Colin Edwin: «Fui parte de algo que logró exito desde abajo»

Cuando se habla de Porcupine Tree, la conversación suele girar en torno a Steven Wilson. Sin embargo, los que realmente se han internado en el sonido de la banda británica, saben que el papel de Colin Edwin -uno de los bajistas australianos mas dotados de su generación- fue fundamental en establecer esa sonoridad distintiva durante más de dos décadas.
Por otro lado, Edwin es muchísimo mas que PT. Ahi están sus discos solistas como «Infinite Regress» (2008) o «PVZ» (2012), donde combina su bajo con moods electrónicos, acercándose a sonidos del ambient. También ha colaborado en un sin número de proyectos interesantes, tales como Ex-Wise Heads, un trío junto a Geoff Leigh (ex Henry Cow), con jazz, world music y experimentación electrónica.
Tampoco podemos olvidar el proyecto O.R.k., con Pat Mastelotto, Carmelo Pipitone y Lorenzo Esposito Fornasari, los cuales lanzaron «Firehose Of Falsehoods» (2025). Hoy, está dando mucho que hablar debido a dos proyectos que lo ligan de alguna manera con su pasado; esto es, los recientemente anunciados The Baldock Transmission con Chris Maitland y Jon Durant, y Voyage 35 con John Wesley, este último para ejecutar piezas en vivo del repertorio de la primera época del sello Delirium de Porcupine Tree.
Damos gracias a Colin Edwin por su enorme amabilidad y tiempo para contestar nuestras preguntas. No olvides de visitar su Substack para enterarte de sus últimas novedades, y estar atento a la web oficial de Voyage 35 para nuevas fechas que están por caer.
La entrevista con Colin Edwin
PJ: ¡Hola Colin! ¿Cómo surgió The Baldock Transmission?. Sabemos que volviste a conectar con el baterista Chris Maitland después de muchos años. ¿Qué motivó esa reunión y cómo fue la experiencia de tocar juntos nuevamente después de tanto tiempo? ¿Cómo llevó esa reconexión a componer nueva música juntos?
CE: Chris se puso en contacto conmigo algún tiempo después de que se anunciara la última versión del trío de Porcupine Tree, de la cual, por supuesto, yo no formaba parte. Supongo que se sintió feliz de descubrir que ya no era el único exmiembro de la banda. Yo debía haber trabajado con Chris alrededor de 2012, pero las cosas no resultaron, y no lo había visto en muchos años, ni tenido contacto, así que fue divertido encontrarnos y simplemente hablar de nuestras experiencias compartidas. En algún momento estuvimos comentando ciertas canciones y cómo las tocábamos, y me di cuenta de que realmente éramos una buena dupla, y aunque en su momento no discutíamos mucho las cosas, todo era instintivo. Somos bastante diferentes como personalidades y con distintos trasfondos, y solíamos bromear diciendo que solo había 5 cosas en las que coincidíamos. Pero en una ocasión Chris vino a mi casa a conocer a mi familia y nos reímos mucho juntos. Más tarde, después de que Chris se fue, mi esposa me dijo: “Es obvio que ustedes dos tienen química, ¿por qué no tocan juntos de nuevo?”.
Tenía algunas reservas, porque Chris siempre ha sido un baterista de tiempo completo, pero durante las últimas dos décadas ha estado en un mundo musical muy distinto, y a veces no es fácil volver a un rol diferente, más creativo. Sentí que él también podía tener ciertas dudas. Aun así, le planteé la idea la siguiente vez que nos vimos, y estaba seguro de que él también tenía sus reservas. Decidimos hacerlo lo menos presionado posible, sin preocuparnos por lograr un resultado concreto, solo juntarnos y ver qué pasaba. Afortunadamente, en cuanto montamos los instrumentos y empezamos a tocar, fue evidente de inmediato que las cosas (todavía) funcionaban.
PJ: Este proyecto también involucra al guitarrista Jon Durant, con quien colaboraste previamente en Burnt Belief. ¿Qué aporta Jon a la dinámica entre tú y Chris, y cómo se integró en The Baldock Transmission?
CE: Jon fue una elección fácil en varios niveles. Primero, le había dado a Chris un álbum de Fractal Sextet y algunos CD de Burnt Belief, en los que Jon participa mucho, y Chris me dijo que los disfrutó bastante. Conociendo el enfoque musical de Jon, pensé que encajaría de forma ideal. Jon no solo es un buen amigo, sino también una persona extrovertida, de mente abierta y entusiasta. Sabía que estaría feliz de participar y no se preocuparía demasiado si, por alguna razón, las cosas no funcionaban. Al fin y al cabo, en una situación creativa, nunca sabes si los espíritus se manifestarán.
PJ: ¿Qué significa el nombre The Baldock Transmission? ¿Hay una historia detrás del título del proyecto o del álbum?
CE: No hay nada demasiado profundo. Teníamos poco tiempo para encontrar un lugar adecuado para grabar, y rápidamente encontramos un estudio en un parque industrial en Baldock, un pequeño pueblo en North Hertfordshire, rodeado de campo. La parte de “Transmission” refleja que todos sentimos el proceso de tocar juntos como algo muy fluido: no hubo que sentarse a pensar durante horas qué hacer; fue como si la conexión ya estuviera ahí y simplemente nos estuviéramos sintonizando a algo juntos, quizá una transmisión alienígena que todos recibíamos y conducíamos a través de nuestras interacciones. Hubo una especie de “Gestalt” instantánea, por así decirlo.
PJ: Entendemos que The Baldock Transmission se grabó sin planes preconcebidos, aprovechando la química natural entre ustedes. ¿Podrías describir ese enfoque improvisado en el estudio? ¿En qué difiere este proceso espontáneo de cómo se componían las piezas de los 90 en Porcupine Tree?
CE: El enfoque fue prácticamente el mismo. Acordábamos un centro tonal y quizá una idea rítmica, y simplemente empezábamos a tocar. Algunas canciones de Porcupine Tree nacieron así, por ejemplo Moonloop, Intermediate Jesus y la mayoría de las piezas en Metanoia; muy poca discusión antes de presionar el botón de grabar. A veces acordábamos cambiar algo para aprovechar más la guitarra sin trastes de Jon, o para variar el centro tonal. Logramos capturar mucho material en bruto, luego lo escuchamos y seleccionamos las partes más atractivas y accesibles. Pero en general está muy cerca de lo que realmente sucedió, con unos pocos cortes menores y apenas algunos overdubs. Puedes escuchar una especie de viaje en varias de las piezas de Baldock, como si estuviéramos girando alrededor de una idea y probándola desde distintos ángulos.
PJ: En tu columna de Substack mencionaste que The Baldock Transmission es “un nuevo capítulo en una rama relacionada de Porcupine Tree”. En ese sentido, ¿dirías que este proyecto recupera algo del espíritu o la química improvisatoria de Porcupine Tree, o es una entidad sonora completamente distinta?
CE: Incluso para mí fue una sorpresa escuchar la similitud con lo que hicimos en el pasado. Chris tenía, y aún tiene, un sonido muy distintivo en su batería, y yo elegí usar mi confiable bajo sin trastes Wal, que fue mi principal instrumento en la banda durante todo el tiempo que Chris formó parte. Creo que es justo decir que ambos somos claramente reconocibles en un sentido sonoro. No intentábamos recrear nada conscientemente, así que lo que escuchas son nuestras interacciones y reacciones en el momento, nuestra exploración instantánea de ideas. Dada la naturaleza del enfoque, tener a Jon uniéndose realmente completó la pieza faltante del rompecabezas. Jon hace lo suyo, pero está muy familiarizado con la música antigua de Porcupine Tree, y entendió perfectamente el territorio; su enfoque encajó sin esfuerzo. Siempre hubo cierto desacuerdo dentro de Porcupine Tree respecto al elemento improvisatorio, no era un enfoque que entusiasmara a toda la banda, pero creo que hay valor en esos momentos y me alegra haber podido revisitar ese territorio con Chris de una manera nueva.
PJ: ¿Ves a The Baldock Transmission como una colaboración puntual, o te gustaría que se convirtiera en una banda continua? ¿Hay planes (u objetivos) para más lanzamientos con esta formación, o incluso presentaciones en vivo en el futuro?
CE: Por ahora, el álbum es simplemente un documento de lo que hicimos en esos dos días. Siento que los resultados justifican algún tipo de continuación, quizá otra tanda de sesiones donde desarrollemos un poco más las ideas antes de grabar, pero esa es solo mi impresión. En lo personal, creo que sería genial hacer algo en vivo, y ya hemos recibido algunas ofertas de conciertos, pero no hemos confirmado nada todavía y quizá no sea prudente contener la respiración esperando shows en vivo.
PJ: O.R.k lanzó su nuevo álbum Firehose of Falsehoods a principios de este año. ¿Cómo ha sido la recepción de los fans hasta ahora?
CE: El álbum ha sido muy bien recibido. Las reseñas han sido universalmente positivas y parece que estamos llegando a más gente, lo cual es gratificante. Siento que hemos progresado mucho como banda: la composición es más precisa, el material más sólido y definido, pero aún encontramos nuevos caminos. La canción Dive In, por ejemplo, fue nuestro primer intento de crear una pieza larga, algo que antes habíamos evitado, a pesar de que nos etiquetan como “progresivos”.
PJ: A menudo se describe a O.R.k como un “supergrupo” con miembros de orígenes muy diversos. ¿Cómo influye esta mezcla en el sonido de la banda?
CE: Aunque entiendo por qué nos ponen la etiqueta de “supergrupo”, nunca me ha gustado el término, porque lo asocio a un proyecto autocomplaciente, creado por gente que suele estar en un periodo de inactividad, lo cual no describe a O.R.k en absoluto. Artísticamente, con 5 discos, creo que aún tenemos mucho que decir y mucho potencial. Cada álbum ha sido una exploración creciente de nuestra química compartida y, a pesar de nuestras diferencias, aún tenemos mucho terreno común por explorar. Es una banda muy disfrutable de tocar y hay un claro sentido de propósito en lo que hacemos.
PJ: Ahora que Firehose of Falsehoods lleva varios meses publicado, ¿cuáles son los planes de O.R.k para el futuro cercano? ¿Planean hacer gira para promover el álbum, volver pronto al estudio o explorar nuevas direcciones musicales con la banda?
CE: Tuvimos una breve gira por Europa a principios de este año y ya estamos organizando fechas en vivo para el próximo. Seguimos con ganas de tocar en vivo lo más seguido y en donde sea posible. A finales de este año tocaremos en Rumania, por ejemplo, un lugar al que nunca habíamos ido. No hay un plan firme para empezar a escribir y grabar de nuevo, pero no siento que hayamos terminado todavía.
PJ: Porcupine Tree fue una parte importante de tu carrera. ¿Cuáles son algunos de tus recuerdos favoritos, o de tus contribuciones de las que más te enorgulleces, durante tu larga trayectoria como bajista?
CE: No me he detenido mucho a mirar atrás hasta hace poco, así que no entraré en recuerdos específicos, pero sí siento que haber sido parte de algo que alcanzó cierto éxito desde abajo es un logro increíble. Es casi un privilegio haber conocido y escuchado a personas que, años después, han sido tocadas por la música o se han sentido inspiradas para crear por sí mismas.
Un buen ejemplo reciente fue cuando alguien me pidió que grabara un bajo en sus propias composiciones. Eventualmente me contó que había estado en uno de los primeros conciertos de PT y salió con la convicción de que él también podía intentar hacer música, una pasión que lo ha acompañado durante años. Aunque no lo conocía, recuerdo claramente ese concierto. Debió ser uno de unas 30 personas en un pequeño club en Alemania, durante una de nuestras muchas giras europeas con pérdidas, que en ese momento parecían un fracaso total. Jamás habría pensado entonces que causaríamos un efecto duradero, pero no es un caso aislado.
En parte gracias a mi Substack, ahora tengo mucho más contacto con los fans que antes, y recibo muchos mensajes positivos. Parece que la música aún se tiene en alta estima y con mucho cariño, y realmente tiene cierta longevidad, lo cual es tan sorprendente como gratificante.
PJ: Muchos han señalado que eras el miembro con la mayor “inclinación jazzística” en Porcupine Tree, aportando excelentes líneas de bajo que contrastaban con los riffs más pesados de la banda. ¿Te consideras influenciado por el jazz (u otros estilos) en tu manera de tocar?
CE: Lo de las influencias es que, si quieres evitar ser solo un imitador, tienes que absorberlas, luego trascenderlas y casi olvidarlas, y a veces incluso se vuelven un tanto subconscientes. Justo estaba leyendo sobre lo misterioso de la creatividad, cómo las cosas necesitan un periodo de incubación en tu mente y luego pueden manifestarse mucho después, incluso en contextos inesperados, resolviendo un problema aparentemente no relacionado, por ejemplo.
Escucho mucha música y no toda es necesariamente algo que yo tocaría. Dicho esto, sigo siendo un gran amante y oyente habitual de jazz, sobre todo el antiguo. Oscar Peterson, Miles Davis, Charles Mingus, Roland Kirk, Grant Green, Ahmad Jamal… podría seguir. Generalmente también prefiero el lado más jazzístico del prog rock, como Magma, Gong, etc. No puedo asegurar que esas influencias se reflejen en lo que toco, pero sí intento mantener activo mi bajo acústico y hago algún que otro concierto de jazz de bajo perfil, normalmente en dúo con un guitarrista. El contrabajo es un instrumento implacable, que te castiga con ampollas y dolores si lo dejas mucho tiempo, así que necesito “hacerlo” de vez en cuando.
PJ: Además de O.R.k y The Baldock Transmission, ¿hay otros proyectos o exploraciones musicales en los que estés trabajando actualmente, o que te entusiasmen para el futuro cercano?
Sigo trabajando con el músico italiano radicado en Reino Unido Gaudi; tenemos el Kosmisches Trio junto con el guitarrista Pippo de Palma. Es realmente un mundo musical distinto, pero enormemente divertido. En algunos de los festivales donde hemos tocado hay una especie de extraña resonancia con la era psicodélica de los primeros años Porcupine Tree.
PJ: Finalmente, no podemos evitar preguntarte sobre Voyage 35. Aquel proyecto los reúne a ti y a John Wesley para revisitar los primeros años de Porcupine Tree. ¿Cómo surgió aquello, y cuáles son tus expectativas de cara al futuro?
CE: Fue una idea que tardó mucho tiempo en desarrollarse y que, de algún modo, fue creciendo con el tiempo. Yo siempre he estado muy enfocado en lo que hago en el presente, lo cual, para quien me ha seguido, abarca bastantes áreas distintas: O.R.k., Burnt Belief, Metallic Taste of Blood, EDK, etc. Pero a lo largo de los años he recibido un flujo constante de preguntas sobre Porcupine Tree, a pesar de que todo eso quedó muy atrás en el tiempo. Poco a poco, empecé a darme cuenta de que había un hilo común en algunas cosas en las que me había involucrado, que tenían una sensación o atmósfera conectada con el Porcupine Tree de los inicios. Por ejemplo, al tocar en algunos festivales con Gaudi Kosmisches Trio, donde había un ambiente muy psicodélico, o con Fractal Sextet, que era una música mucho más disciplinada y minimalista, pero la gente me seguía diciendo: “esto suena como los primeros dias Porcupine Tree”.
Por supuesto, reencontrarme y tocar con Chris Maitland, y luego hablar sobre la música antigua, me llevó a volver a escuchar material viejo de Porcupine Tree después de mucho tiempo, y me di cuenta de que tenía más mérito del que quizás había pensado. Encontré una vieja grabación en vivo y me puse a tocar encima solo por diversión, y, sorprendentemente, décadas después, todavía recordaba alrededor del 95% de todo al instante. Aún está ahí, en mis dedos y en mi cabeza.
Chris también me ayudó a recordar lo divertido que era tocar esa música. En los primeros días no había dinero ni reconocimiento, y creo que es cierto decir que lo que nos mantenía era simplemente el entusiasmo por la música. Muy poco tiempo después volví a conectar con Wes, que participó como invitado en la canción de O.R.k. Mask Becomes The Face, lo cual fue una gran experiencia, y me alegró mucho retomar el contacto con él. Inevitablemente hablamos de la música, y ambos coincidimos en que había sido algo genial de lo que formar parte, a pesar de cómo terminó para los dos. Poco después también volví a contactar con el primer mánager de Porcupine Tree, Richard Allen. Richard y yo habíamos bromeado con tocar esa música otra vez, pero no pasaba de eso. Luego me crucé con Glenn Povey, el primer agente de booking de Porcupine Tree, lo cual me pareció una coincidencia tan ridícula que simplemente tuve que preguntarle si tenía algún sentido la idea de volver a interpretar la música de los inicios de PT. Recibí señales positivas, así que una vez que Wes confirmó que también estaba entusiasmado con la idea, seguimos adelante con todo. Dejó de ser una broma en cuanto recibimos cierto feedback de gente de la industria. Todo parecía apuntar en esa dirección, así que ¿por qué no seguir el camino?
Sinceramente estoy esperando con ganas que resulta de esto. Es una oportunidad para hacer algo creativo y con visión de futuro, incluso aunque esté enraizado en el pasado, y al menos para mí, siento que es el momento correcto. Ya hemos tenido una gran recepción a la idea, así que espero que realmente podamos construir algo interesante sobre eso. Sería genial llevar esta música a gente que nunca pudo experimentarla la primera vez, y ciertamente hay muchísima en todo el mundo. Será distinto, claro, pero creo que incluso puede ser mejor en algunos aspectos, porque tenemos la ventaja de nuestra experiencia, y ciertos problemas técnicos que tuvimos en su época, ahora son mucho más fáciles de resolver. Tanto Wes como yo seguimos teniendo la pasión y el entusiasmo por tocar esta música, así que estoy seguro de que eso se transmitirá.