Reseña: Leprous en Oporto, Portugal (20/02/2023)

Leprous Oporto Portugal 2023 concierto destacada
Créditos: Bea Villasante

Con motivo de la gira europea de Leprous, parte de la expedición de ProgJazz se dio cita este lunes 20 de febrero en la sala Hard Club de Oporto, Portugal. Los noruegos venían a presentar su reciente trabajo, Aphelion, en un viaje por toda Europa, acompañados de Kalandra y Monuments. Más de cuatro horas, en una extensa jornada musical, regidas por la variedad estilística.

 

La antesala: Kalandra y Monuments

Sin ningún tipo de demora, a las 20:30 iniciaba Kalandra, cubriendo de folk melancólico la abarrotada sala. Su vestimenta y algunos de los instrumentos tradicionales utilizados dejaban claros los orígenes escandinavos de sus músicos. En cuanto a la voz de Katrine Stenbekk, de una dulzura embriagadora, derramaba una fragancia sonora que dejó absortos a todos aquellos que desconocían a la banda. De fondo, distintos sonidos de cuerdas creaban una atmósfera soledosa y minimalista. Una experiencia totalmente recomendable.

Por su parte, Monuments dieron un auténtico espectáculo de hard core desde el momento en que salieron de su camerino. Los cabeceos fueron incesantes, a tales niveles que ni los más acérrimos fans de Kalandra y Leprous pudieron resistirse. Aprovecharon la noche para promocionar su reciente trabajo, In Stasis. La puesta en escena, como el estilo lo requiere, fue demoledora, con un despliegue y técnica instrumental mucho mayor de lo esperado. Podrán gustar más o menos, pero queda claro que son unos músicos de altísimo nivel.

 

El show de Leprous en Portugal

El griterío del público anticipaba el salto al ruedo de Leprous a eso de las 22:00 horas portuguesas. Seis figuras ensombrecidas, tras un fondo de colorido intenso, mostraban la primera carta de presentación. La imagen de los miembros, cuidada y elegante, tan importante en este tipo show, es, desde sus inicios, un fiel reflejo de su música. 

Leprous Oporto Portugal 2023 febrero 1
Créditos: Bea Villasante (clic para agrandar)

Así, una atmósfera fina y depurada allana el terreno a la deliciosa voz de Einar Solberg, piedra angular del particular sonido de Leprous. El tema en cuestión es Have You Ever?, perteneciente a su último trabajo. La aportación del cello aquí y a lo largo del concierto es fundamental, una auténtica delicatessen. Atravesando los límites de la belleza y colándose entre esas grietas en donde los instrumentos convencionales no alcanzan a expresar.

Los aplausos se agigantaron con las primeras notas de la intro de The Price, una de las mayores aportaciones de Leprous a la música actual. Un soplo de aire fresco y de originalidad dentro de una escena que en no pocas ocasiones peca de purismo. 

Acto seguido, The Flood, perteneciente también a su antepenúltimo álbum, Congregation, fue un derroche de sensaciones. El dúo inicial sintetizador-voz dio forma a un in crescendo que alcanzó su punto álgido con el éxtasis del estribillo.

Vuelta atrás a Malina, para rememorar al primer disco con el que Leprous incendió con maestría la escena. Mirage era la elegida. Guitarra de ocho cuerdas rezumando distorsiones macabras supuso el antídoto idóneo para desenfadar a Solberg. No podía faltar el coro final, con toda la sala cantando al unísono. ¡Qué fuerza interior desprenden los noruegos!

On Hold y Castaway Angels silenciaron completamente la sala. Una de cal y otra de arena. Si antes nuestras entonaciones estropeaban la preciosa composición, ahora ni una sola alma entorpeció el desarrollo de los juegos vocales de Solberg. Menos mal… Rayando la perfección y ante unos registros tan complejos, presenciar a Leprous actualmente es sinónimo de éxito. 

Uno de los momentos álgidos vino con From the Flame, de los temas más reconocidos en su discografía. Nuestras gargantas no podían dejar de vibrar de nuevo, de corear una composición grabada a fuego en el corazón de todos los fans. Impecable la ejecución y los picos vocales de una exigencia inhumana. Queda claro que vale la pena cruzar las fronteras que sean para disfrutar de semejante talento.

En el ecuador, Alleviate, en otro pasaje inicial de synth-rock, nos embarca en una travesía que alcanza su cenit con los agudos de una garganta que no se harta de mostrar el máximo nivel posible. Arreglos de cello, siempre tan acertados y precisos, inyectan la dosis definitiva de sentimiento y emotividad. Oro puro.

Parón momentáneo y ocasión de Einar Solberg para charlar. Se le miraba feliz y contento, con la sociabilidad poco habitual de los escandinavos y de la que no hizo gala en anteriores shows a los que pude asistir de Leprous. Seguramente el formato festival se le hace incómodo a la hora de interactuar con un público que quizás no sea de la casa. Es así que en uno de esos intercambios con el público, dio a éste la opción de elegir el siguiente tema a interpretar. Varias eran las opciones, ganaría la que más votos tuviera. Fácil y sencillo. O eso parecía…. 

Tras una calurosa votación se descartó tristemente «Observe the Train», quedando como opciones «Illuminate» y «Distant Bells». Como las votaciones se tornaron parejas, Solberg tuvo la brillante y cómica idea de lanzar una botella al aire y que el agraciado tomase la decisión en nombre de todos. Siguiendo esta norma improvisada salió elegida Illuminate. ¡Viva la democracia!

No obstante, no fue una sorpresa, siendo uno de los temas fuertes de la banda. Otro estribillo, diré otro himno, que no había asistente que no conociera, retumbando hasta la mesa de mezclas. Admirable, por otro lado, cómo los músicos pasan del bajo al teclado, de la guitarra al sintetizador y viceversa. Cuidando hasta el más mínimo detalle sonoro.

Bajamos marchas con Out of Here. Los preciosos punteos colorean y dan forma a unas melodías vocales sublimes. Lento y retrospectivo hasta que se torna pesado y directo. Los estribillos crecen en intensidad dentro de los márgenes preciosistas que nunca jamás abandonan los noruegos. Otra obra excelsa y apoteósica. 

Acquired Taste fue la sorpresa de la noche, totalmente inesperado. Aquí sí que nos remontamos a los tiempos iniciales de su segundo álbum, Bilateral. Un tema con mucho peso instrumental, en donde las melodías no son tan marcadas y pegadizas, pero rebosan sentimiento. Es innegable la pasión que le imprimen a cada uno de sus temas, una de sus señas de identidad. A estas alturas la excitación estaba por las nubes.

El cierre era el esperado, antepenúltimo asalto con Below. Uno de los platos fuertes, un tema tan criticado como posteriomente alabado. Solberg aquí se corona como una de las voces de lo que va de siglo. En su campo no tiene competidor, además de ser intratable e indomesticable en sus intereses estilísticos y compositivos. Y eso se acaba notando. Así que si no conoces este tema no sigas leyendo y dale al play. Majestuosidad absoluta.

Despliegue instrumental de altos vuelos con Nighttime Disguise. Virtuosismo a las baquetas, rítmicas imposibles de tararear y estribillos con montañas rusas de subidas y bajadas de tonalidad. No lo parece, pero la exigencia es máxima. Pasamos de excitados a absortos por el poder de estos chavales.

El broche de oro lo trajo, como es habitual, The Sky is Red. Cierre a su vez del álbum motivo de promoción durante la gira, un final que da la sensación que estará también por mucho tiempo en el setlist de Leprous. Un derroche descomunal de Baard Kolstad a la batería, con un cierre épico y rebosante de creatividad y técnica. Entre medias, los juegos de voces de Solberg se mueven a su antojo y libremente con descaro. Los minutos finales antes del punto final son sublimes. Marca de la casa.

 

La de Oporto, fue una noche de ensueño. No por la excepcionalidad del momento, sino precisamente por lo habitual, por el nivel tan alto mostrado concierto tras concierto y con una originalidad y personalidad envidiable. Sin duda, son una de las bandas del momento, tanto en el estudio como en el directo. No hay excusa para perderse a Leprous, aunque sea a golpe de lunes… 

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