Reseña: «Walking On a Flashlight Beam» de Lunatic Soul

Lunatic Soul Walking on a Flashlight Beam reseña progjazz frontal

 

Walking On a Flashlight Beam es el cuarto trabajo de Lunatic Soul, editado el 13 de octubre de 2014 por el sello discográfico independiente Kscope. Para los más despistados, Lunatic Soul es el proyecto en solitario del multiinstrumentista polaco Mariusz Duda, líder de los reputados Riverside.

Lunatic Soul representa el espacio donde Mariusz da rienda suelta a sus inquietudes musicales, a su insaciable mente compositiva, en donde abarca estilos dispares como el rock/pop progresivo o folk pasando por el synth-pop y el ambient. Como medios, utiliza todo tipo de sonidos e instrumentos, bajo un concepto de ingeniería musical puramente experimental, pero con un mínimo común denominador: la esencia melódica que caracteriza a Duda. Todo es obra suya, hasta parte de las mezclas y la producción, menos las baterías y las percusiones que corren a cargo de Wawrzyniec Dramowicz

La parte lírica, algo fundamental para el genio polaco, trata sobre la soledad humana. Un tema tan inhóspito como real y que queda patente en las constantes atmósferas profundas y melancólicas. En lo visual, sigue la línea de sus trabajos predecesores, con una portada monocromática. En este caso, vemos la carátula de Walking On a Flashlight Beam con el logo del Lunatic Soul en forma de estrellas, bajo un fondo completamente azul. No se da pie a grandes alardes; lo verdaderamente complejo e interesante está en su interior. 

 
Las canciones de Walking On a Flashlight Beam

La aventura comienza en el origen de la vida, al menos de toda vida reconocida hasta el momento: en el mar. Así, el ruido de las olas baña el tema Shutting out the Sun. Bajo esta relajante base natural se entrecruza una retrospectiva melodía de sintetizador. Una carta de presentación minimalista y con fuerte dosis ambiental. Minutos después, tras esta introducción y sonando desde la lejanía, Mariusz Duda nos regala una preciosa melodía con aires ancestrales y folclóricos. Otra base rítmica cierra de golpe este primer corte. Poca broma.  

En Cold, unas angustiosas escenografías sonoras son la antesala de otra gran composición. Suaves arpegios in crescendo ganan fuerza con el transcurso de los minutos, con la nostálgica y embaucadora voz de Mariusz. Posee una sonoridad que atrapa, como esa dulce fragancia que no quieres dejar de oler. Un leve paréntesis para sorprendernos con un pasaje de techno suave, que nos invita a bailar. Nos lleva a un terreno fangoso, musicalmente hablando para los más «trues» del prog, en el cual nos sentimos completamente a gusto. ¡Que mérito compositivo! 

Gutter es de esos temas que no deja indiferente a nadie, que te hace salir, por enésima vez, de tu zona de confort musical. Como gancho, contiene esa melodía que tardarías días en olvidar. Incluso semanas… Con razón se convirtió en uno de los temas más reconocidos de la banda, y con el que se cosechó una importante repercusión en la escena. Totalmente hipnótico a la vez que preciosista en su totalidad. La sección de bajo se mueve con distintas dinámicas rítmicas, se intrinca con el estribillo vocal y la guitarra, una y otra vez, hasta no saber quién lidera a quién. Brillante ejercicio de hipnosis musical.

Stars Sellotaped es un tema de poco más de minuto y medio. A pesar de su corta duración, nos lleva a un interminable viaje intergaláctico en un abismo de infinidad absoluta. Un trance, un salto hacia otra dimensión para enganchar con The Fear Within. Una creación instrumental en la que reina una ambientación solitaria, retrospectiva y en espiral para, transcurridos ciertos minutos, atraparnos en una atmósfera sugestiva. Un miedo eterno, como dice el título, que en el final nos hace naufragar en un mar de corrientes perturbadoras. Parece que estamos cruzando el punto crítico y más peligroso de este viaje onírico.

Treehouse, que recuerda a Riverside, retoma la senda más melódica pero angustiosa, con la preciosa voz de Mariusz Duda. Un tema más explícito, directo y con materialidad. Aquí, no se sigue ninguna línea experimental. Más bien parece que bajamos al mundo real, a encontrarnos con una estructura más clásica y orgánica. Hay quien dice que el mundo es sufrimiento, angustia y dolor… aquí está todo ello encarnado. 

Agarraros bien, porque entramos en unos de los trayectos más increíbles del álbum. Pygmalion’s Ladder es una misteriosa composición de 12 minutos cargada de variadas secciones, con una enorme y amplia gama de sonidos. Melodías árabes y unos interesantes arpegios opethianos son la capa externa de una estructura rítmica que mezcla electrónica con instrumentos de percusión tradicionales. Es solo el comienzo.

En el transcurso, los instrumentos se apagan para la entrada en acción de Mariusz Duda. Todos los focos están puestos en el polaco. Una introducción que se completa con la entrada gradual y progresiva de los instrumentos de cuerda. Para dar más riqueza al tema, un solo de guitarra espacial supone un breve chispazo de epicidad. Una compleja base electrónica guía de nuevo otra parte vocal, para cerrar con una sección metal y electrónica. El broche final lo ponen arpegios con un xilófono de acompañante, que recuerda a una preciosa canción de cuna. Un juego de sonidos increíble en un tema espectacular. El tema más creativo y complejo. Una delicia.

Vuelta a los arpegios con Sky Drawn in Crayon. Ya van varios temas con instrumentos de cuerda, a pesar de que sea un ausente en casi todo el trabajo. Más bellas melodías, con leves toques renacentistas. Nos cubren de una profunda nostalgia unos sonidos de fondo de recuerdos infantiles. Una sensación que desaparece a los pocos minutos. Unas descargas robóticas de sintetizador entrecortan a Mariusz hasta desaparecer. La sección instrumental sigue, al que se le añaden más juegos de sonidos, hasta cortar de repente. 

Walking on a Flashlight Beam, tema que da título al CD, es una simbiosis de todo lo presente a lo largo de este trabajo de Lunatic Soul. Secciones rítmicas, melódicas, ambientales, experimentales, minimalistas, etc., todas reunidas con gran criterio, en lo que podría ser la gran obra final. Una conjunción de magnas ideas a las que se les da forma y sentido, en cuyo escenario los instrumentos presentes tienen su protagonismo para acabar en un clímax mágico. Todas las partes compitiendo por su espacio acaban por reunirse en un todo. Un cierre memorable. 

 

La grandeza de Mariusz Duda en Lunatic Soul es agradar, en este caso, a gran parte del público de la escena progresiva. Entre otros, a través de una música en la que la presencia de la guitarra es casi testimonial. ¿Cómo es posible que ni caigamos en la cuenta de este detalle, y aún así acabemos fascinados con este trabajo? Podría decirse que Mariusz Duda se ganó su prestigio en la escena progresiva con Riverside, pero se mueve cómodamente y se autorrealiza con la música ambiental en LS. Dos espacios que ha sabido aprovechar para mostrar todo su talento innato.

Volviendo al trabajo en cuestión, y como corolario, Walking on a Flashlight Beam es un trance musical constante. Así que no esperes a que te lo cuenten o describan. Vive por ti mismo esta increíble experiencia musical.

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