Mariusz Duda y AFR AI D: Abrazando lo desconocido

Antecedentes

Si bien la carrera solista de Mariusz Duda floreció en medio del encierro y la emergencia sanitaria, su interés por la música electrónica y el krautrock forma parte de una historia personal. Como lo expresó en una entrevista hace poco más de un mes, Tangerine Dream y Jean-Michel Jarre conforman la banda sonora de su niñez, sin pensar siquiera en formar parte de una banda de rock, mucho menos dejarse impactar por el terremoto de Hendrix o Led Zeppelin. Y, sobre todo, Vangelis, a quien considera su héroe sin eufemismos. Sería la muerte del legendario músico y compositor griego el detonante para retomar su camino en solitario y explorar en profundidad los misterios de un estilo en que el recurso va de la mano con el propósito de expresar un mensaje o construir un paisaje de ensueño. O en palabras del propio Mariusz, música que pueda despertar la imaginación. Una idea que surgió en plena infancia y que durante el desastre pandémico logró concretar con el lanzamiento de Lockdown Spaces (2020) y secundado por los no menos soberbios Claustrophobic Universe e Interior Drawnings (ambos editados en 2021). 

Las expectativas que genera «AFR AI D«, a diferencia de sus antecesores, son distintas y con más altura. Tras cocinar junto a Riverside ese plato fresco que es ID.Entity hace unos meses, y en un contexto antónimo al del receso como el de hace dos o tres años, esta vez hubo que lidiar con la actividad en su banda titular. Inevitable hacerse la pregunta, y la respuesta debiera estar en equilibrio con que Mariusz Duda en solitario potencia su inspiración creativa y tatúa en el estudio el propósito de «AFR AI D» como un paisaje único y familiar a la vez.

Las piezas de AFR AI D

Los sonidos selváticos que inauguran la placa dando un paso fluido hacia el halo misterioso de «Taming Nightmares«. No es solamente la vena de influencias como los mencionados Tangerine Dream, sino la dirección que toma Mariusz Duda como arreglista y compositor con un talento abrumador. Un mantra futurista que nos conduce hacia los recovecos más profundos de la condición humana, incluso en algún momento bien entrada la pieza nos da el tiempo de observar y respirar para continuar la caminata hacia lo que nos ofrezca el sentido de la aventura. De ahí que la siguiente parada en «Good Morning, Fearmongering» se respire un clima más denso, como saliendo del bosque frondoso, para encontrarnos en una distopía cercana al presente digital. El brío cibernético de Kraftwerk y el groove infeccioso de Massive Attack se hermanan en una pieza caleidoscópica y ensemablada con capas confeccionadas con precisión de artesano.

Dentro de lo agresivo que parece generar el título, «Fake Me Deep, Murf» es una muestra del dominio logrado por Mariusz Duda en el terreno de la música electrónica. No es un tema del recurso o el software, sino de relatar una historia o transmitir un pensamiento añadiendo trazos orgánicos en un espacio con nula presencia natural. Mientras que la carga emotiva que da inicio a «Bot’s Party», se nutre de ideas y atmósferas que generan un espectáculo a la imaginación. Esto es Kraftwerk en su mejor forma, con el pensamiento de Mariusz Duda enfocado en su propia búsqueda como autor e ilustrador del universo robótico que planteó Asimov en sus relatos de Sci-Fi hace más de medio siglo.

El lenguaje de los tiempos actuales en «I Love to Chat with You«, nos permite dimensionar y respirar el contexto histórico en que nos situamos como raza humana. Emoción y calidez hasta lo más ondo, mientras que «Why So Serious, Cassandra?», marca el contraste abrupto con su penumbra acechante. Hay una respiración psicopática que nos sofoca a base de trucos e ideas que convergen en una sensación a la cual no podemos permanecer impertérritos. Al igual que «Mid Journey to Freedom» y su oleaje cinemático, recreando de alguna forma el dramatismo de las películas de Michael Mann o las alucinantes bandas sonoras de Vangelis en la década del ’80. Inteligencia y urgencia en un mismo sendero musical.

El final del álbum, de antología en todo sentido, incluso definitivo. «Embracing the Unknown«. Abrazando lo desconocido, lo que viene haciendo Mariusz Duda desde sus inicios como músico hasta hoy con su gusto por la electrónica de vanguardia llevado a su propia escritura. Lo que va más allá de la longitud -ocho minutos, la pieza más larga del álbum-, y abarca una amplitud de matices en su espectro. Un piano que empieza solo y después se deja acompañar por una base rítmica que aporta a procrear el ambiente idóneo de oscuridad en pleno viaje. Una guitarra de linaje floydiano en medio de una tormenta que alcanza su clímax sin desvanecer su fuerza, mientras la pieza se construye en el brillo de su gloria. Y todo aquello resumido en un epílogo de alta carga dramática, con un broche de paz que nos deja en el fondo de la introspección.

Un punto angular

A la hora del análisis, y como suele pasar con los discos enfocados en el viaje y el mensaje por sobre los recursos de producción, es complicado caer en un juicio absoluto. Probablemente, «AFR AI D» pueda convertirse en un punto angular en la carrera de Mariusz, y no es porque sus trabajos antecesores sean inferiores en calidad, sino porque acá queda demostrado el nivel que adopta el renombrado instrumentista polaco en su labor de exploración. Ya no es una sugerencia, sino una realidad lo que Duda nos ofrece esta vez mediante un compilado de atmósferas y relatos que se basta por sí solo.

Como lo predica la pieza que cierra «AFR AI D», se pierde el miedo a abrazar lo ignoto. Y mucho más valorable en estos días en que el avance tecnológico parece una amenaza frente a lo orgánico de la producción musical. En la mente nutrida de Mariusz Duda, el riesgo lo vale todo cuando se trata de procrear música con el dinamismo de una película o un relato de futuros distópicos. Es la integridad de quien domina sus propios temores en favor de un sello personal como artista y productor. Y cuando todo eso se transmite en la música, es porque va por el camino indicado.


Audiovisual de profesión, melómano por gusto y periodista musical desde el estómago. Amante de la música pesada y el rock de vanguardia, tanto de viejo cuño como lo nuevo. Desconfío de quien reniega de Jimi Hendrix en la música.

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