Ekzilo, y el eclecticismo de «Quantum Phase Transition» (2025)

El disco debut de la banda española Ekzilo (homónimo, de 2020) fue el primer lanzamiento que reseñamos en las redes sociales de ProgJazz. En aquel entonces, José Ruiz nos habló por Facebook, ofreciéndonos una copia antes de su lanzamiento. Nosotros, que recién empezábamos con ProgJazz, estábamos sorprendidos y halagados. Más aún, considerando que el disco era muy bueno y diverso. Por fortuna, luego de cinco años, Ekzilo ha regresado, en gloria y majestad, con su segundo álbum: Quantum Phase Transition.

Editado el 18 de abril de 2025 por Astronomy Recording Music, Quantum Phase Transition presenta una remozada versión de Ekzilo. Esta vez, usando un título en inglés, que hace referencia al concepto físico de «transición de fase cuántica». Como no soy físico, supongo que podemos entender este título como parte de la infinita búsqueda de sonido que hacen (y que logran, de hecho). A ello, se suma una carátula que muestra un diseño moderno, enérgico, y con un universo lleno de luces y sombras.

También se observa el cambio de uno de sus integrantes respecto de su debut, con el ingreso de Abelix Tudela en la batería. Así, el grupo se completa por José Ruiz, en guitarra eléctrica y flamenca, Paula Rodríguez en los teclados y voz, y Ángel Veas en el bajo.

Las composiciones siguen a cargo de José Ruiz, por lo que el eclecticismo del álbum debut se mantiene intacto, aunque en esta ocasión añadiendo nuevos ingredientes estilísticos al disco. Esta diversidad de estilos, que en un disco cualquiera podría resultar incómoda, Ekzilo logra mantenerla ensamblada, fluida y fresca, lo que denota la atención a los detalles que el grupo ha colocado en este trabajo. A ello se suma una producción impecable, y una labor muy minuciosa en cada arreglo instrumental. Probablemente, Quantum Phase Transition sea el resultado de mucho, mucho tiempo de trabajo de Ekzilo, y eso no podemos sino agradecerlo.

Las canciones del álbum

En Quantum Phase Transition, Ekzilo nos ofrece seis piezas, que suman casi 55 minutos. La primera de ellas, Patibulum, presenta un sonido moderno, con elementos estilísticos con influencias de Riverside. La batería ejecuta algunas variaciones que dan dinamismo al sonido, con punzantes golpes de bajo y arreglos más atmosféricos de guitarra y teclado. De hecho, a lo largo de la canción, la guitarra de Ruiz va salpicando acompañamientos y armonías más que riffs o solos desenfrenados, entregando el protagonismo a sus compañeros de equipo. Una pieza equilibrada y suficientemente potente para esperar más de lo que viene.

La voz de Rodríguez se desliza con calidez, hasta el minuto y medio, en que el ánimo cambia brevemente hacia voces desgarradas propias del death metal, y que acerca al grupo a influencias de bandas como Opeth. Un sonido inédito en Ekzilo, y que ya demuestra, por sí mismo, que esta banda no tiene miedo de explorar y ampliar su propuesta. Poco a poco, Patibulum nos sigue ofreciendo cambios de ritmo y melodías, que se desenvuelven con fluidez en cada transición.

La Fábrica de Barro es la segunda pieza. Un instrumental inspirado en melodías españolas (al no ser español, no sabría decir de qué región o de qué época), en el cual la guitarra cobra un mayor protagonismo. Con un ritmo agradable y ágil, moldea un aire propio de los años 70, algo más en la línea de temas de su álbum debut. Le sigue Dunas, otra pista instrumental, de pulso más pausado. Este tema suena en un clave moderna, y con la guitarra eléctrica cobrando mayor protagonismo, con líneas elegantes y sobrias. Uno de los aspectos clave del sonido de José Ruiz es, justamente, su capacidad para guardar para los momentos precisos todo su talento y técnica en la guitarra, lo que realza la expresividad de su interpretación. El acompañamiento instrumental es soberbio, que se enriquece por los diversos sonidos que entregan los teclados de Paula Rodríguez.

El álbum parece cobrar todavía más fuerza con Brujería, otro tema instrumental de marcada inspiración mediterránea. Un obsesivo arpegio muteado de guitarra eléctrica abre paso al resto de los instrumentos, para desenvolver una melodía con influencias andaluzas, especialmente en algunas secciones en 6/8. Hacia la mitad de esta pieza surge un melodioso solo de guitarra, que se transforma en un conjunto de feroces golpes de bajo, brillando aquí la sección rítmica. La tensión comienza a acumularse para desembocar en una hermosa guitarra flamenca, una especialidad de la casa, y que nos recuerda ciertos pasajes de su disco debut. El cierre es un despliegue de energía, digno para una de las pistas más fuertes del álbum.

Sin embargo, esto no es sino el anticipo de algo más grande: Evolution, la primera epopeya de Ekzilo, que bordea los 19 minutos de extensión. Aquí el grupo parece haber vertido todo lo que tenía que decir. El silencio discográfico de cinco años tiene, en esta pieza, su punto culminante, en que Ekzilo despliega todo su arsenal. Rodríguez exprime su registro vocal y los instrumentos tienen sus momentos de brillo individual y en conjunto. A ello se suma una variedad de sonidos amplísima, incluso para el eclecticismo de Ezkilo.

Así, tenemos momentos de rock y de metal (donde regresan los guturales) al inicio, hasta una sección intermedia de mayor calidez, y que abre otra de jazz rock. Desde aquí, su energía se incrementa hacia el final, derrochando fuerza para un cierre arrollador. Una fusión que abraza distintos estilos y épocas, y que probablemente represente el plato fuerte del álbum.

Ekzilo cierra Quantum Phase Transition con Epílogo. Una breve muestra de guitarra eléctrica interpretada en estilo flamenco de menos de dos minutos, y que ofrece un descanso auditivo después de la experiencia de Evolution. Un necesario cierre para un disco que promete destacar durante este 2025.

En definitiva, con Quantum Phase Transition tenemos un álbum audaz, y que no claudica en la búsqueda de sonidos e influencias diversas. Al compararlo con su disco debut, a ratos pareciera que Ekzilo se hubiera reinventado, realmente. Casi como si fuera otra banda. Y si bien esto es parcialmente cierto, el espíritu inquieto de sus composiciones se mantiene intacto. Y eso, precisamente, es lo que parece definir la propuesta de Ekzilo.

Uno de los iniciadores de ProgJazz, siempre buscando proyectos emergentes, aunque sin dejar de disfrutar de las bandas clásicas. Siento un placer especial al investigar e interpretar el significado y la intención de cada disco que escucho.

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