Ozzy Osbourne: Tinieblas que resplandecen

«No tienen idea de lo que siento. Gracias desde el fondo de mi corazón»

Ozzy Osbourne, festival Back to the Beginning, 5 de julio de 2025

La vida de John Michael Osbourne, o más conocido como Ozzy Osbourne, está bien documentada, pero aún siguen existiendo halos de misterio sobre este británico.

Recientemente fallecido a la hora de escribir estas líneas, un 22 de julio de 2025 a los 76 años, rodeado por su familia y amigos, tiene a todos los medios musicales de distintos géneros y ramas con un nudo en la garganta.

Nacido en 1948 en un barrio obrero de Birmingham, Inglaterra, se crió en un entorno humilde y con una infancia difícil llena de carencias y abusos. En ello, encontró en la música su vía de escape. Soñaba con ser cantante de rock y a fines de los años 60′ (luego de salir de la cárcel) unió fuerzas con el guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward.

Juntos formaron una banda llamada Earth, luego renombrada como Black Sabbath tras ver una película de terror italiana de 1963 del mismo nombre, decididos a crear canciones tan aterradoras como aquel filme.

Esta es historia vieja, pero es honroso volver a recordarla. En 1970 lanzaron su homónimo álbum debut, obra sombría que está considerada como el nacimiento del heavy metal tal como lo conocemos hoy en día. Ese mismo año «Paranoid» los catapultó a la fama mundial con temas que se convirtieron en himnos del rock, especialmente el single homónimo.

En pocos meses, Ozzy pasó de ser un muchacho desconocido y atribulado, a una estrella. En escena ya encarnaba al «Príncipe de las Tinieblas», con su voz inconfundible y una presencia hipnótica que electrizaba al respetable.

Black Sabbath continuó su ascenso con discos emblemáticos como «Master of Reality» (1971) y «Vol. 4» (1972), mientras consolidaba un estilo contundente, pesado y sombrío, pero también explorando nuevas texturas sonoras. Baladas melancólicas, efectos experimentales y arreglos más elaborados cercanos a los límites que el propio rock traspasaba para aquellos años, enriquecieron su propuesta, demostrando que su creatividad iba más allá del metal puro que habian ayudado a parir.

Sin embargo, la vida al límite comenzó a pasar factura. Las giras extenuantes, las tensiones internas y el creciente abuso de sustancias por parte de Ozzy fueron erosionando la cohesión del grupo. Tras «Never Say Die!«(1978), los conflictos llegaron al punto crítico y en 1979 fue despedido de Black Sabbath, poniendo fin a una era.

Pero aquello no fue el final. En 1980, con el apoyo y manejo de su nueva manager y futura esposa Sharon Levy, Ozzy reapareció como solista con «Blizzard of Ozz«, un multiventas impulsado por exitos como «Crazy Train» y «Mr Crowley«, clásicos del rock y del metal a estas alturas. Acompañado por jóvenes músicos virtuosos como el guitarrista Randy Rhoads, demostró que Ozzy tenía todas las credenciales de un verdadero compositor, y no era solamente un cantante carismático de riffs pesados con letra.

Durante los años 80′ y 90′ encadenó más discos populares, reinventándose sin perder su esencia tenebrosa, convirtiendose en una figura capital para la juventud mas rockera de la generación MTV. Su personalidad, mezcla de oscuridad, controversia, carisma y humor negro (nunca mejor dicho), lo mantuvo en el centro de la cultura popular.

Para fines de los 90′, cuando lo rechazaron del festival Lollapalooza por ser «demasiado viejo», decidió -junto a la visión estratégica de Sharon- organizar su propio evento, los Ozzfest, jugada maestra que le regaló al mundo alguno de los festivales de metal mas recordados de todos los tiempos.

Para la década de 2000′, el reality «The Osbournes» fue la vitrina perfecta para una masa de gente que no lo conocía por su música, encontrandose con un personaje estrafalario e hilarante. 🗣️ Shaaarooon.

Si bien la década de los 2010′ lo encontraría con una salud mas debilitada y con pausas mas largas, aun así nos regalaría mas trabajos y giras, por lo que nunca dejó de estar activo hasta practicamente el dia de su muerte.

Ozzy y el prog (y el jazz)

Aunque Ozzy Osbourne es sinónimo del heavy metal más puro, ese de camisetas negras, olor a humedad y a cerveza 😆, la verdad es que tuvo gustos bastante mas eclécticos que la mayoría podría imaginar. Sus influencias abarcan desde el pop hasta el blues y el rock clásico de los años 60′. Su primera gran revelación musical fueron The Beatles, y siempre dejó en claro que su gran frustración es no haber sido parte de los fab four.

Llegó a decir que se sentía privilegiado de haber estado en este planeta cuando nacieron The Beatles, a los que siempre consideró la banda más grande del mundo. Asimismo, veneraba el blues rock pesado de Cream, y toda la movida que dio lugar a grupos como Led Zeppelin. En algun momento expresó también admiración por Pink Floyd, confesando que es de las pocas bandas que nunca sacó un álbum malo, recordando con cariño discos poco convencionales como «Obscured by Clouds».

También es célebre sus dichos sobre Emerson, Lake and Palmer, a quienes admiraba por un lado, pero recriminaba sus excesos por otro. Citamos de su autobiografía «I am Ozzy»: Si no tienes sentido del humor, terminas como el maldito Emerson, Lake & Palmer, haciendo LPs de 8 discos para tener tus propios malditos solos de tres horas cada uno. ¿Y quién quiere escuchar eso?

Lo gracioso es que luego de la salida de Bill Ward en 2012, Carl Palmer (tambien oriundo de Birmingham) era la primera opcion de Tony Iommi para la grabación y gira del disco «13» (2013), pero lamentablemente el ex-ELP no pudo hacerlo por motivos de agenda. ¡Chale!

Por otro lado, con su habitual ironía y humor, también recordaba el reinado de Phil Collins durante los 80′ como ¡Ese $%$&%$ de Phil, deja algo para los demás, este tipo no para de sacar éxitos, me aparece en todos los malditos lados!. Además, expresaba una gran admiración por Peter Gabriel.

En 2005 sorprendió publicando «Under Cover«, un trabajo de versiones de otros artistas. Entre ellas incluyó nada menos que «21st Century Schizoid Man», en una fantasmagórica versión, haciéndole justicia al corte del rey carmesí de 1969.

Pasemos a recordar algunas de las anécdotas mas notables con nuestros artistas favoritos del prog.

  • Con Gentle Giant

En aquellos días de 1972 donde las productoras estadounidenses aún no estaban del todo conscientes del estilo de Gentle Giant, decidieron ponerlos a compartir varias fechas con Sabbath en un tour por Norteamérica, ya que ambos estaban bajo el management de Worldwide Artists, comandada por Patrick Meehan y su hijo.

Lo que debían ser fechas normales entre bandas que tenían muy buenas relaciones interpersonales, se convirtió en una gira caótica.

Dicho esto, la peor fecha de aquel tour fue la del Hollywood Bowl del 15 de septiembre de 1972. Los gigantes abrieron para encender al público, pero el show duraría poco de forma tranquila, ya que la banda se vio cubierta en una lluvia de botellas de cerveza y otro tipo de objetos que el público les lanzó al escenario, abucheándolos.

Durante «Funny Ways», los fans de Sabbath empezaron a tirar petardos al escenario, haciendo perder la paciencia de Derek y Phil Shulman con el público, encarándolos. Ray Shulman espetó: Son unos malditos imbéciles de mi3rda y la banda se fue del escenario con un abucheo aún más sonoro

La gira completa se convirtió una locura según Derek Shulman: Era ridículo. El consumo de drogas y fiestas era excesivo, recuerdo haber visto a Tony Iommi colapsar en el escenario durante un show por lo drogado que estaba. Su público nos abucheaba en cada ciudad que tocábamos. Habernos juntado en la misma gira con Sabbath fue estúpido.

Pero como dice el dicho, «no hay mal que por bien no venga»

Durante ese mismo tour, Gentle Giant comenzó a sospechar que algo no cuadraba en sus cuentas financieras. Al profundizar, no solo confirmaron que estaban siendo robados, sino que también descubrieron que Sabbath estaba en una situación aún más crítica. Fue entonces cuando Derek Shulman decidió dar el paso, llamando a Ozzy y a Tony Iommi para revelarles la aterradora verdad.

Lo que siguió fue una reunión tensa y definitiva, donde ambas bandas se enfrentaron cara a cara con los Meehan, descubriendo con horror que los metaleros ni siquiera eran dueños de sus casas, automoviles, ni regalías. Todo estaba “a nombre de la empresa”, una jugada legal que enmascaraba años de explotación. La situación escaló tanto que, según relatan testigos, Ozzy lanzó una botella de whisky contra la cabeza de Meehan, fallando por apenas centimetros.

Gentle Giant logró liberarse del contrato por $94,000 dólares, una suma alta, pero que les permitió retomar el control artístico y financiero. Black Sabbath, por su parte, enfrentó un largo y costoso proceso legal que practicamente los arruinó. Sin embargo, con el pasar de las décadas, el final fue feliz, ya que construyeron el legado millonario que hoy todos conocemos.

  • Con Yes y Rick Wakeman

Otra conexión importante de Ozzy con el prog es su amistad de décadas con el tecladista Rick Wakeman. En los 70′, Black Sabbath y Yes compartieron mánager e incluso escenario en algunos conciertos; y aunque entre bandas se tenían respeto artístico, había algunos roces por los bagajes tan distintos (una, de la clase trabajadora, y la otra, para pijos sabiondos universitarios). De acá, se desprenden muchas anécdotas.

Los cinco meses que pasaron los comandados por Anderson puliendo y perfeccionando las piezas de “Tales From Topographic Oceans” en 1973 serían descritos por Rick Wakeman más tarde como uno de los tedios más grandes que tuvo que pasar en su vida.

De allí se vio tentado a ir a merodear lo que hacían sus conocidos de Sabbath que se encontraba en un estudio contiguo, lo que llevó a su aparición como invitado estelar en “Sabbath Bloody Sabbath” (1973), concretamente en “Sabbra Cadabra”. Rick comentaría que declinó ser pagado por sus servicios, pero le invitaron a unas cervezas a cambio.

Rick recordaba que Ozzy estaba tan ebrio que le decía si a todos sus arreglos. Maravilloso, era lo único que repetía para volver a su estado de cabeza gacha con borrachera.

Por otra parte, el estudio donde Yes preparaba el nuevo LP estaba ambientado por Jon con elementos de la naturaleza para lograr una conexión con el planeta; por lo que se decoró con plantas, palmeras pequeñas, nidos de ave, vallas de corrales, e incluso una vaca de cartón.

En los días siguientes a la colaboración con Wakeman, Geezer Butler, Tony Iommi, Ozzy Osbourne y Bill Ward fueron al estudio de Yes a vandalizar la vaca de cartón de Jon. ¿Habrá sido un trato maquiavélico entre Sabbath y Rick? Todo indica que sí, pero nunca lo sabremos.

De cualquier forma, la amistad entre Rick y Ozzy se mantuvo para toda la vida. Durante los 90′, Wakeman viajó al estudio en Nueva York donde se grababa «Ozzmosis» (1995) y grabó varias capas de teclados para varias piezas, incluyendo la exitosa «Perry Mason». Ozzy encontraba en los pasajes sinfónicos de Wakeman esa sazon especial que equilibraba los riffs contundentes de Zakk Wylde, y Wakeman disfrutaba dar color progresivo a la oscuridad del Príncipe de las Tinieblas.

Wakeman le devolvería la mano invitando Ozzy a participar como vocalista en «Return to the Centre of the Earth» (1999). Allí, Ozzy puso voz a la pieza «Buried Alive» dentro de la épica sinfónica.

La amistad traspasaría las generaciones. Adam Wakeman, hijo menor de Rick, se incorporó a la banda de Ozzy en 2004 como tecladista y guitarrista rítmico para las giras de «Down to Earth» (2001) y la serie de festivales Ozzfests de aquel año. Desde entonces se volvió su colaborador más duradero, ya que debutó en estudio en «Black Rain« (2007), donde su hammond y mellotron aportaron densidad a los riffs de Zakk Wylde, y vio crecer su papel en «Scream« (2010), trabajo en el que coescribió varias canciones y alternó teclados con guitarras.

Más tarde retornó para «Patient Number 9»  (2022), añadiendo texturas psicodélicas y arreglos de piano que matizan la oscuridad característica de Ozzy. Entre giras mundiales, grabaciones y las despedidas de Black Sabbath, hasta la mas reciente de junio recien pasado, Adam se convirtió en un miembro de facto de la metal army del británico

  • ¿Y el Jazz?

Tampoco podemos dejar de mencionar Jazz Sabbath, proyecto de Adam que convierte clásicos de Black Sabbath en composiciones jazzísticas oscuras, elegantes y absolutamente sorprendentes.

Tiene una jocosa narrativa ficticia y cargada de humor británico, según la cual estas canciones habrían sido originalmente creadas por un grupo de jazz de los años 60′ y luego “robadas” por los de Birmingham.

El combo original, conformado por Adam Wakeman alias “Milton Keanes” en piano, teclados y sintetizadores varios, Jack Tustin y Jerry Meehan alias “Jacque T’fono” en contrabajo y Ash Soan alias “Juan Také” en batería, debutó en 2020 ofreciendo versiones instrumentales de las piezas más famosas de los comandados por Ozzy Osbourne, reimaginados en formato trío de jazz.

Todo esto, con algunos músicos invitados de sesión en bronces y guitarras.

Por ahora, tenemos los discos “Jazz Sabbath” (2020), “Jazz Sabbath Vol. 2″ (2022) y “The 1968 Tapes” (2024) que juega con la idea de que existen cintas perdidas de los 60′ que fueron recuperadas. Todos imperdibles.

Ozzy-Sabbath y el metal prog

Comenzamos con una máxima: la influencia de Ozzy Osbourne y Black Sabbath es fundamental en el metal progresivo, ya desde los dias de los primeros hard proggers de tomo y lomo como Rush, que sin duda alguna supieron beber de los sonidos pesados de los británicos.

Los pioneros del metal progresivo en los 80′ y 90′, como Queensrÿche, Fates Warning, Dream Theater, entre otros, han reconocido abiertamente esa deuda musical. Geoff Tate, ex-vocalista de Queensrÿche, cuenta que los cinco miembros originales de la banda solían sentarse juntos a escuchar los discos de Sabbath con Ozzy y su sucesor, Ronnie James Dio, analizándolos a fondo como una gran inspiración para su propia creatividad.

En el caso de Fates Warning, Jim Matheos señala a Black Sabbath entre sus influencias formativas, y Victor Arduini llegó a tocar en una banda tributo a Sabbath durante su juventud.

Por su parte, la formula de Dream Theater siempre ha combinado la técnica de las bandas del progresivo con la potencia heredada de agrupaciones como Judas Priest, Iron Maiden, Metallica y Sabbath. No es casualidad, ya que John Petrucci los reconoce como una de sus influencias tempranas, mientras que el siempre ecléctico Mike Portnoy los llama alguien que enriqueció su vida.

En estas bandas fundacionales se nota la huella de Sabbath en sus riffs pesados, atmósferas tenebrosas y temáticas oscuras, elementos que supieron integrar a estructuras más complejas sin perder la esencia oscura y contundente heredada de Ozzy y compañía.

Esa impronta no hizo sino ampliarse en generaciones posteriores de metal progresivo. Mikael Åkerfeldt de Opeth, suele proclamar su amor por Black Sabbath, de hecho, considera «Sabbath Bloody Sabbath» como el mejor álbum de heavy metal de la historia y su favorito personal.

En Mastodon, y su reciente paso por el festival tributo «Back to the Beginning» reconocen haberse criado bajo la sombra de los de Birmingham, donde el baterista Brann Dailor relata que su infancia estuvo rodeada por la música de Black Sabbath, al punto de que detalles técnicos como el uso del 6/8 en piezas como “War Pigs”, influyeron directamente en la forma en que Mastodon compone su música.

Adam Jones, guitarrista de Tool, profesa abiertamente su admiración por Sabbath. Explicó en algún momento que su obsesión por las afinaciones bajas viene de aquellos riffs utilizados en esos discos fundamentales de los 70′, al grado de afirmar que si uno no percibe a Black Sabbath al escuchar a Tool, es porque probablemente no conoce bien a Sabbath.

Haken ha seguido también esa tradición, y aunque sus influencias directas incluyan a los ya mencionados Dream Theater u Opeth, dichas influencias a su vez provienen del sendero que Sabbath y Ozzy trazaron años atrás.

Así, podríamos estar todo el dia.

El trono vacío

Ozzy Osbourne deja un vacío enorme, y definitivamente es de los últimos de la vieja guardia de los rockstars que vivían esa vida a 200 km/h, esa del secs0, drogas y rockanroll. Su legado, sin embargo, aunque suene cliché, es verdaderamente inmortal. Como frontman de Black Sabbath definió los cimientos del heavy metal; como solista se reinventó y siguió forjando himnos que resuenan tanto en la fanaticada mas azumagada del metal, como en los oyentes casuales que corean Mama I’m Coming Home.

Más allá de sus escándalos privados, su reality símbolo de la MTV de los 2000′ y la historia del murciélago sin cabeza, Ozzy fue ante todo un amante de la música que vivió intensamente cada nota. Ya sea con un riff demoledor o un pasaje progresivo complejo, la magia de la creación musical nace de la autenticidad y la entrega total. En eso, Ozzy Osbourne fue, es y será siempre, un maestro.

Su reciente despedida de los escenarios en el festival tributo Back to the Beginning del 5 de julio en el estadio Villa Park de Birmingham que reunió a la formación original de Black Sabbath por última vez en un escenario, junto a un cartel estelar de leyendas actuales del rock y el metal, se convirtió en su última actuación en vivo.

Este show multitudinario, nos atrevemos a decir, solo se equipara en impacto con el tributo a Freddie Mercury de 1992; y lo mejor, es que en este caso el festejado pudo verlo y sentirlo en primera persona.

Sentado en el ahora trono vacío, debilitado por ese desgraciado Parkinson, una cirugía en la columna que salió mal y un enfisema pulmonar que apenas lo dejaba cantar, pero aún imponente, Ozzy agradeció a sus seguidores con una voz quebrada pero firme: No tienen idea de lo que siento. Gracias desde el fondo de mi corazón

Que en paz descanse.


ProgJazz es un colectivo unido por la amistad nacido en 2007, y que busca difundir música sobre la base del rock progresivo, el jazz, la música de vanguardia y todos sus géneros asociados.

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