Keith Emerson, el genio que nos dejó demasiado luego

Tu siempre serás el dios del prog para mi

Tony Banks, 2012

El prodigio

Seamos francos, Keith Emerson no encaja demasiado en el estereotipo del rockero. Con gustos demasiado doctos para el rock y el pop, habitaba un mundo muy propio. Una mente maestra absorbida por la música. Mientras otros hablaban, él organizaba melodías en su cabeza, esbozaba nuevas composiciones y exploraba armonías inéditas.

Desde joven, su pasión por el piano fue innegable, aunque no siempre bien recibida. Fue expulsado del colegio por tocar en clases, aunque logró ser readmitido tras prometer que no lo repetiría. “Me escapaba a la sala común para tocar el piano con un amigo que llevaba un banjo”,

Considerado un niño prodigio por la gente cercana a su familia desde temprana edad, Emerson creía firmemente que el talento no se enseña, sino que se lleva dentro. “Desde los dos años ya inventaba canciones”, afirmaba. Aprendió a tocar de oído gracias a un piano en casa y más tarde aprendió a leer partituras por su cuenta. Para él, la enseñanza musical formal tenía limitaciones: “Las escuelas de música están bien, pero la improvisación se ha perdido en las orquestas modernas. Bach y otros compositores basaban su obra en la improvisación, pero hoy los músicos deben seguir estrictamente la partitura, lo que impide esa chispa espontánea que hace que la música cobre vida.

A los quince años, Emerson ya tocaba en los circuitos de la costa sur de Inglaterra, integrando seis bandas distintas al unísono. “Estaba un trío de jazz, una orquesta de swing con arreglos de Duke Ellington, una banda de rhythm and blues, un grupo de rock con repertorio de Roy Orbison y un cuarteto de música docta”. La diversidad le enriqueció y le permitió experimentar con distintos estilos. “Una noche en Brighton toqué un fragmento de Bach y lo adapté al rock and roll… y eso fue antes de conocer a Jacques Loussier.” Aquello serían los primeros brotes del grandioso futuro que estaba por venir.

Mientras trabajaba en un banco, sus noches de conciertos le dejaban exhausto. El gerente le dio un ultimátum: enfocarse en su empleo o marcharse. Intentó quedarse, pero su interés por la música era más fuerte y terminó siendo “invitado a renunciar”.

The Nice

Tras liderar un grupo llamado John Brown’s Body, se unió a los T-Bones y luego a la banda de apoyo de la cantante de soul P.P. Arnold, donde coincidió con Lee Jackson, Dave O’List e Ian Haigh. Sin saberlo, ese proyecto sería la antesala de The Nice, su primera banda revolucionaria. Tras la salida de O’List y Haigh, el trío restante comenzó a crear música innovadora. “Al principio no estaba seguro de poder componer algo que gustara al público, pero poco a poco descubrí que tenía un estilo propio.

Con The Nice, Emerson experimentó con elementos clásicos y fusiones inesperadas. “Algunas cosas funcionaban, otras no tanto. Recuerdo cuando intentamos usar gaitas en Plumpton y no salió como esperábamos. Pero aprendí sobre la música escocesa y su similitud con la india.”

La banda dejó una marca de fuego entre sus contemporáneos. Tony Banks alguna vez replicó que ver a The Nice fue un momento que cambió su vida como músico para siempre. Peter Gabriel quedaría extasiado ante el fuego de las piezas de Emerson, como «Rondo». Cuando se le preguntaba sobre su impacto, Keith solía responder: “Creo que ayudamos a que la gente abriera sus oídos a nuevas armonías y sonidos. Antes, todo debía tener una melodía pegajosa; desde ese tiempo, el público es más receptivo a lo experimental.

Emerson componía en los momentos más insólitos. “La Suite Five Bridges nació en un vuelo de regreso de Irlanda. El ruido de los motores me inspiró melodías, así que tomé una bolsa de mareo, dibujé cinco líneas para el pentagrama y escribí las notas.” En menos de una semana tenía la obra completa. “Me dormía con las notas en la cabeza, escribía en la ducha, en el autobús, en un bar, incluso en el baño. Pero cuando no estaba en ese estado creativo, me costaba sentarme al piano.

Su álbum favorito de The Nice era precisamente Five Bridges. “Me gusta en especial la fuga, porque la escribí de una forma inusual. Creé primero una línea melódica, luego la otra y finalmente las voces armónicas. Cuando lo puse en partitura, tuve que aprender a tocarlo desde cero.

Creía firmemente en el destino. “Siempre seré músico, es mi vía de escape. Como dijo Jimi Hendrix, a veces tocar es más liberador que el secs-o. Cuando pasamos tres semanas sin tocar antes de un concierto en Liverpool, llegamos con una energía increíble. Surgieron cosas espontáneas que jamás habríamos planeado.

Gracias a la música, Keith amplió su perspectiva sobre la vida. “Viajar te abre la mente. Conoces gente de todo tipo y pasas dificultades. Muchos músicos que conozco han vivido tiempos duros, sin dinero ni comida. Pero eso te hace crecer.

Durante una entrevista en 1969, se le pidió definir su rumbo musical. Se dirigió al tocadiscos y puso un fragmento del Concierto para piano y orquesta de Ginastera. “Esto es lo que realmente me gustaría tocar.” Eso estaría por venir luego, muy luego.

ELP

Keith sabía que debía refinar aún más su atrevida alquimia de música docta, rock progresivo y espectáculo. Cuando Emerson, Lake & Palmer se formó, se confirmó lo que los fanáticos ya sospechaban: estábamos siendo testigos del florecimiento de una grandeza musical. Junto a Greg Lake y Carl Palmer, ELP se convirtió en una de las bandas más innovadoras y emocionantes del planeta tierra, superándose con cada nuevo álbum de estudio en una curva ascendente de tres años. Desde el debut homónimo (1970), pasando por «Tarkus» (1971), «Trilogy» (1972) y «Brain Salad Surgery» (1973).

Están los power trios de rock, los de metal, y está el power trio de ELP. Únicos en su tipo, hasta el día de hoy. Cada cual el mejor en su labor, era The Nice elevado a la enésima potencia. Piedras de lanza del movimiento del rock progresivo británico, lograron infundir cultura en el rock, acercando la música docta al público masivo. Emerson desafió a los oyentes a expandir sus horizontes, llevando el prog a nuevas alturas de popularidad con una arriesgada puesta en escena que implicaba verdaderas acrobacias al teclado, cuchillos y pianos voladores incluidos.

El punto culminante de su carrera llegó en 1977, durante su legendario concierto en el Estadio Olímpico de Montreal. Acompañados por más de 100 músicos en orquesta, y con 88,000 fanáticos presentes, dieron un verdadero espectáculo que definió el concepto de fusión entre el rock y la música docta. Un show considerado uno de los más grandiosos en la historia, ya no del prog, sino de la historia del rock en general.

Tras el suave declive desde Works Vol. 1 (1977) hasta «Love Beach» (1979), los seguidores de Emerson continuaron apoyándolo en su transición a la composición de bandas sonoras. Su partitura para la película «Inferno» (1980) de Dario Argento otorgaba al filme de una atmósfera inquietante, mientras que su trabajo en el thriller «Nighthawks» (1981) aportaba intensidad dramática. Gracias a Emerson, muchos músicos progresivos perdidos en el tiempo y el espacio de la década ochentera, comenzaron a ver la composición para cine como un arte propio.

En 1985 tendríamos una versión renovada de ELP, para la generación MTV. De allí tenemos el éxito moderado de «Touch and Go», con Cozy Powell en la batería. Para los seguidores del ELP clásico, la futurística versión de «Mars, the Bringer of War» de Gustav Holst terminó de afianzar el talento de Emerson como arreglista.

En 1988, Emerson modernizó aún más el sonido progresivo con su nuevo proyecto «3«, en el que participaron Carl Palmer y Robert Berry. El éxito en los charts de «Talkin’ Bout» fue bien recibido, pero en 1992 la formación original de ELP se reunió para grabar el infravalorado «Black Moon», y luego «In the Hot Seat» (1994), este último lamentablemente marcado por sus problemas de distonía focal, aquella maldita enfermedad que haría complot con el asesino silencioso de su alterada salud mental en un par de décadas más.

Aunque la banda siguió activa en los años 90′ con presentaciones memorables, en 1998 cesaron su actividad como grupo. ELP solo volvería para un show de reunión más, en el festival High Voltage de 2010, para desaparecer para siempre.

A lo largo de los años, Emerson consolidó su identidad como compositor serio. La música de ELP comenzó a ser interpretada por orquestas de todo el mundo, y su «Piano Concerto No. 1» fue promovido por el renombrado pianista Jeffrey Biegel. Hoy en día, no es arriesgado decir que su nombre está ganando cada día más estatus, al punto de ser mencionado con el mismo respeto que compositores doctos del siglo XX en muchas escuelas modernas de música contemporánea.

Uno de sus últimos proyectos, «The Three Fates Project» (2012), en colaboración con el guitarrista Marc Bonilla y el director Terje Mikkelsen, reafirmó su pasión por la música clásica.

«¡¿Por qué?!«

El 11 de marzo de 2016, hace ya casi 10 años al momento de escribir estas líneas, ese viaje llegó a su fin. Esas mismas manos maravillosas, virtuosas y veloces, fueron las que dijeron «no va más». Jamás podremos reponernos de aquello.

Keith fue parte de una contracultura musical, tan relevante para el rock progresivo de los 70′ como Bob Dylan lo fue para los movimientos de protesta de los 60′. Así como los poetas cuidan cada palabra que escriben, Emerson prestaba atención a cada nota que tocaba. Fue, sin duda, un músico de músicos.

El tiempo dirá hasta dónde llega el legado de Keith Emerson. Si su música sigue reinterpretándose y ganando reconocimiento en los círculos académicos, podría terminar en un estatus similar al de incluso gente como su admirado Mussorgsky, dentro de su propio contexto. Que sigas descansando en paz, genio.


ProgJazz es un colectivo unido por la amistad nacido en 2007, y que busca difundir música sobre la base del rock progresivo, el jazz, la música de vanguardia y todos sus géneros asociados.

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