Jean-Luc Ponty y «The Atacama Experience»: Travesía por el desierto

Nueva edición de «The Atacama Experience»

Evoca perfectamente lo que sentí en las vastas planicies de Atacama

Jean Luc Ponty

En 2007, Jean-Luc Ponty volvió al estudio tras un paréntesis de seis años desde «Life Enigma» (2001) con un gran concepto en mente. Surgió entonces «The Atacama Experience«, una obra concebida como un periplo musical inspirado en los viajes del francés por Sudamérica, India, Irlanda y, sobre todo, por el enorme desierto de Atacama en Chile, el cual es el más seco del mundo.

A la fecha que escribimos estas líneas, estamos ante la primera remasterización y relanzamiento de un trabajo destacado y muy particular dentro de la abundante discografía del violinista. Es, pues, una excusa perfecta para recordarlo.

Erróneamente conocido en sus primeros años como The Acatama por un error tipográfico de las primeras ediciones, estamos ante un disco absolutamente maduro, que revive las esencias del Ponty clásico, incorporando matices de world music y sonido contemporáneo.

La instrumentación del álbum refuerza la vocación viajera del concepto. El núcleo de la banda –su equipo de gira– lo componen William Lecomte (piano y teclados), Guy Nsangué Akwa (bajo eléctrico), Thierry Arpino (batería) y Taffa Cissé (percusión), a los que se suman ocasionalmente dos “dioses de la guitarra”: el belga Philip Catherine y el todopoderoso Allan Holdsworth.

En el desierto

Ponty alterna su violín eléctrico de cinco cuerdas con uno acústico, revelando facetas muy diversas: desde el postbop más clásico, hasta las ya mencionadas influencias de la world music con ritmos latinos y mucho funk.

El resultado es un mosaico sonoro polifacético: encontramos bebop moderno con “Parisian Thoroughfare”, matices celtas y gaitas en “Celtic Steps”, influencias de la India en “On My Way to Bombay”, grooves latinos presentes en “Euphoria”, y texturas electrónicas ambientales en la pieza homónima.

Un ejemplo ilustrativo es el cover del clásico de Bud Powell “Parisian Thoroughfare”, que abre el disco con un infeccioso groove unido a un beat más propio del hip-hop. Allí Ponty traspasa la agitada melodía de piano al violín, sostenido por el bajo eléctrico de Nsangué y un solo suave pero expresivo de Philip Catherine. Esta versión marca el tono general del trabajo: una sección rítmica precisa junto a la creatividad desbordante de JLP, con sonidos sumamente orgánicos.

Otras piezas subrayan esa diversidad estilística. “Premonition” retoma ecos de las épocas con John McLaughlin y la Mahavishnu Orchestra, con melodías fluidas y armonías complejas que muestran la afinidad con el jazz eléctrico clásico.

Point of No Return” combina un beat latino con arpegios dinámicos y la melodía contrapuntal característica de JLP precedida por rápidos arreglos de teclados de Lecomte. En esta pieza destaca un solo absolutamente majestuoso de Holdsworth, mostrandonos como no había perdido nada de fluidez desde sus días de «Metal Fatigue» (1985). Cuanto te extrañamos, maestro.

Celtic Steps” nos sumerge en Irlanda, con su característico violín vertiginoso -rápido como un deportivo francés de rally– dando paso a solos funky jazzy en el bajo de Nsangué; todo mientras que la batería y percusiones tejen grooves complicados y precisos. Un temazo. Por su parte, “Euphoria” despliega un ritmo latino en 6/8 iluminado por un exquisito piano y el vibráfono de Cissé.

La pieza homónima, de apenas dos minutos, es un collage sonoro electrónico: un paisaje espacial de texturas sintéticas y áridas; hermana en concepto de “Desert Crossing”, con un violín acústico de cinco cuerdas con una sonoridad íntima. En ambas piezas, el lenguaje seco del desierto se traslada directo a la música, casi sintiendo que vamos a quedar con los pies llenos de arena.

Destacan asimismo las baladas y dúos: “Without Regrets” tiene un delicado piano de Lecomte que acompaña la suave narrativa de Ponty, como también “Last Memories of Her”, la cual es otro de esos elegantes duetos de melodías melancólicas y envolvente. “Still in Love” por su parte, cuenta con dulces contrapuntos absolutamente deliciosos.

To and Fro”, pieza de cierre, crece gradualmente: comienza con un piano desnudo, avanzando por capas hasta un exuberante clímax en la que el violín dialoga sobre un fondo de teclados y ritmos vigorosos.

Como te mencionamos, «The Atacama Experience» ocupa un lugar singular en la discografía de Ponty. Logró situarse en el número 24 de la lista Billboard de álbumes de jazz; su primer disco en regresar a listas populares desde 1996.

Jazz maduro

La experiencia del Atacama no solo remite a ciertos pasajes electrificados de la época dorada de Jean-Luc Ponty, sino que los recontextualiza en una propuesta más madura, melódica y orgánica. Es un disco que celebra el viaje –musical y vital– con una paleta estilística rica, pero perfectamente cohesionada.

Es un excelente momento para recordarlo, o descubrirlo. Puedes adquirir una copia remasterizada de «The Atacama Experience», acá.


ProgJazz es un colectivo unido por la amistad nacido en 2007, y que busca difundir música sobre la base del rock progresivo, el jazz, la música de vanguardia y todos sus géneros asociados.

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