A Saucerful of Secrets: el eco final de Syd Barrett en Pink Floyd

A Saucerful of Secrets fue el segundo LP editado por Pink Floyd, el 28 de junio de 1968. Este disco suele reconocerse como el que marcó el debut de David Gilmour, quien entrara en reemplazo de un deteriorado Syd Barrett. Sin embargo, también es necesario reconocer que marcaría la línea creativa posterior de la banda. Ello, por el ascenso paulatino de Roger Waters como principal compositor, quien llevaría a Pink Floyd hacia las temáticas que marcaron su trabajo en la década del 70.
Sale Barrett, entra Gilmour
El debut de Pink Floyd con The Piper at the Gates of Dawn había sido muy promisorio. Al menos, lo suficiente para que EMI presionara al grupo para trabajar en un próximo álbum. Ciertamente, esto no habría sido un gran problema para un grupo joven en ascenso, pero para Pink Floyd el camino no resultaba tan llano en esta etapa. Aunque las sesiones de grabación ya habían comenzado en agosto de 1967, hubo una preocupación creciente entre todos. Syd Barrett, el genio creativo de Pink Floyd, se había mudado al barrio South Kensington (Londres), junto con Lindsay Corner, a un piso donde abundaban las fiestas y el consumo de sustancias ilícitas. Esta decisión, a fin de cuentas, aceleraría el principio del fin para Barrett.
Ello, inicialmente, sólo sería una alerta inicial. Syd se veía errático, pero no parecía nada urgente. La usual personalidad excéntrica de Barrett podía camuflar incluso ante sus familiares su real estado. Sin embargo, comenzaron algunas cancelaciones de conciertos, lo que llevaría a sus compañeros incluso a buscar terapia y asesoría médica. A regañadientes, Syd aceptó ayuda, aunque sin ver mejoras sustantivas.
Hacia fines de 1967, la gira por Europa y por Estados Unidos que realizó la banda mostraría el real estado mental del guitarrista. Errático, impredecible, silencioso y con claras dificultades para sostener una conversación coherente, Syd se agravó más y más. Llegaba a un punto sin retorno. Las soluciones podían ser varias: un segundo guitarrista, alejar a Syd de los escenarios o simplemente apartarlo de Pink Floyd.
Para evitarse problemas, el grupo decidió añadir un guitarrista de apoyo. La alternativa “natural”, entonces, recaía en David Gilmour. Él era amigo de la infancia de Syd y que, por tanto, conocía algunos de los fantasmas que habitaban en su cabeza. Para Gilmour esta era una gran oportunidad, considerando el promisorio debut de Pink Floyd, por lo que en diciembre de 1967 se unió definitivamente. Con esto, todos ganaban. Pink Floyd se convertía en un quinteto.
Sin embargo, esto sólo terminó por acelerar las cosas. Syd se alejó todavía más, y cada vez se veía menos entusiasmado por continuar. En enero de 1968, Pink Floyd tuvo su primer concierto sin su fundador. Esta situación se volvió más y más regular, hasta que el grupo anunció oficialmente la salida de Barrett en abril de ese año. Gilmour, con un estilo simple y a la vez único, representaba así la pieza faltante para el sonido de las grandes obras de Pink Floyd.
El arte del disco
La portada de A Saucerful of Secrets fue la primera de muchas que diseñaría Hipgnosis, y que establecieron un estilo visual que contribuyó a un mayor disfrute de dichas obras. En este trabajo, encontramos una propuesta de un conjunto de imágenes sobrepuestas, de bordes difuminados, que dan una sensación de viaje cósmico. También buscaría reproducir el efecto visual de las drogas.

El cómic Strange Tales sirvió de base para estas imágenes (la figura de la derecha del personaje Dr. Strange es más notoria en la edición de Estados Unidos). El personaje Living Tribunal, aquí, amenazaba con extinguir el planeta, formando una visión acerca de este final sobre el responsable de mantener el equilibrio cósmico. No obstante, la respuesta termina con “La aterradora visión parece tan real, tan inminente, ¡aunque sé que no es más que la sombra de una sombra! ¿Puede ser porque mi mundo está realmente condenado y mi lucha mística está predestinada al fracaso?” A esto se añaden varios elementos, como la imagen de un círculo zodiacal, y una miniatura de la propia banda. Marillion rinde homenaje a esta portada en el arte de su álbum debut, Script for a Jester’s Tear (parte trasera, entre los discos que están en el suelo).
La parte trasera, en tanto, muestra a los integrantes de Pink Floyd en imágenes en blanco y negro. Aparece aquí un error de imprenta que se extendió a la etiqueta del vinilo en la primera edición, en que David Gilmour es mencionado como “Gilmore”. Además, en la etiqueta del LP, la canción “Let There Be More Light” es escrita como “Let There Me More Light”.
Composición y grabación del álbum
El trabajo de composición quedó, con Syd fuera, a la deriva. Al menos inicialmente. El recién llegado Gilmour solamente contribuyó en la pieza homónima, que es la única donde colaboran los cuatro. De las siete canciones del disco, esta también es la única en que Nick Mason aparece en los créditos. El resto, son dos canciones de Richard Wright (“Remember a Day” y “See-Saw”) y tres de Roger Waters, quien ya cimentaba su camino como cerebro del grupo. Además, “Jugband Blues” sería la canción de cierre, escrita por Syd Barrett, quizá para evitar la desilusión total de los fanáticos del sonido del primer disco.
A Saucerful of Secrets comenzó a grabarse el 7 de agosto de 1967, apenas dos días después del lanzamiento del álbum debut. Estas sesiones se vieron interrumpidas por las giras del grupo, y demoradas por el ya mencionado estado de Barrett. Dichas sesiones se llevaron a cabo principalmente en Abbey Road, terminando en mayo de 1968. El trabajo de mezcla finalizó en De Lane Lea, uno de los estudios de moda de Londres en esa época, por el que pasarían varias de las bandas más connotadas de aquel entonces.
En la grabación, Mason y Waters mantuvieron su equipamiento anterior. En cambio, Richard Wright fue quien modificaría más el sonido del grupo, incorporando órgano Hammond, Mellotron MK2, xilófono y vibráfono. David Gilmour tomó prestada la guitarra de Syd al principio. Sin embargo, terminó usando principalmente su única guitarra: una Telecaster blanca que había recibido de sus padres en 1967, como regalo de cumpleaños.
Las canciones de A Saucerful of Secrets
El álbum abre con Let There Be More Light, compuesta por Waters, donde ya se muestra el cambio en el estilo del grupo. Los temas surrealistas se abandonaban, para entrar en mundos algo más oscuros, basados en el gusto de Waters por la ciencia ficción. Ya el sonido del Rickenbacker de Waters mostraba este cambio, al que se une el resto de los músicos en un torbellino de sonidos, que no siempre se aprecian a la primera escucha. Aquí las referencias a textos de ciencia ficción son varias, agregando la presencia de Lucy en el cielo, en un guiño a “Lucy in the Sky with Diamonds” de The Beatles.
Remember a Day es una de las pistas en que las guitarras fueron tocadas por Barrett, siendo también la primera que tocaría una temática recurrente a futuro: la melancolía por la infancia. Una versión instrumental de esta canción se usó en la película Remember a Day (del año 2000), que se inspira en la vida de Syd Barrett.
Luego suena Set the Controls for the Heart of the Sun, que es probablemente la primera pieza de Waters que tuvo impacto entre el público. Por ello, durante los siguientes años Pink Floyd la presentaría frecuentemente en sus shows. Con un aire hipnótico, esta canción se inspira sobre la locura de un piloto espacial que, abrumado por ideas suicidas, decide dirigir su platillo hacia el sol. El uso repetido de una frase, además, muestra un estilo particular en las letras de Waters. Este estilo se mantendría a lo largo de toda su carrera.
Corporal Clegg propone un aire más agresivo, con una letra sarcástica. Es la primera referencia de Waters hacia las miserias e ingratitudes acarreadas por la guerra. Por lo tanto, es la primera canción que rememora a su padre. La ironía se manifiesta ya desde el primer verso, en que un soldado llega de la guerra, con una pata de palo como trofeo, y con una medalla encontrada en un zoológico. Hacia el final, Gilmour interpreta el Kazú, instrumento inventado por… Thaddeus von Clegg, que inspira el nombre del personaje.
A Saucerful of Secrets es la pieza más larga del disco. Como indicamos más arriba, también fue la primera composición conjunta de Waters, Wright, Mason y Gilmour. Esta pieza se encuentra dividida en cuatro secciones. La primera, Something Else, suena tensa y amenazante, llena de ruidos caóticos. Syncopated Pandemonium, extiende este caos, aunque ahora estructurado por la batería de Mason. En el registro “Pompeii” se puede observar cómo Wright toca acordes de piano disonantes con el antebrazo. Storm Signal es una corta y tensa cortina que lleva al evocador cierre de Celestial Voices. Esta última, define el término de este viaje espacial, y bien puede interpretarse como un final triste (el fin de todo) o feliz (la esperanza que surge del caos). Con ello, el grupo también mostraba por primera vez sus influencias clásicas.
El disco prosigue con See-Saw. Otra pieza de Wright que, con plácidos sonidos dominantes, vuelve a evocar la infancia, esta vez por la separación de dos hermanos. La canción habla de una hermana (probablemente no del mismo Wright) con la que jugaban en la niñez, pero que finalmente creció para compartir con otro hombre.
Finalmente, Jugband Blues es la última pieza compuesta por Barrett para Pink Floyd, y de algún modo manifiesta su situación en el grupo. De hecho, ya los primeros versos nos dicen mucho: “es muy considerado de tu parte pensar en mí aquí, y te estoy muy agradecido de dejarlo claro, que no estoy aquí”. En los siguientes versos, este agradecimiento se convierte en dolor, e incluso en cierto resentimiento. Así, la música pasa a un plano secundario, incluso con el alucinante pasaje pasados los 1:40. Syd termina preguntando “¿qué es exactamente una broma?”
En síntesis
Con A Saucerful of Secrets, Pink Floyd marcaría varios hitos que, sin embargo, tuvieron una recepción dispar en cuanto a la crítica y éxito comercial. Por una parte, En Reino Unido y Francia alcanzó los puestos 9 y 10, respectivamente, en las listas de ventas. Sin embargo, en Estados Unidos ni siquiera entró. El cambio de sonido, para muchos críticos, resultaba también un punto oscuro que por entonces no fue bien recibido por la crítica. La salida de Syd Barrett pesaba, y era demasiado notoria. Sin embargo, ayudándose por magníficas versiones en vivo de muchas de las piezas del álbum, este terminaría madurando para, en la actualidad. De este modo, terminaría convirtiéndose en un punto de inflexión de la carrera creativa de Pink Floyd.