«Discipline» de King Crimson: Interconexion y flexibilidad

La disciplina no es un fin en si mismo, si no un medio para lograr un fin

Robert Fripp, 1981

Para encontrar los orígenes de «Discipline«, debemos primero establecer la hoja de ruta personal de Robert Fripp, llamada The Drive to 1981. Esta fue una suerte de camino de transición personal entre su salida de la academia internacional de educacion continua Sherbone House de J.G. Bennett, y el progreso de un nuevo ciclo creativo.

Entre 1977 y 1981, Fripp se propuso reaparecer en la escena musical con nuevas ideas, colaboraciones y proyectos underground que lo prepararían para lo que vendría en los 80′, tales como sus Frippertronics o con The League of Gentlemen para poder trabajar a futuro en lo que él llamaba, una banda de primera división. Esto es, con músicos de primerísimo nivel, y operando con toda la mercadotecnia musical.

Este británico, aunque no lo creas, suele explotar ideas y conceptos en un período regular de 7 años. Cuando llegase 1981, concentraría su creatividad en ello hasta 1984, para luego, analizar el resultado y ver los nuevos caminos a seguir.

Cuando en 1980, Fripp y Bill Bruford discutieron quién podría tocar el bajo en esta nueva banda de primera división, el baterista se apresuró a sugerir a Jeff Berlin, quien, según Bruford, combinaba el conocimiento armónico de un músico de jazz y el impacto sonoro del rock. Las primeras sesiones en casa de Bruford no llegaron a buen puerto, ya que Fripp sentía que el estilo del bajista estadounidense era un poco flashy para lo que tenía en mente.

En una fila de músicos que daba vuelta la manzana completa del sótano del Fulham Palace Road Café, las audiciones para los nuevos integrantes del ya por entonces bautizado como proyecto Discipline estuvieron lejos de ser fáciles. Fripp consideraba el lenguaje corporal y la presencia escénica tan importantes como el virtuosismo en el instrumento para evaluar la idoneidad para la nueva agrupación.

Casi como algo biblico, al tercer día apareció el bajista americano Tony Levin y la búsqueda terminó. Fripp había conocido a Levin grabando el primer álbum de Peter Gabriel en Toronto y, por supuesto, había quedado encantado con el resultado en su trabajo solista «Exposure» (1979). Robert había asumido que el siempre ocupado Levin no estaría disponible, pero se enteró a través de Polydor que estaba disponible y listo para unirse a cualquier proyecto interesante. Si hubiese sabido antes, le habría llamado enseguida como primera opción.

Para Levin, esta opción le cayó del cielo, ya que estaba renunciando a ser un músico de sesión, y quería la seguridad monetaria de pertenecer a una buena banda estable. Por otro lado, estaba dispuesto a unirse a cualquier proyecto que involucrara a Robert Fripp, no importando que clase de música tocara.


El guitarrista, por su parte, ya consideraba que trabajar con Levin había sido una de las mejores experiencias musicales de su vida. En aquella tarde, Bill le mostró a Tony un compás de 9/8, agrupado en 5 y 4, proveniente de «Larks’ Tongues In Aspic«. Tony lo entendió antes que Bill terminara la frase, siendo que nunca en su vida había escuchado ese disco. Era el candidato perfecto.

Pero algo faltaba. Esta nueva música demandaba otro guitarrista paralelo para llevar a cabo unas ideas salvajes de acordes desplazados que Fripp tenía en mente.

Robert vio por primera vez al guitarrista americano Adrian Belew tocando en el Madison Square Garden en 1978 como parte de la banda de David Bowie, puesto que inicialmente le había sido ofrecido a él. Fripp quedó impresionado y atraído por la energía que irradiaba su forma de tocar y su presencia en el escenario, decidiendo alli mismo que debía conocerlo a toda costa. Aquello finalmente ocurrió en el Bottom Line Club de Nueva York en 1979, donde Steve Reich y su conjunto interpretaban «Music For 18 Musicians».

Sus caminos volverían a cruzarse cuando la banda de Belew, Gaga, fue telonera de The League Of Gentlemen en Estados Unidos. El oído de Belew para los detalles y su asombrosa creatividad poco ortodoxa fueron factores que convencieron a Fripp de que este natural de Kentucky era exactamente el tipo de músico que necesitaba, por lo que no dudó en ofrecerle el puesto de ser «el otro guitarra».

Pero «cazar» al americano no sería tarea fácil. Adrian se vio tentado para participar en el venidero «Remain in Light» (1980) de Talking Heads y su correspondiente gira de promoción. Durante la fecha de Londres de aquel tour, Robert volvió a ofrecerle el integrarse al nuevo proyecto. Era ahora o nunca.

Habiendo conseguido recientemente un contrato de grabación como solista en Island Records, Adrian se mostró reacio a unirse a lo que, sobre el papel, parecía un “supergrupo” de músicos de sesión. Sin embargo, Belew reconoció una gran oportunidad de trabajar no solo con uno de sus héroes musicales, sino también con Bill Bruford, a quien citaba en esa época como su baterista favorito junto a Ringo Starr. Así es como se llegó a un acuerdo, donde Belew se uniría a la banda con la condición de poder dedicar una buena parte del año a su propia carrera. Para Fripp, eso era suficiente.


Los cuatro músicos finalmente comenzaron a trabajar juntos en marzo de 1981 en una vieja casona del siglo XIII cerca de Badbury Rings, a las afueras de la ciudad natal de Fripp, Wimborne. Las paredes tenían un metro de espesor, y mientras en la sala de estar se ensayaba, en la cocina apenas se escuchaba. Fue en dicho lugar donde a los pocos días surgió «The Sheltering Sky» proveniente de una improvisación. Bill Bruford nos lo contó en esta entrevista que le hicimos.

Mientras tanto, Fripp estableció una serie de reglas para esta nueva banda, entre ellas:

Cualquier solución existente a un problema es la incorrecta. Absolutum, obsoletum.

Si tienes una idea, no la toques.

Cuando se produce un cambio en la música, todos deben estar presentes.

No se permite hablar durante los ensayos.

La música debe ser tocada con precisión y sin adornos innecesarios.

El silencio es tan importante como el sonido.

La práctica es esencial.

No toques hi-hat ni platillos, chocan con las frecuencias altas de las guitarras

La improvisación debe ser estructurada.

La música debe ser tocada con alegría y entusiasmo.

La música debe ser tocada con respeto y humildad.


Cada día aparecía un nuevo gadget para intervenir, un nuevo sonido para experimentar, nuevas guitarras sintetizadas Roland con las que jugar, y nuevos pad Simmons con Octobans para probar; mientras destilaban diferentes dinámicas e intentaban establecer nuevos e inéditos arreglos.

Varias de las nuevas piezas se caracterizaban por la musculosa mano derecha de Fripp proporcionando una serie ininterrumpida de semicorcheas de principio a fin, con un picking de su mano izquierda realmente endemoniado; mientras Adrian tejía verdaderos arcoíris musicales, coronado con una polirritmica batería, bajo y el todavía inédito hasta esa época, Chapman Stick, entrando y saliendo de las canciones a placer. Sin mencionar que este último instrumento también podía hacer las veces de tercera guitarra.

Esto ciertamente no era rock, no era jazz, no era ni siquiera rock progresivo. Algo mágico estaba sucediendo. Paddy Spinks, el manager de la época, describía el sonido como bastante musical, bastante denso, bastante cerebral. No estaba seguro de cómo iba a funcionar aquello en un disco de música popular, pero sabía que en vivo iba a funcionar muy bien.

Las nuevas piezas contenían una enorme cantidad de información musical compactada en un promedio de unos cinco minutos. Belew tenía la tarea titánica de encontrar palabras y melodías vocales para transformar cinco de ellas en canciones, lo cual no era poca cosa considerando las texturas punzantes y los patrones poco familiares del material.

En menos de diez días, ensamblaron siete piezas en un estilo estrechamente entrelazado que fusionaba gamelán y el minimalismo de Steve Reich de una forma tan inusitada como innovadora.

Poco menos de un mes después de comenzar los ensayos, Discipline dio su primer show en Moles, un pequeñísimo club subterráneo en Bath, con una recepción eufórica. Los fans que fueron a verlos por Fripp y Bruford, se estrellaron con el nuevo material, sorprendentemente diferente del King Crimson de 1974. Sin embargo, la inclusión de «Larks’ Tongues In Aspic, Part Two» y el debut en vivo de «Red» hicieron inevitables las comparaciones.

Allí estarían presentes como público unos jóvenes Curt Smith y Roland Orzabal de Tears For Fears, en una noche que cambiaría sus vidas para siempre.


A la 1:00 de la mañana, un emocionado Fripp anotó en su diario: Bueno, lo hicimos. Esta banda será colosal, es así de buena. TL (Tony Levin) no cree que sea comercial; yo le dije, ‘es una banda de Top 30’. TL no está convencido, pero dice que me cobrará el cheque igual. Para mí, esta es la banda por la que he pasado cuatro años preparándome. Y hablando de cheques, se acordó desde el principio que todo el dinero proveniente de regalías se dividiría en partes iguales.


Durante los ensayos posteriores a este show, Fripp se reunió con EG Records para hablar sobre el nombre del grupo. Desde los primeros encuentros, el británico estaba convencido de que la música que escuchaba era la de King Crimson, aunque cambiar el nombre tendría todo tipo de ramificaciones, tanto positivas como negativas. El nombre tenía cierto prestigio, pero también connotaciones de mirar hacia atrás. Quizás era consciente de las declaraciones a la prensa en 1974, cuando había proclamado que Crimson había dejado de existir para siempre.


El mes de septiembre de 1981 sería el séptimo aniversario de la disolución de Crimson y también marcaría el final de la hoja de ruta The Drive to 1981. Robert y el manager Spinks razonaron que sería un momento ideal para lanzar un álbum bajo el nombre de Crimson, también persuadidos por las opiniones de Tony Levin y Adrian Belew, ya que en Estados Unidos el término Discipline tenía una connotación negativa de «castigo».

El 18 de mayo de 1981, la banda entró en los Island Studios de Basing Street, Londres, acompañados por Rhett Davies, quien tiene la distinción de ser el primer productor externo a la banda en trabajar en un álbum de King Crimson. Spinks llegó con una tarea de EG bajo el brazo, quienes querían un sonido más redondeado y comercial para el nuevo Crimson, en sintonía con lo que estaba pasando por aquel entonces en el ambiente musical.

Grabar a King Crimson no presentó grandes desafíos técnicos para el productor Davies, aunque al principio se sintió desconcertado por el sonido que generaban, sobretodo de la doble función de guitarra/bajo del Stick. Mientras la banda tocaba, le resultaba difícil identificar qué músico estaba ejecutando cada línea, porque el sonido que producían era extremadamente interconectado.


El LP, naturalmente llamado «Discipline», trata de la interconexión de estas ideas disciplinadas y experiencias unidas en conjunto. Si quitamos un solo elemento de esos hilos, todo se desmorona; pero juntos, se convierte en algo fuerte y flexible, algo reflejado de excelente forma en el arte de tapa de la casa de diseño gráfico Peter Saville Associates (mas tarde rediseñada por Steve Ball). En la tapa trasera, aparece un aforismo que sería toda una declaración de intenciones: La disciplina no es un fin en si mismo, si no un medio para lograr un fin.

En otras palabras, esto no es un show off vacío de musicos virtuosos que quieren mostrar destreza a toda costa, sino una música cuidadosamente compuesta que fluye con libertad dentro de un sólido marco técnico y conceptual.

Finalmente, en solo tres de las cuatro semanas agendadas del estudio, «Discipline» estuvo listo, y puesto a la venta el 22 de septiembre de 1981. Mientras algunos contemporáneos de King Crimson se conformaban con quedarse en sus laureles o lanzarse directamente hacia el comercialismo, cada fibra de este grupo brillaba con deslumbrante frescor, una brillantez flexible que surfeaba sin esfuerzo el espíritu de la época post punk, new wave, al mismo tiempo que se mantenía fiel a sus principios fundamentales, y plantaba una cara sorprendentemente futuristica.

La disciplina


«Elephant Talk» es una especie de guía para principiantes del nuevo Crimson. En la pieza homónima del segundo LP solista de Fripp llamado «God Save the King/Under Heavy Manners» (1980), David Byrne declamaba una serie de non sequiturs (frases inconexas) proporcionadas por el británico. A Belew se le dio una lista similar para esta nueva pieza, pero, incómodo con una recitación de ese tipo, ideó su propio catálogo de palabras organizadas alfabéticamente.

Aquello solo sería el preambulo para una música absolutamente inenarrable ya desde el minuto cero cuando aparece esa introducción característica de Levin en su Stick que dejaría a mas de alguien con un sendo signo de interrogación en la cabeza. De allí, todo se vuelve magia sonora ¡hasta bailable!, sonidos del zoologico de la guitarra de Belew mediante.

Además de ser uno de los mejores frontman que un grupo podría desear, la presencia instrumental de Adrian permitió a Robert hacer realidad sus codiciadas nuevas partes entrelazadas. Quizás el ejemplo más elocuente sea la segunda pista, «Frame By Frame«, cuyo puntillismo con arpegios desplazados se inspira fuertemente en la estética minimalista de Steve Reich. Aunque esta pieza parezca un viaje alocado, también es una prueba del extremo control que tenía este KC, ofreciendo una excelente oportunidad para ver los dos enfoques diferentes de las nuevas dos guitarras de Crimson.

Hablando de dualidades, la letra habla de las diferencias de enfoque entre las dos mitades de la banda; con un Robert y Bill -los ingleses- favoreciendo charlas y debates, mientras que los mas espontáneos estadounidenses Tony y Adrian, afinando y esperando para tocar.

Mientras «Matte Kudasai» (término japonés que significa espera por mi) es una bellísima balada claramente derivativa de «North Star» de Fripp y Daryl Hall; «Indiscipline» es la negación del concepto, pero también una consolidación. Después de una -a estas alturas- clásica apertura de Bruford practicando dicha indisciplina, la voz de Belew actúa como un elemento casi disruptivo, con frases que se deslizan en el tenso ambiente de arpegios sostenidos y un brillante beat marcado por el Stick.

«Thela Hun Ginjeet«, un anagrama de calor en la jungla, es una amalgama de The League of Gentlemen y Talking Heads; y claro, si hubo dos músicos del grupo que participaron en trabajos de los comandados por David Byrne, no podíamos esperar otra cosa.

En medio de una pesadilla bailable de ritmos africanos, funk, guitarras entrelazadas y sintetizadores, se genera un paisaje caótico pero perfectamente calibrado. La letra, como ya es bien sabido a estas alturas, se inspira en un episodio real vivido por Belew, cuando fue cuasi asaltado y confundido con un policia en Nueva York mientras buscaba inspiración por las calles, grabadora en mano.

La primera pieza que emergió de esta milagrosa agrupación, «The Sheltering Sky«, es un viaje de 8 minutos en el que vamos abordo de un slit drum africano. No se trata de un ritmo marcado tradicionalmente, sino de un latido que respira y se expande, dando sensación de espacio y de movimiento lento, como si un paisaje se desplegara ante nuestros ojos.

Y vaya que se despliega, evocando desiertos, cielos abiertos y espacios infinitos, lo que conecta la referencia literaria de la novela de Paul Bowles, del mismo titulo.

El instrumental de cierre “Discipline” es un perfecto ejemplo del enfoque matemático y rítmico de King Crimson en 1981. Se construye sobre guitarras en 13/16 y 9/16 de Fripp y Belew que se entrelazan en patrones precisos, mientras el bajo de Tony Levin y la batería de Bill Bruford marcan una base polirritmica, pero estable. Una suerte de math rock y la venerada agrupación de Tool antes de la existencia de aquellos conceptos.

Este no es mi King Crimson

«Discipline» naturalmente representaba otro de esos puntos de inflexión en la carrera de King Crimson y recibió inicialmente una mezcla de asombro y escepticismo. La prensa especializada destacaba la complejidad rítmica, precisión técnica y la fusión de influencias del new wave y minimalismo; aunque los comparaban torpemente con lo que estaba haciendo Rush por ese entonces. Todo, mientras muchos fans de toda la vida, contrariados, quedaban en un estado de shock absoluto, no sabiendo que pensar sobre aquella música. Vamos, ¡ni siquiera había mellotron!

La gira, que había iniciado incluso antes de grabar el trabajo, continuó en Norteamérica, con shows en ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Pasadena, San Diego, Vancouver, Seattle y San Diego. En noviembre de 1981, King Crimson tomó el control del Savoy Theatre en Nueva York para tres noches inolvidables, con dos shows por noche. Abajo te dejamos un video subtitulado por nosotros donde Fripp describe esos conciertos como donde lo imposible, se volvio posible.

En diciembre de 1981, la banda se presentó en Japón, con fechas en Tokio y Osaka.

El legado

Esta nueva disciplina del rey carmesí no solo fue un ingrediente más para terminar de redondear la ecuación de lo que conocemos hoy como el concepto de King Crimson, si no que fue una auténtica escuela para toda una generación de músicos y bandas posteriores. La precisión rítmica, las guitarras de acordes desplazados y la polirritmia sirvieron como modelo para el rock progresivo moderno, el math rock, el post rock, el metal prog, e incluso ciertos acercamientos experimentales dentro del funk.

Bandas y artistas de las décadas siguientes adoptaron la idea de construir música sobre patrones entrelazados, métricas complejas, y no es arriesgado afirmar que este LP inventó carreras discográficas completas de agrupaciones venideras.

Por eso, y por mas de cuarenta años después, Discipline sigue siendo un hito y una fuente de inspiración para músicos de todos los géneros. Es mucho, muchísimo mas que solo «buen rock progresivo», un verdadero punto y aparte de la musica popular de fines del siglo XX.



Bibliografía: «In the Court of King Crimson: An Observation Over 50 Years» – Sid Smith, Entrevista a Bill Bruford por ProgJazz , «On (and Off) The Road» Booklet, DGMLive

ProgJazz es un colectivo unido por la amistad nacido en 2007, y que busca difundir música sobre la base del rock progresivo, el jazz, la música de vanguardia y todos sus géneros asociados.

You may also like

Comments are closed.