La evolución de la mujer en la música: un camino hacia la igualdad
La revolución femenina en la música ha sido un tema significativo a lo largo de la historia. Desde sus inicios, las mujeres han desafiado los roles de género y han contribuido de manera importante al desarrollo y la evolución. Desde los albores del siglo XX mujeres como Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Hazel Scott, Nina Simone o la misma Viola Smith de nuestro artículo del año pasado fueron figuras prominentes en la era dorada del jazz. No se han destacado solo por sus increíbles habilidades musicales, sino que también enfrentaron la discriminación racial y de género de la época. Sus contribuciones no solo revolucionaron la música, además ayudaron a desafiar las normas sociales establecidas.
La revolución femenina en el género musical ha sido impulsada por mujeres talentosas que desafiaron las normas sociales y culturales de sus épocas. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos y defensores de la igualdad de género en la industria musical y más allá, mujeres como la misma Sister Rosetta Tharpe, conocida como la «Madre del Rock and Roll«, sentaron las bases del género con su estilo único y enérgico. Muy pocas personas saben que aquella mujer fue la pionera en llenar estadios (de baseball) para dar conciertos, en una época que no existía tal cosa como el concepto del «show de estadio«; o de como su gira en el Reino Unido de 1964 marcaría a fuego las mentes de asistentes como Keith Richards, Jeff Beck, Brian Jones o Eric Clapton para comenzar su propia revolución musical en la isla. ¿Cuánto se habla de aquello en los libros de historia?
Eso nos lleva a plantearnos las siguientes interrogantes: ¿Hasta qué punto la historia de la música está escrita desde un punto de vista masculino?. ¿Cuántas otras heroínas han quedado perdidas en el anonimato de los libros de historia? Porque en muchos casos, y de forma lamentable, la historia musical ha quedado impresa en el papel de forma sexista, racista e incluso, haciendo descaradas omisiones a grandes mujeres.
A pesar de dichas omisiones, y a lo largo del tiempo, la presencia femenina en la música ha experimentado una evolución significativa. Con el surgimiento de movimientos feministas en las décadas de 1960 y 1970, las mujeres en la música comenzaron a abordar temas de igualdad de género y empoderamiento a través de sus letras y actuaciones. Esta influencia femenina va más allá de la música en sí misma. Su presencia en el escenario y su impacto en la cultura popular han ayudado a cambiar las percepciones sobre el género y han inspirado a muchas personas a desafiar las expectativas de lo que las mujeres pueden lograr en la industria.
Si nos centramos en el rock, la influencia de mujeres como Janis Joplin, Joan Jett, Patti Smith y Tina Turner, Debbie Harry y un larguísimo etcétera, fue fundamental para desafiar las normas de género y abrir camino para futuras generaciones de mujeres. Estas artistas no solo rompieron barreras, sino que también inspiraron a innumerables mujeres a seguir sus pasos en la industria musical.
En la escena actual del jazz contemporáneo, las mujeres siguen desempeñando un papel importante. Artistas como Esperanza Spalding, Diana Krall, Mohini Dey o Hiromi Uehara continúan desafiando las expectativas y demostrando su virtuosismo en un estilo musical históricamente dominado por hombres.
Si en el rock más terrenal las mujeres han tenido que superar numerosos escollos para ser tomadas en cuenta de forma seria, a la hora de hablar de nuestro amado género, el rock progresivo, podemos decir que incluso ha sido peor. Un género que se gestó y conceptualizó de forma muy centrada en el hombre (incluso, en el hombre blanco europeo), tanto de parte de la visión de los mismos músicos, como del público y su actitud para con las músicas.
Lo cierto y verdadero es que nuestro amado género ha sido un terreno fértil para la expresión artística de mujeres talentosas sin parangón que, desde sus inicios, han desafiado las normas de género y han logrado brillar con luz propia. Desde los 70′, con figuras como Annie Haslam, Sonja Kristina, Annette Peacock, Laurie Anderson, Kate Bush, Wendy Carlos, Judy Dyble o más actuales como Marjana Semkina, Anneke Van Giersbergen, Anna Von Hausswolff, PJ Harvey o Tatiana Shmaylyuk; todas ellas aportaron su voz y talento musical a sus proyectos.
En nuestra actual época, el aumento del acceso a la educación musical, a la información y las oportunidades de grabación ha permitido que más mujeres entren en la industria musical como compositoras, productoras, ingenieras de sonido y ejecutivas. La música se ha democratizado, pero aún queda mucho por hacer. Hoy vemos una mayor diversidad de mujeres representadas en todos los géneros musicales, desde el pop hasta el hip-hop. El jazz y el prog rock continúan desafiando las expectativas y redefiniendo lo que significa ser una mujer en la música, pero aún tenemos la tarea pendiente de abrir nuevos horizontes para que la mujer tenga mayor protagonismo en estos.