Música desde el subterráneo: Mediabanda plays Fulano en vivo

Antecedentes

La cita era a las 20:30. El lugar: Club Subterráneo. Llegar. Chequear las cosas para que todo esté en orden. Bajarse de la vorágine del taco de un día viernes a esa hora. Ingresar al local. Me acuerdo de haber estado antes ahí, en otro contexto, en otra onda, más bailable, quizá, nada que ver con el espectáculo al que estábamos convocados a disfrutar: ver a la Mediabanda en vivo e interpretando temas de una de las bandas emblemáticas de la música vanguardista chilena, Fulano. Es que claro, en las filas de la Mediabanda está el tremendo Cristian Crisosto, parte fundamental en este impulso a reinterpretar sus viejas travesuras sonoras con gente más joven, con elementos más modernos que se pasean por los diversos recovecos que la música de Fulano nos legó.

El concierto de Mediabanda

La banda ya está en el escenario. Primer acorde y nos golpean con “Perro Chico Malo“, un clásico a la hora de hablar de la música de la disuelta banda chilena de música fusión. El público cae rendido a los pies de los músicos que resuelven muy bien los arreglos que junto a la voz femenina de Florencia Novoa, que sigue los pasos de Arlette Jequier, pero tiene un tinte y un carisma que la diferencia a la hora de moldear sus cuerdas vocales en pos de lo que suena de fondo. La bateria de Christian Hirth, impecable, implacable a la hora de ponerle el tiempo a cada canción, sea esta de MediaBanda o de Fulano, y que se conjuga muy bien con el bajo de Felipe Martinez y las teclas de Jaime Ramos, quien no solo comparte el nombre con Jaime Vivanco, sino que le rinde homenaje con clase y tino.

Punto aparte para los bronces y vientos, a cargo de Crisosto, quien tiene un desplante y un sentido del humor característicos que lo mantienen con más vida que nunca, haciendo críticas al momento político que vive el país y que demuestra, una vez más, que nadie queda indiferente. Por otro lado, Rafael Chaparro y Rodrigo Aguirre, se peinan con sus instrumentos de viento, calzando a la perfección con lo que suena en el escenario.  

Todos estos ingredientes hacen que el sonido de MediaBanda sea mucho más potente y único y que inevitablemente nos traslada a los galpones de Matucana o a los patios del Pedagógico donde muchos tuvieron el honor de ver en vivo, en pleno apogeo, a Fulano, con su formación clásica e irrepetible, quedando prendada de la mente de quienes los escucharon en aquel momento único de la historia de la música chilena. Es que eso tiene este estilo musical que se ve a modo de influencia en varias bandas que han aparecido bajo la sombra (o la luz, como usted quiera) del sonido de Fulano: Pequeñas Partículas, Cazuela de Cóndor, Solteronas en Escabeche, Dayanandrea, Vilú y Lxs Aerostáticxs, por nombrar a las que se me vienen a la cabeza, pues la valentía del sonido Fulano es digno de seguir y estas agrupaciones (Junto a la MediaBanda), tomaron el estandarte y lo han llevado a lugares inimaginables a la hora de jugar con el creativo mundo sonoro musical que nos han regalado.

Conclusiones

Un concierto redondo y sorprendente, tan sorprendente que Crisosto lo expresó en un momento. Quizá no esperaba tal cantidad de gente que bailó y disfrutó de los clásicos reinterpretados, que se volvió a remecer con “Godzilla”, a bailar con la “Suite Recoleta” o a gritar con “Adolfo, Benito, Augusto, Toribio”. Una gran presentación que además sumó canciones de la discografía de la MediaBanda y cerró con un gran broche de oro con “El dar del cuerpo”.

Sin lugar a dudas, una banda que debería tener muchos más espacios donde mostrarse y compartir con otras que sean similares en su sonido para así terminar por potenciar una escena que se mantiene en el underground, pero que se fortalece al momento de vivir la experiencia musical en vivo.


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