Chuck Mangione y su puente entre el jazz y lo mundano

En la calle, la gente me reconoce como el tipo de «Feels So Good», y ni siquiera saben como me llamo (risas)

Chuck Mangione

Charles “Chuck” Mangione falleció en lo que ya es considerada «una semana negra para la música», mientras dormía el pasado lunes 22 de julio en su hogar en Rochester, Nueva York, a los 84 años. La noticia ha sido confirmada oficialmente a la fecha de escribir estas líneas en su sitio web, con un escueto mensaje: Sentimos el fallecimiento de Chuck Mangione. Pronto más noticias.

Es un excelente momento para recordar la vida y obra de este trompetista norteamericano, la cual es muchísimo más que «Feels So Good»

Nacido el 29 de noviembre de 1940 en Rochester, Nueva York, se crio en el seno de una familia italoamericana amante del jazz. Desde niño estuvo rodeado de música, ya que su padre coleccionaba discos de Miles Davis, Sarah Vaughan, Sonny Rollins y Cannonball Adderley; y solía llevar a Chuck y a su hermano mayor, Gap Mangione, a los matinés de domingo de los clubes de jazz locales.

En ese ambiente absolutamente jazzero, Chuck empezó a tomar clases de trompeta a los 8 años y pronto demostró un talento precoz. Uno de sus héroes musicales, Dizzy Gillespie (amigo de la familia), quedó tan impresionado con la destreza adolescente de Chuck que le obsequió una de sus trompetas de campana hacia arriba, un gesto que simbolizó el apadrinamiento artístico de Gillespie hacia el joven músico.

A finales de los años 50′, Chuck formó junto a su hermano Gap (pianista) el grupo The Jazz Brothers, tocando preferentemente en bares. La banda llegó a grabar tres discos para Riverside Records y ganó notoriedad local. Mangione cursó estudios formales en la Eastman School of Music de su ciudad natal entre 1958 y 1963, al tiempo que refinaba su técnica influenciada por Gillespie y otros grandes.

Estos primeros años sentaron las bases de su estilo melódico y sentidamente romántico, que más adelante lo distinguiría en el mundo del jazz.

Art Blakey y los Jazz Messengers

Recién graduado, Mangione dio un gran salto a la escena profesional al unirse en 1965 a Art Blakey & The Jazz Messengers, uno de los nombres más legendarios de la escuela del hard bop. Con apenas 24 años, Chuck ocupó la codiciada silla de trompetista que antes habían tenido figuras como Clifford Brown y Lee Morgan.

Durante sus dos años con Blakey, Mangione pulió sus habilidades tocando junto a músicos de primer nivel y se dio a conocer en el circuito jazzístico internacional. Además de giras y grabaciones con los Jazz Messengers, entre ellas el álbum en vivo «Buttercorn Lady» (1966), Chuck colaboró en big bands de renombre como las de Woody Herman y Maynard Ferguson hacia mediados de los 60′.

Esta intensa etapa formativa le permitió absorber la tradición del jazz puro y forjar su propia voz instrumental, sentando un puente entre el bebop y la sensibilidad melódica que desarrollaría más tarde.

A finales de los 60′, Mangione regresó a Rochester para dirigir la orquesta de jazz de Eastman, su antigua escuela. En 1970 organizó un ambicioso show de jazz sinfónico jazz llamado Friends and Love junto a la Orquesta Filarmónica de aquella ciudad, que incluyó su pieza «Hill Where the Lord Hides«. El éxito de este show le valió un contrato discográfico con Mercury Records y su primera nominación al premio Grammy.

Chuck Mangione empezaba así a destacar no solo como trompetista, sino también como compositor y arreglista capaz de fusionar el jazz con formatos orquestales.

Chuck Mangione Quartet (con Tony Levin y Steve Gadd)

A inicios de los años 70′, Mangione formó su propio ensamble, la Chuck Mangione Quartet, agrupando a jóvenes talentos que luego serían muy reconocidos.

La primera alineación incluía al saxofonista/flautista Gerry Niewood, al bajista Tony Levin y al baterista Steve Gadd, estos últimos ex compañeros de estudios en Eastman, con el propio Chuck alternando entre el flügelhorn o fliscorno (el que se transformó en su bronce predilecto) y el piano eléctrico.

Este cuarteto combinaba las influencias del hard bop de los Messengers, pero con un enfoque melódico muy accesible, en una fórmula que tuvo muy buena llegada. En junio de 1972 se presentaron en el prestigioso Festival de Jazz de Montreux, donde causaron sensación ante un público que apenas los conocía.

La energía y química del grupo quedaron inmortalizadas en el disco «Alive!» (1972), grabado en vivo en Rochester durante un concierto benéfico, con piezas destacadas como “Legend of the One-Eyed Sailor” o su versión del estándar “St. Thomas«. Las giras por Europa y Estados Unidos consolidaron al Chuck Mangione Quartet como una de las propuestas jazzísticas con mayor fanaticada de su época, gracias en parte a la poderosa sección rítmica de Levin y Gadd, quienes luego se convertirían en referentes en sus instrumentos.

Tampoco dejó de lado sus inquietudes solistas. «Land of Make Believe» (1973), grabado en vivo con orquesta y coro, contó con invitados como Dizzy Gillespie y fue nominado al Grammy. Así, estas incursiones le ganaron reconocimiento crítico y prepararon el terreno para su gran salto a la fama masiva a finales de la década.

Se siente tan bien

La fama golpearía la puerta de Mangione en la segunda mitad de los años 70′, cuando su estilo se orientó hacia una especie de jazz fusión melódico de gran atractivo popular, lo que conoceríamos más adelante como smooth jazz. En 1977 publicó el multiventas «Feels So Good«, cuyo single homónimo se convirtió en un verdadero fenómeno mundial, llegando a describirse en su época como la melodía más reconocible desde ‘Michelle’ de The Beatles.

Esta suave y pegadiza melodía instrumental protagonizada por el cálido sonido del fliscorno de Mangione alcanzó el puesto #4 en la lista Billboard Hot 100 y permaneció allí cinco semanas.

Inéditamente, para una pieza de jazz, El LP completo fue nominado al Grammy en la categoría de disco del año, y al día de hoy es considerado un clásico infaltable en las emisoras de radio de smooth jazz. El carisma de Chuck (siempre reconocible con su sombrero de ala ancha y risa fácil) y lo accesible de su propuesta lograron acercar el jazz a una audiencia masiva como pocos lo hicieron en las últimas tres décadas del siglo XX.

Entre 1977 y 1980, todo lo que tocaba Mangione se transformaba en oro. En 1977 «Bellavia«, una emotiva pieza de jazz dedicado a su madre, le valió su primer Grammy, mientras que en 1978 compuso la banda sonora de la película «The Children of Sanchez» (conocida en hispanoamerica como «Los hijos de Sánchez»), protagonizada por Anthony Quinn, explorando sonoridades latinas y orquestales. Este ambicioso doble álbum le valió su segundo Grammy y un Globo de Oro otorgado por la prensa extranjera de Hollywood a la mejor música original de película.

Asimismo, compuso piezas para eventos deportivos de alto perfil, tales como “Chase the Clouds Away” que se utilizó durante los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, y “Give It All You Got”, el cual fue el tema oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno Lake Placid 1980. Chuck llegó a interpretar “Give It All You Got” en vivo durante la ceremonia de clausura en Lake Placid, frente a una audiencia televisiva de cientos de millones de personas.

Estos hitos consolidaron su fama internacional y demostraron que era una especie de rockstar del jazz, prácticamente al nivel de popularidad de Miles, si no más.

Su fórmula siguió dándole buenos réditos en «Fun and Games» de 1979, que incluyó el ya mencionado “Give It All You Got”; «Tarantella» (1980), un show benéfico con estrellas del jazz, y «Disguise» (1984), entre muchos otros.

Cultura pop

Si bien Mangione nunca abandonó del todo los escenarios, y siguió grabando más trabajos para fines de los 80′ y 90, decidió dejar de privilegiar la masividad, y comenzó a realizar giras más selectas.

Aun así, Chuck ya era parte de la cultura de masas estadounidense. Esto le valió una aparición recurrente interpretándose a sí mismo en la popular serie animada de los 90′ y 2000′ “King of the Hill” (“El rey de la colina”) de Fox. Con humor, la caricatura lo mostraba como portavoz de diferentes negocios y situaciones, siempre con su chaqueta roja y blanca y su fliscorno en mano, con incansables referencias a Feels So Good.

En sus últimos años, Charles continuó presentándose ocasionalmente en conciertos especiales y colaborando en proyectos benéficos, aunque con un ritmo más tranquilo tras esos años de extrema visibilidad.

Así, el mundo del jazz despide a Mangione celebrando su legado. Si bien para muchos puristas, mucha de su obra es sencilla música de ascensor, es innegable que tendió puentes entre el jazz tradicional y el gran público; y lo mejor, puentes que ya no pueden romperse.

Y eso, aún se siente muy bien. Descansa en paz, Chuck.


ProgJazz es un colectivo unido por la amistad nacido en 2007, y que busca difundir música sobre la base del rock progresivo, el jazz, la música de vanguardia y todos sus géneros asociados.

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