Review: Opeth en Lisboa, Portugal, 26/11/22
El sábado otoñal de este 26 de noviembre se daba cita, con máxima expectación, Opeth en Lisboa, capital portuguesa, en el final de su gira europea. Una cita ineludible, obligatoria, para todo habitante peninsular amante del progresivo y engrandecida por la presencia de Voivod como teloneros.
Dos gigantes que combinan con maestría el metal extremo y el progresivo en todas sus variantes, reunidos para celebrar sus varias décadas en la carretera. Los suecos 30 años y los canadienses 40, casi nada. En el meollo no es de extrañar que estuviera algún que otro progjazzero por medio. Así es que desde el noroeste de España nos aventuramos a visitar a nuestra querida Portugal por una buena causa. Este arte nos llama tanto como un caramelo a un niño.
El concierto de Voivod
Voivod abrían la noche con repertorio plagado de grandes éxitos al que añadían tres temas de su último gran trabajo, «Synchro Anarchy» lanzado este mismo año. Maravilloso, por cierto. Un total de ocho temas que se hicieron tan cortos como esperados por la fanaticada. No olvidemos que son unas de las pioneras y más vanguardistas bandas dentro del metal progresivo. Incluso Mikael Åkerfeldt se declaró auténtico admirador de la banda y la citó como una de sus máximas influencias.
Completaron, como antes dijimos, con temas emblemáticos a la altura de «Fix My Heart«, «Experiment» o «The Prown«. Gran sonido y ejecución. La compenetración del dúo «Snake-Away» es la prueba de tantos y tantos años en los escenarios. Hubo también espacio para su habitual cover del grandioso «Astronomy Domine» del álbum debut de Pink Floyd. Homenaje a unos pesados pesados que llenan nuestras colecciones musicales.
Nos quedamos con ganas de más por su escaso tiempo en el escenario, de verlos con su parafernalia y juego de luces. No será por repertorio en su tan extensa discografía. Su alma y filosofía punk les hace llevar estas largas giras y con pocos focos, a pesar de su peso histórico en el género, de una manera ejemplar. No podía dejar de lado dicha apreciación personal, creo que poco tenida en cuenta y que es de admirar en los canadienses. Una lástima, pero la ocasión y el protagonismo hoy eran para Opeth.
El concierto de Opeth
En cuanto a los suecos, arrancaban con potencia inusitada con «Ghost Reveries«, un tema que sufrió ciertos desajustes por el bajo sonido del teclado y las voces. Algo solucionado con el trascurso de los minutos y que no fue causa para estropear una actuación estelar.
«Demon Of The Fall«, uno de los clásicos de su etapa inicial, cargó de nostalgia a la vez que de furor a un público desatado. El estribillo, tan pegadizo como oscuro, se coreó al unísono escuchándose incluso a orillas del río Tajo. Mikael Åkerfeldt estaba comodísimo y feliz haciendo gala de su humor genial e ingeniosa verborrea. La conexión a estas alturas ya era total.
Momento de calma con «Eternal Rains Will Come«. El rock progresivo más clásico sale a relucir, dando muestra del eclecticismo y gran variedad estilística de la banda. Es así que hasta el momento sonaron tres temas que reflejan la evolución y desarrollo de los suecos en su discografía. Death metal progresivo, black metal y ahora rock progresivo. Es un éxito juntar melómanos de lo clásico y de lo extremo en un solo pabellón… ¡¡y para ver a la misma banda!!
Con «Under the Weeping Moon» nos transportamos a sus orígenes. Sonido tenebroso y arcaico, denso y descuidado, que nos llevó un oscuro viaje a la época dorada del black metal de los 90. Una incursión hacia los senderos primigenios de Opeth. Ahí es donde crecieron, por lo que estos LPs merecen el máximo de los respetos.
«Windowpane» y «Harvest» son la antesala de una montaña rusa de sensaciones que vendrá posteriormente. Dos temas emblemáticos, electroacústicos y minimalistas, que con un sonido y ejecución impoluta, agigantan esos contrastes sonoros que tanto nos enamoran de Opeth. La belleza y la nostalgia se sentían perfectamente en el ambiente. Todos coreando, incluso hasta el más true de los rudos metaleros allí presentes.
Llegó el momento más esperado con la inédita «Black Rose Inmortal«. Añadida debido al formato de votación popular a la hora de escoger los temas para la gira. Un clásico sacado del baúl de los recuerdos que hubo que desempolvar para la ocasión. Casi que olvidado por la banda y con tan solo Mikael Åkerfeldt como único superviviente de entre sus compositores originales. Un reto más que atractivo para la banda y un sueño hecho realidad para los fans.
Despiezada y troceada, interpretaron la totalidad de la obra de 20 minutos en varias partes, en las que incluso se dieron aplausos entre medias. Largo orgasmo sonoro que tuvimos la fortuna de presenciar y que será recordado en los anales de la Historia por su excepcionalidad en sus setlists. Podremos contarle a nuestros nietos que estuvimos presentes en semejante hito.
Los sentimientos a flor de piel, pelos como escarpias y los ojos cristalinos. Imaginaros por un momento ¿cuál sería el track ideal para mantener vivo tan excelso nivel de emociones? Efectivamente, «Burden«, era el siguiente.
La sensibilidad que transmite este tema haría remover hasta la más dura e inerte de las piedras. Desde la dulce voz, el inicio de piano, hasta los precioso arpegios; todo es perfectamente hermoso. Pero el culmen, el clímax de la noche, fue para mí, el maestrérrimo solo de Åkerfeldt y Fredik Åkesson. Dueto de genios que destriparon con la máxima elegancia todas las emociones que contenían sus guitarras. Las lágrimas ya empezaban a asomarse en nuestros ojos. Majestuoso, sublime, apoteósico. No se puede describir de mejor manera esta experiencia vital.
Bfffffff, a partir de aquí ya nada podría saciar nuestro apetito. Eso pensamos más de uno. Hasta que una profunda atmósfera hizo acto de presencia con «The Moor«. El sonido del «Still Life» en su totalidad es único. Perfecto de principio a fin y con unas estructuras técnicas prodigiosas.
La historia de amor melodramática que esconde detrás se puede sentir, casi que como propia, ante la tan sincera y real puesta en escena. De nuevo, otra masterclass de 11 minutos de una excepcional simbiosis de metal extremo y rock progresivo. En esto son los reyes, ¡¿qué reyes?! Son los mismísimos Dioses.
Turno para «The Devil’s Orchard«, «Allting tar slut» y «Sorceress» que forman parte del repertorio de su última etapa. Ni rastro de growls ni de metal extremo en donde la creatividad gira hacia otros derroteros más clasicotes. Sobra decir que la polémica acerca de su cambio estilístico es, a estas alturas, absurdo. Las bandas evolucionan, al igual que nosotros mismos, y esto solo denota la grandeza de Opeth, ya que su esencia se mantiene intacta.
No podemos trascribir todos y cada uno de los diálogos de Mikael Åkerfeldt entre canción y canción, porque superaríamos, por mucho, el espacio permitido. La excepción la haremos con el cover «You Suffer» de Napalm Death. La broma en la que el público solicita esta versión ya se extiende a todos sus conciertos. Sus 1,316 segundos de duración la convierte en la canción más corta en ser grabada según el Libro Guinness. Ahí está la gracia del asunto. Unos cachondos los suecos.
Bromas aparte, se cerraba el circulo prodigioso con «Deliverance«. Dos notas fueron suficientes para reconocer el tema y llenar de júbilo al público asistente. La catarsis se estaba gestando, a grandes velocidades, para deleitarnos con la genialidad creativa con la que cierra el tema. Es así que no hubo un solo alma que no recitara la rítmica final, el outro icónico de Opeth. Hipnótica, adictiva y anabolizante hasta reventar. Así nos fuimos con el orgasmo último y definitivo que daba por terminada una actuación estelar.
A partir de aquí, tras su despedida del escenario, sufrimos una dura caída desde los cielos, un retorno a la realidad terrenal. Levitamos, olvidándonos de todo lo que estaba a nuestro alrededor, para volar en más de dos horas de viajes con la música de Opeth. Apoteosis que, por otra parte, no hace más que producirnos una sensación de amor incondicional y sanador a este precioso arte. ¡Gracias por todos estos 30 años!
Voivod, Sala Tejo, Lisboa, Portugal, 26/11/22
- Experiment
- The Unknown Knows
- Synchro Anarchy
- Holographic Thinking
- The Prow
- Planet Eaters
- Fix My Heart
- Astronomy Domine (Pink Floyd cover)
Opeth, Sala Tejo, Lisboa, Portugal, 26/11/22
- Ghost of Perdition
- Demon of the Fall
- Eternal Rains Will Come
- Under the Weeping Moon
- Windowpane
- Harvest
- Black Rose Immortal
- Burden
- The Moor
- The Devil’s Orchard
- Allting tar slut
Encores:
- Sorceress
- You Suffer (Napalm Death cover)
- You Suffer (repetición) (Napalm Death cover)
- Deliverance
Voivod:
Michel «Away» Langevin: batería
Denis «Snake» Bélanger: voz
Daniel «Chewy» Mongrain: guitarra, coros
Dominic «Rocky» Laroche: bajo, coros
Opeth:
Mikael Åkerfeldt: voz, guitarra
Martín Méndez: bajo
Fredrik Åkesson: guitarras, coros
Joakim Svalberg: batería