Jacob Roberge y «The Passing»: Una carta de amor al progresivo moderno

Tenemos de la nada, una de esas sorpresas maravillosas. Un desconocido canadiense llamado Jacob Roberge emerge con un debut llamado «The Passing«, sirviendo de prueba que el rock progresivo en 2025 sigue gozando de excelente salud.
Este multiinstrumentista natural de Quebec cuenta con formación en canto clásico y educación musical, con abundantes influencias en su maleta de artistas como Steven Wilson, Styx, Pink Floyd y Neal Morse, así como en compositores clásicos como Béla Bartók y Johann Sebastian Bach. Y vaya que se nota, pero en el buen sentido.
Desde los primeros compases de «The Passing», lanzado el 31 de enero de 2025, queda claro que estamos ante algo especial. Apuntamos desde ya que Roberge no solo ha creado un disco impresionante en cuanto a composición y ejecución, sino que también ha logrado capturar la esencia de los grandes del género sin perder su propia identidad. Si bien se pueden identificar influencias evidentes de los ya mencionados Neal Morse, Pink Floyd, Porcupine Tree y The Flower Kings, el sonido de Roberge es inconfundiblemente suyo. Un sonido que podríamos definir rápidamente como elegante.
El trabajo, que podría ser atravesado por el concepto de la pérdida y como el ser humano lidia con aquello, consta de seis canciones con una duración total de 64 minutos que no se hacen largos, lo que ya es un triunfo. Cuatro temas de entre cinco y seis minutos, una pieza de diez minutos y un cierre monumental de 32 minutos componen un viaje sonoro que supera las expectativas con creces. «The Passing» podría ser definido como una carta de amor al rock progresivo, pero también como una declaración de intenciones.
Además de sus evidentes talentos tímbricos (batería, bajo, teclados, bouzouki, etc.) y la rica instrumentación que lo acompaña, su apropiado color de voz es muy agradable, pero a la vez transmite emoción, navegando entre la intensidad y la sutileza con una gran facilidad. Esto, unido a la sutil orquesta, causa un efecto devastador. Como en los mejores Genesis, cada nota parece estar meticulosamente colocada, cada arreglo cuidadosamente diseñado para evocar la emoción precisa en el momento exacto.
Las canciones de «The Passing»
Para efectos de reseña, agruparemos las piezas de acuerdo a su tonalidad para una introducción amigable para el oyente y no a su orden cronológico. Tenemos «The Long Way Home» como la perfecta introducción que establece el tono del álbum. Desde el primer minuto, la riqueza melódica y la atención al detalle nos sumergen en el mundo de Roberge, con ese teclado a lo pianoforte, tan exquisito.
«Garden of Souls» y «Petrichor» equilibran complejidad técnica con una accesibilidad melódica sorprendente. En estas piezas, queda patente la capacidad de Roberge para combinar riffs potentes con pasajes introspectivos propias de un melómano consumado. «Empty Traces Pt. 1 y Pt. 2» continúan la narrativa con una intensidad emocional creciente, influenciado por cosas que haría Tony Banks o los mejores Marillion, preparando el terreno para el acto final.
El punto culminante del disco es la monumental pista título, «The Passing». Con una duración de 32 minutos, esta pieza representa la esencia misma de como debe entenderse el rock progresivo moderno: ambiciosa, impresionante, pero a la vez emotiva y profundamente conmovedora. A través de cinco movimientos distintos, explora los cinco estados del duelo, tejiendo un tapiz de emociones que van desde la negación hasta la aceptación.
La temática principal se introduce de inmediato y reaparece a lo largo de la pieza de manera magistral, creando una excelente cohesión (¡qué buen gusto!), pero tampoco se deja de lado la fuerza, con momentos frenéticos que recuerdan a Neal Morse, seguidos por pasajes de una belleza etérea que evocan a ese Pink Floyd más introspectivo. Cada transición es natural, cada momento es un eslabón esencial en una cadena perfectamente ensamblada.

Jacob Roberge
Madurez instantánea
Para ser un debut, el nivel de madurez artística que Roberge demuestra es asombroso. Es raro encontrar un artista que llegue con una visión tan definida desde su primer trabajo, pero aquí estamos, con un álbum que ya se siente como un clásico moderno dentro del género.
«The Passing» no es solo un gran disco de rock progresivo. Su atención al detalle, la calidad de su composición y la ejecución impecable hacen que sea un viaje inolvidable para cualquier amante del género. Es un disco que requiere ser escuchado con atención, un trabajo que se revela más y más con cada reproducción.
Para aquellos que aman el rock progresivo clásico, «The Passing» ofrece un guiño respetuoso a los grandes nombres del pasado mientras mantiene su identidad propia. Para quienes buscan algo fresco y emocionante, este disco es la prueba de que el género sigue vivo y evolucionando.
La única pega que le vemos es que Jacob Roberge se ha puesto el listón muy alto con su debut. Si este es solo el comienzo de su carrera, no podemos esperar a ver qué nos traerá en el futuro. Pero por ahora, «The Passing» será, sin duda, uno de los discos destacados de 2025 de nuestro género favorito.
Jacob Roberge – The Passing (enlace a Bandcamp acá)
Personal:
Jacob Roberge: voz, teclados, batería, percusion, bouzouki, bajo fretless en »Garden of Souls»
William Gaboury: guitarras, bajo, programación, teclados
Marjorie Bourque: violín
Julien Siino: cello
Gabriel Cyr: guitarra en »Anger»
Rémi Cormier: trompeta en »Petrichor»
Annie Payeur: coros en »Garden of Souls»
Canciones:
- The Long Way Home 05:07
- Empty Traces, Pt.1 05:17
- Garden of Souls 06:27
- Petrichor 10:26
- Empty Traces, Pt.2 05:33
- The Passing 32:03