Morus: A 75 años del nacimiento de Klaus Schulze
Con gusto escribo estas lineas para el cumpleaños 75 de Klaus Schulze. Y es que, si hay algún músico que represente la independencia, la búsqueda, la indagación y experimentación en la música, por excelencia es él.
La música electrónica si bien hubo muchos experimentos e ideas rudimentarias en distintos lugares, la que conocemos hoy en día nació en la escena del Krautrock, y el músico que estuvo desde el inicio al final es precisamente Klaus Schulze. Fue pionero en distintas cosas: ser parte de las primeras bandas rockeras y experimentales en Alemania, como Tangerine Dream y Ashra Tempel, en buscar una carrera netamente solista, en grabar un álbum completamente digital y el músico más activo de aquella escena hasta este año.
Su comienzo como independiente data en 1972 con su álbum debut Irrlicht, que con los pocos recursos que tenía en ese entonces, desarmó un órgano económico que poseía, hizo arreglos eléctricos, lo procesó por algunos pedales y así lograr sonar como si tuviera sintetizadores. ¡Si, eso hizo! También se apoyó de algunas cuerdas para lograr sonidos de pads y aquí aparece el primer Trance de la historia, rudimentario, pero lo más similar a la música futurista, espacial y electrónica hasta ese momento, al menos, más que sus pares, recordemos que en esos años las bandas aún eran rockeras, Can era lo más cercano a la música electrónica, Faust sonaba psicodelico aun y Tangerine con Kraftwerk eran una mezcla de rock y electrónica.
Si bien ya a fines de los 60´s habían algunos trabajos de tecladistas haciendo música con los primeros sintetizadores de aquella época, como Wendy Carlos, eran más bien covers de música clásica y aquellos músicos no se dedicaban totalmente a una carrera como músicos compositores de extensa discografía. Vangelis por otra parte ya tenía algunos trabajos, pero aun funcionaba como un músico multintrumentista y no como un músico electrónico.
Aun así, aquello que podría caer en discusión indagando quién fue primero y quién no, existe una cualidad notable e innegable, su constante evolución, búsqueda y creación, de hecho ¡Klaus Schulze nunca repitió un tema!, no tocaba las obras de sus álbumes en vivo, no existe la gira del “Timewind”, la gira del “X”, sus álbumes en vivo son composición para ese álbum o gira específica, Schulze jamás tocó un tema dos veces, aquello no se puede hacer en la fórmula Schulziana, solo podría sonar similar, alguna secuencia que utilizó en algún tema o álbum, pero lo que saldría en vivo sería creación exclusivamente de aquella presentación.
Con una fórmula minimalista encontró un sendero infinito y esa infinitud fue tan eficiente, que nos dejó un trabajo póstumo, falleció un par de meses antes en lanzar su último trabajo, “Deus Arrakis” (Disco que escucho mientras escribo), o sea falleció creando, dejó la formula encendida.
Me atrevo a decir que se despidió como los grandes, con obra maravillosa que muestra claramente el momento en el que estaba, con un sonido nostálgico, como aquellos días otoñales o lluvioso, pero con una calma y elegancia que hace sentir mucha paz, mucha sabiduría. Hay momentos emotivos en el que se mezclan los sintetizadores con el chello, incluso a ratos se asemeja al soundtrack de la película “La fuente de la vida”, curiosamente una película que trata a la muerte como una transición espiritual hacia Xibalba, el cinturón de Orión. Vaya conexión.
Así Schulze se despide, dejando una discografía que comienza y cierra con álbumes mezclando las cuerdas con los sintetizadores, cuerdas que hacen honor a su gran maestro musical, Richard Wagner, obsesión de Schulze que lo llevó a tener un alter ego por su maestro, Richard Wanhfried.
El hombre dejó un legado con atributos que son muy difícil de igualar.
!Feliz cumpleaños Klaus Schulze!
Morus, 4 de Agosto de 2022