuando aún era un adolescente provinciano bastante ingenuo trasplantado en «La Capital», en medio de los mejores clubes sociales más snob y auto-indulgentes (de los cuales nunca fui miembro), clubes de músicos exitosos, adinerados y seguidores de las ultimas modas – En fin, el Londres de los círculos sociales de alto nivel. A menudo conduciendo Bentley y Aston Martin, viviendo en enormes casas en Surrey (o los apartamentos de moda a poca distancia de Knightsbridge y Chelsea), pertenecientes a celebres organizaciones de caridad quienes se reunían en largas cenas empapados de alcohol en restaurantes y clubes privados. Una pequeña parte de esta gente era una hermandad de las esposas de las grandes bandas que despilfarraban el dinero de sus maridos en grandes cantidades en tiendas como Kings Road, o en eventos de caridad de la princesa Fergie, o como invitados a fiestas en la mansión de Paul McCartney.
Como un músico joven, este entorno social formo gran parte del telón de fondo de la élite del mundo de las exitosas bandas de Art/Prog Rock ( como Roxy, Genesis, Floyd, Yes, etc…). Recuerdo claramente, incluso cuando Roxy se encontraban en la cima de los charts, siempre ligado a ese fuerte sentimiento de alejamiento de esta élite de ostentación social, aparentadora y adinerada. Aunque suene un cliché y algo ingenuo admitirlo, yo sólo estaba ahí por la música.
Mi asociación con Roxy Music me hizo ganar un lugar, aunque menor, en esos clubes, y mi talento dio lugar a numerosas peticiones de colaboraciones musicales, incluyendo una llamada en 1974 para evaluar mi interés en la sustitución del recién salido Rick Wakeman de Yes. En ese momento tenia una gran opinión de Yes, musicalmente eran muy buenos (y por supuesto, de un gran éxito). No obstante, también me impresionaron enormemente (para mal) por su propio estatus, ya que vivían lujosamente a una escala mayor. Además, también eran los típicos hippies/cósmicos/drogos por lo que yo sabía que probablemente me habría sido difícil para mí comunicarme con ellos. Durante varios años había visto a Chris Squire manejando por la ciudad en su enorme y llamativo Bentley marrón como un aristocrático Lord, y me pareció evidente que a mi me tratarían despectivamente y serían aún más hostiles con este adolescente del norte. Así que con valentía comuniqué mi falta de interés de unirme a ellos, aunque debo confesar que me emocionó la idea de tocar con ese Yes en su mejor momento, pero mi instinto me dijo que eso sería una situación muy poco acogedora.
Haciendo un rápido adelanto casi seis años después, ya me había desvinculado por completo de esa arrogante escena londinense, de sus managers y sus artistas. (Para quienes no sepan en aquel entonces el manager de U.K. era el mismo manager de Yes). Yo me había trasladado feliz a los EE.UU, y me había borrado de este escenario de manera permanente ya que sentía a todo eso, algo deshonesto, de gente arrogante y atrapados en el caro hábito de las drogas. En esa misma época, cuando se disolvió U.K., use ello como parte de ese mismo ejercicio de purgarme a mi mismo de ese ambiente. Ahora era un nuevo comienzo y el álbum «Green» («Zinc» – «The Green Album» de 1983) sería mi aventura en solitario como independiente y de espíritu libre, rodeado de nuevos amigos, me atrevo a decir «toda gente buena», con valores similares a los míos.
Sin embargo, a principios de 1983, hacia el final del período del «The Green Album«, recibí una llamada de un ejecutivo de Atlantic Records, que estaba con Chris Squire y su nueva banda «Cinema» en Londres. A pesar de mi falta total de interés en unirme a la nueva banda de Squire, la conversación telefónica se prolongó durante varias horas, mientras que prácticamente me rogó que participara en el nuevo disco (el que se convertiría en «90125»). Esta vez mi «falta de interés» era real, literalmente no tenía el más mínimo entusiasmo por estar en la banda de Squire, ni de vuelta en Londres. El tecladista original de Yes, Tony Kaye, fue invitado a la grabación del álbum, pero al parecer no lo hizo bien, y se marchó a petición del productor después de un período muy corto, dejando las funciones de teclado a cargo del equipo de producción.
Más tarde ese año, cuando el álbum «Green» finalmente fue terminado, yo estaba de visita en Londres como parte de una corta gira promocional, cuando recibí un mensaje (de los EE.UU.) que ‘Cinema’ ahora era ‘Yes’ y que Jon Anderson se unía a la banda de nuevo y que el álbum había salido muy bien. Ah, y todavía faltaba un tecladista. Ahí también estaba el nuevo chico Trevor Rabin, y todos estaban dispuestos a juntarse para tocar conmigo con el álbum terminado. Trevor Horn (uno de mis productores favoritos en ese momento) había hecho un trabajo fantástico. Aunque musicalmente un poco superficial, era una grabación fresca y contemporánea, y con el nombre Yes, y una canción de éxito potencial («Owner Of A Lonely Heart»), Atlantic Records y todo un equipo de apoyo bien financiado detrás de él; todos abocados para el éxito comercial de una forma mucho más eficiente que mi modesta lucha con el álbum «Green». Con cantidades ilimitadas de dinero para solicitar, mi vida sin sobresaltos en Connecticut estaría asegurada, mientras Jon estaría viviendo en Francia, y Rabin y el nuevo gerente vivirían en Los Angeles. ¿Después de todos estos años, tal vez ya era hora de que me uniera finalmente a Yes?
Un par de días más tarde, nos reunimos en un estudio y ensayamos algunas canciones, como «Roundabout». (En realidad no me sabía la canción muy bien y tuve que aprender las partes difíciles del teclado de Rick en el lugar – nunca una tarea fácil) . Pero todo el mundo parecía feliz de tenerme, así que regresé a los EE.UU. como un miembro pleno de Yes y con una gira mundial esperandome sólo a dos o tres meses de distancia. No hubo prácticamente ningún contacto con nadie del grupo en varias semanas, pero me enteré que todo el material de Yes en mi estudio casero fue llevado a la masterización del álbum con Rabin en Nueva York. De hecho, ahora que lo pienso, ni un sólo miembro de la banda nunca me llamó, por ningún motivo, durante toda mi etapa con el grupo.
Mi ilusión de unirme a Yes en condiciones de igualdad pronto se convirtió en una falsa ilusión, especialmente una vez que durante el rodaje del video de «Owner Of A Lonely Heart » a fin de ser indulgentes con el Señor Squire, se le permitió aparecer en su Bentley, y el dinero estaba siendo desperdiciado a un ritmo alarmante. De nuevo estaba devuelta en los excesos de la década de los 70′. Los asistentes de gira estaban por todos lados para asegurarse de que a uno no le faltara la mas mínima cosa, y Chris insistía en adquirir un Boeing 707 privado para la gira. El exceso estaba siendo financiado una vez más y junto con ello los egos se comenzaron a inflar nuevamente. A pesar de tener experiencia considerable con Roxy, Zappa, U.K., y Jethro Tull, (un grupo maravilloso de chicos que me trató con gran respeto), con más de 30 álbumes y una carrera en solitario de autogestión a mi haber, nadie estaba interesado en mi opinión o mi experiencia. Incluso la elección de los racks de teclados del tour ya había sido decidido. Se trataba de una inflada «farsa» en muchos niveles, y yo sin saberlo, había sido succionado de vuelta a casi el mismo mundo de indiferencia que había rechazado tantos años antes. Pero yo había hecho un compromiso y además quería ver hasta donde me llevaría.
Varias semanas más tarde, de vuelta en los EE.UU. donde continúe trabajando en el repertorio de Yes, recibí una llamada telefónica, que resulto ser el ejecutivo que había sido asignado con la tarea de informarme bruscamente que Tony Kaye se había vuelto a unir a la banda y tenía que compartir los créditos de teclado con él. No era para que discutiéramos el asunto, era solamente para informarme como si fuese una orden. ¿Y cual fue la razón? Necesitaban tres miembros originales para ganar una disputa legal con Brian Lane (su antiguo manager), Steve Howe y Rick Wakeman en relación con la legitimidad de la nueva banda con el nombre de Yes. Mis instintos de músico joven se volvieron a despertar, habían banderas rojas ondeando en mi cabeza y todas esas sirenas encendidas para irme … ¿Por qué estoy haciendo esto? Todavía no había ninguna llamada de alguien en la banda, no había discusiones de los recursos usados, no había ni siquiera explicaciones, sólo era «tómalo o déjalo» … así que escuché la voz de mi corazón y decidí salir de ahí.
Por supuesto, la gira mundial del álbum (sin mi) fue un éxito enorme, y Tony Kaye estaba siendo apoyado por otro músico escondido detrás del escenario (Casey Young), y el vídeo fue vergonzosamente editado por la insistencia de la BBC (para eliminar al asqueroso ‘gusano’ de escena, yo).
Por lejos, la más irrespetuosa y desagradable de todas mis experiencias en una banda (tan breve como lo fue), y con la rabia de soportar los comentarios burlones ocasionales de Squire o Alan White que siguen apareciendo en Internet, los cuales todavía me causan angustia, vergüenza, y arrepentimiento.
PD 1: La descripción anterior de la gente petulante que formaban parte de la élite británica del negocio musical en los años 70′ y 80′ también sirve al propósito de explicar en gran parte el malestar en la memoria de muchos de nosotros, los músicos profesionales que estábamos más centrados en la música. También explica, en parte, el comportamiento incesantemente grosero de algunos de los más autocomplacientes personajes de aquella escena. (No menciono a ningún imbécil en particular por su nombre, por supuesto). Es irónico que la mayoría de los incluidos de esa élite de la exclusión, ahora parecen ser los más amargados y maliciosos frente al éxito de nuevas generaciones de músicos.
PD 2: Algunos podrían preguntarme porque tengo una sección de mi participación en Yes en mi pagina. Mi respuesta seria que yo no tengo una categoría para ‘Bandas a las que me uní pero no debí haberlo hecho’ o para ‘Bandas en las que estuve pero no debí estar’. Además yo no hice una mera aparición, yo fui un miembro de facto, con una larga historia de conexiones (desde Bruford hasta Asia), y yo todavía aparezco en el video (aunque censurado), aun tengo fotos, es parte de mi historia.
PD 3: Jon Anderson siempre fue amable conmigo, acogedor y respetuoso. Su culpabilidad en este doloroso episodio fue haber tomado una postura pasiva.