¿De qué hablamos cuando hablamos de Krautrock?

Hablar de Krautrock nunca es fácil. En parte, porque no es sencillo encasillar su música, y su solo nombre suena exótico para cualquier hispanohablante no familiarizado con el término. Admitamos que decir «escucho Krautrock» suena extrañísimo. Además, la mayoría de las bandas ya ha desparecido. Música de viejitos nerd. Pero, a pesar de su carácter experimental, tiene algo que atrapa. Aún me impresiona escuchar Faust, y no podría olvidar el trance que sentí al oír por primer vez los hipnóticos ritmos de CAN. Ese sentido de experimentación libre tiene un encanto que, pese a lograr un limitado éxito comercial (exceptuando unas poquitas bandas), ha sabido perdurar en el tiempo.
Efectivamente, el Krautrock aparece, en distintas formas, en mucha de la música que ha sonado en las últimas décadas. Ejemplos de ello son el post-punk, el new wave, el synthpop o la música industrial. También se suele reconocer a la escuela de Berlín (por ejemplo, Tangerine Dream o Klaus Schulze) como precursora del ambient, del drone, del New Age y, por supuesto, del progresivo electrónico. Hasta hay una etiqueta de «neo-krautrock» para referirse a bandas contemporáneas, como Electric Moon. Pero no resulta justo limitar la importancia del Krautrock sólo como una influencia sobre otras bandas y estilos de música. Representa un universo musical demasiado amplio y vigente como para reducirlo a una pieza de museo.
Pero hay un motivo más, de carácter ontológico, por el cual es difícil hablar de Krautrock. ¿Qué es Krautrock? ¿Es un género o un subgénero? ¿Es un estilo, corriente o movimiento musical? En las siguientes líneas quisiera discutir estas preguntas. Iré mencionando algunas bandas en el relato, además de adjuntar una playlist al final, que puede ayudar a entender mejor el Krautrock de la manera más efectiva: su música.
El nacimiento de una contracultura
El Krautrock nace en Alemania Occidental. La juventud alemana de fines de la década de 1960 había nacido en la posguerra, en una zona del país ocupada por estadounidenses y británicos, con una influencia cultural considerable. Una juventud que sentía que debía construir su identidad otra vez. El régimen nazi había prohibido las expresiones artísticas rupturistas. Por ello, expresiones vanguardistas como el dadaísmo, que tuvieron tanta influencia en Alemania antes de la guerra, habían quedado sepultadas por el polvo.
El desmarque de su pasado reciente no sólo era necesario en materia musical, sino para la cultura en general. Así las cosas, la raíz de esta nueva identidad la tuvieron que buscar en su pasado más distante. Al respecto, el cineasta Werner Herzog decía que su generación había crecido sin padres y que, para conectarse con una identidad, tuvo que buscar en la generación de sus abuelos, o antes. En la música ocurría algo similar, con una generación prácticamente desaparecida. Ralf Hütter, de Kraftwerk, decía lo siguiente:
En aquel entonces nos dimos cuenta de que la República Federal de Alemania no tenía un sonido contemporáneo. Para nosotros fue un shock (…) a finales de los sesenta no había nada más que schlager [canciones pop simples y comerciales] y rock de origen angloamericano, así que primero tuvimos que encontrar la identidad cultural.
Ralf Hütter (citado en Reetze, 2014)
Si bien la música se había reducido durante la guerra, no había desaparecido. Aún se conservaban tradiciones que no se limitaban al folk de pequeños territorios, sino también al jazz, la opereta y la música docta. Por qué no, también el schlager. Aunque la mayoría de esta música había sido prohibida, no se había perdido, y también era posible encontrar inspiración a partir de allí. De hecho, hubo influencias evidentes de compositores alemanes contemporáneos (destacando especialmente Stockhausen). Aunque esta influencia no fue exclusiva.
Por otra parte, el Krautrock abrazaba también al futuro. Después de todo, el uso de tecnología, y la experimentación que se llevó a cabo en la música, también es compatible con el espíritu alemán. Esto incluso alimentaría el estereotipo de la alta calificación alemana en materia de ingeniería y formación técnica.
Podría suponerse que el Krautrock es un «rock progresivo alemán». Para poder aceptar eso, es necesario que hagamos una reflexión sobre el rock progresivo. Al revisar lo que ocurrió en Europa, las bandas tomaban el rock & blues para fusionarlo con su propia tradición musical, transformando el rock convencional en otra cosa. Principalmente, se mezcló con la música docta o el folk, gracias a lo cual, incluso, se identifica claramente el rock progresivo británico, el italiano, el húngaro o el finlandés. O, al menos, un «rock europeo». Ni hablar de España, con el rock andaluz. En Sudamérica también el progresivo cristaliza de ese modo, con bandas como Congreso (Chile), Wara (Bolivia) o Alas (Argentina). Incluso el jazz-rock se puede entender como la respuesta estadounidense al rock europeo. Por tanto, podemos concebir el rock progresivo como una subcultura del rock.
Pero el Krautrock no es sólo rock progresivo, ni mucho menos un derivado de éste. En primer lugar, porque muchas bandas alemanas ni siquiera tomaron el rock como base o como influencia para su trabajo. Algunas, abiertamente, intentaron evitar cualquier influencia de la música que sonaba en el resto de Europa (Littlejohn, 2017). Claro, esto era imposible en la práctica, lo que se tradujo en bandas de Krautrock con letras en inglés (como CAN) o con nombres en inglés (como Tangerine Dream). Ni hablar de la influencia que tuvieron nombres como The Velvet Underground, Frank Zappa e incluso The Beatles en algunas bandas. Aun así, el espíritu era sacarse ese colonialismo cultural de encima.
El Krautrock, entonces, nace como una contraposición. En síntesis: el progresivo representaba una subcultura del rock, en tanto que el Krautrock representaba una contracultura, o un movimiento contracultural.
Un movimiento descentralizado
Esta contracultura no tuvo una ciudad de origen en particular, distribuyéndose por toda la RFA. Tampoco hubo una gran banda precursora. Michael Rother (de Neu!) diría lo siguiente al respecto:
Aunque respetaba a Kraftwerk y Can, quería que mi música fuera diferente de lo que hacían ellos. […] no éramos una «familia» de músicos alemanes, y no teníamos objetivos ni identidad comunes.
Michael Rother (citado Littlejohn, 2017)
El alcance del Krautrock era más nacional que localizado geográficamente. Desde varios lugares comenzaron a aparecer bandas sin tener necesariamente alguna conexión entre ellas. Como se observa en el mapa más abajo, Berlín, Hamburgo y Munich concentraban una mayor cantidad de proyectos musicales. A ellas se suman Düsseldorf y, en menor medida, Colonia como centros importantes de explosión del Krautrock. Llama la atención que, salvo Berlín, las bandas se concentren en zonas fronterizas, por lo que podríamos suponer que las zonas de mayor intercambio cultural favorecieron el surgimiento de este tipo de música.

Considerando que esta explosión de bandas surge en un período muy acotado (principalmente entre 1969 y 1974), la infraestructura se mantuvo bastante rezagada, al menos en sus inicios (Herbst, 2022). Esto diferenciaba a Alemania respecto de países como Reino Unido o Estados Unidos, donde había una industria musical más consolidada, y con muchos sellos discográficos y estudios con equipamiento de alta tecnología. Tampoco había lugares adecuados para conciertos, limitándose a actuar en bares, galerías de arte o universidades.
Sin embargo, esta desventaja estructural para la música experimental alemana sería, paradójicamente, uno de los motivos que fomentaron el desarrollo del Krautrock. El limitado acceso a estudios de grabación obligó a los músicos explorar formas menos convencionales para su trabajo, explotando su creatividad al máximo, sobre todo en las bandas que comenzaron en los años 60. Sólo después de 1970 comenzó un proceso de profesionalización, que introdujo mayor infraestructura y equipamiento, además de redes adecuadas de distribución.
Junto con los avances en infraestructura, también surgieron personas clave en el desarrollo y expansión del Krautrock. Ejemplos usuales recaen en el periodista Rolf-Ulrich Kaiser, fundador de sellos tales como Ohr y Pilz, y organizador del icónico Festival de Essen, en 1968; Bruno Wendel y Günter Körber, ex empleados de Ohr, y fundadores de Brain Records; Dieter Dierks, productor, ingeniero en sonido y editor musical, y figura importante en el trabajo desarrollado por bandas en Dierks Studios.
Pero, sobre todo, Konrad “Conny” Plank, ingeniero y productor que trabajó con múltiples y muy diversos artistas, y reconocido por su espíritu democrático al trabajar con las bandas, buscando maximizar su creatividad. Muchos de sus contemporáneos resaltan su contribución en el sonido de las agrupaciones. Por ejemplo, sobre Kraftwerk, el músico Eberhard Kranemann diría que «el sonido de la banda en las primeras etapas era 70-80% Conny Plank; y no Florian y Ralf».
Con estas condiciones, el Krautrock no sólo lograría construir (o re-construir) esa identidad musical perdida en Alemania. Como señala Van Dusen (2007), «antes del Krautrock, la música estaba controlada por una élite que dirigía los sellos principales». En cambio, este movimiento posibilitaba el ascenso de una serie de sellos independientes, cada uno orientado a diferentes estilos de música. El Krautrock había sido el germen de una auténtica contracultura democratizadora.
Origen y alcances del término
No hay un claro origen del término «Krautrock». Una de las ideas más usuales es que habría surgido desde la prensa británica o estadounidense, debido a la connotación condescendiente, e incluso ofensiva que tiene (Stubbs, 2014). De hecho, se dice que fue el propio John Peel, DJ y conductor de la BBC Radio 1, quien habría puesto este nombre, entre fines de los 60 e inicios de los 70. También hay quienes dicen que fue la revista Melody Maker la que primera en usar este término. Lamentablemente, no existen registros que permitan validar estas ideas.
Otra hipótesis sostiene que el sello Virgin, que trabajara con bandas como Faust o Tangerine Dream, ocupó ese término como estrategia comercial para vender discos de bandas alemanas. El propio Jean-Hervé Péron, de Faust, ha declarado esto. Sin embargo, el registro más antiguo es de noviembre de 1972, de un anuncio del catálogo de Virgin, con un apartado final llamado «kraut rock» (imagen A). Una investigación llevada a cabo por Alan Freeman (ver enlace) identifica un anuncio de abril de 1971, que el sello alemán Bacillus Records (Imágenes B y C) publicó para el mercado estadounidense. Un anuncio lleno de estereotipos sobre Alemania, usando el término «kraut» (chucrut), tal como los soldados de Estados Unidos llamaban peyorativamente a todo lo relacionado con Alemania.

Como sea, el término Krautrock parece haber nacido como una marca comercial. Una suerte de «denominación de origen», más allá de quién haya establecido el término. Lo cierto es que Krautrock se empezó a emplear con creciente recurrencia en los medios de comunicación de habla inglesa, englobando a todas las bandas provenientes de Alemania (que no fueran schlager). Eso, a pesar de que estas bandas tuvieran sonidos muy, muy diferentes (Iseppi, 2012), siendo un término insuficiente para describir su sonido.
Esto hace que sea difícil hablar del Krautrock como un género del rock, y menos como un subgénero del rock progresivo, debido a su sentido contracultural. Tampoco es fácil definirlo, incluso en términos temporales. Algunos lo definen de manera amplia, como un nombre que abarca la música alemana electrónica, folk, jazz rock y de vanguardia, entre 1968 hasta aproximadamente 1974 (Adelt, 2016). Pero en 1978 todavía seguía vivo, e incluso ese año el sello Brain Records celebraba un millón de ventas desde su inicio. Algunas definiciones de Krautrock llegan a incluir bandas como Scorpions, o el hard rock de Armaggedon. Con tantas formas de entenderlo, es como si en realidad no hubiera ninguna manera de definirlo.
Como vimos, tampoco los grupos tenían propósitos comunes más allá de la experimentación. Así, por ejemplo, bandas como Kraftwerk buscaban reafirmar mucho la identidad alemana, mientras otras usaban nombres en inglés (Tangerine Dream). Incluso algunas, como Can, utilizaban letras en inglés y se influenciaron, entre otros, por grupos como The Velvet Underground. Su primer vocalista fue estadounidense y el segundo, japonés. Recordemos también que Cluster trabajó con Brian Eno.
Todo lo anterior, sólo hizo más difusos los límites sonoros de este movimiento. Por ejemplo, Van Dusen (2007) propone cuatro grandes líneas musicales del Krautrock:
- Psico-Folk, con bandas como Amon Düül I o Emtidi.
- Space-Rock electrónico, lo que podríamos asociar con el término «kosmische musik» que surge como alternativa de Krautrock, con grupos como Tangerine Dream o Cluster.
- Avant-Garde, donde la experimentación llega a su límite, como Faust.
- Música Groove Minimalista, donde encontramos el motorik de Neu! o el trabajo de CAN.
Estas clasificaciones son siempre difíciles. Si escuchamos bandas como Embryo o Kraan, encontramos principalmente jazz-rock, que no cabe en la anterior taxonomía. Con Guru Guru predomina una mezcla de acid rock con avant-garde. Novalis tenía claras influencias sinfónicas, e incluso Trumvirat bebía mucho de ELP. Hasta hay Krautrock «político», como Floh de Cologne, cuya música inclasificable es más bien un acompañamiento para sus letras de protesta (Iseppi, 2012). Esto, a pesar de que el movimiento, en sí, tiene una fuerte raigambre política como tal (Brown, 2017).
¿Entonces, qué es el Krautrock?
Después de toda esta divagación, es momento de mencionar algunos puntos de llegada. Al respecto, quisiera sintetizar los siguientes tres elementos:
- Podemos entender el Krautrock como un movimiento contracultural, nacido en Alemania Occidental a fines de los años 60. Al menos inicialmente, surge como una forma de otorgar identidad a la música alemana, cuyo único denominador común es la experimentación. Sobre ésta, los estilos que se desarrollaron fueron múltiples, desde la electrónica hasta el folk, y no siempre basándose en el rock. Además, esta contracultura apareció a lo largo y ancho de todo el país.
- El término «Krautrock» se origina como una jugada de marketing. Una etiqueta de los sellos discográficos para denominar música muy diversa, pero que nacía desde un contexto en que la música alemana no era conocida a nivel internacional. Si bien es un término peyorativo hacia Alemania («rock chucrut»), con el tiempo fue paulatinamente aceptado. No existen pruebas que apoyen fehacientemente su origen anglosajón, a pesar de ser una hipótesis extendida, y los registros disponibles sugieren que podría tener un origen alemán.
- Por todo lo anterior, no es preciso hablar del Krautrock como un género o un subgénero musical, ni como rock progresivo alemán. Algo similar a lo que, en otras latitudes, ocurrió con el Rock in Opposition o con la escena de Canterbury: al no tener un sonido definido, se identifica mejor por el contexto social en el que nace más que en un lenguaje musical en común. Como señala Gu (2023): «el Krautrock no es un género: es un estilo de vida».
Referencias
- Adelt, U. (2016). Krautrock: German music in the seventies. University of Michigan Press.
- Brown, T. S. (2017). In search of space: the trope of escape in German electronic music around 1968. Contemporary European History, 26(2), 339-352.
- Gu, M. (2023). Krautrock. London: Bloomsbury Publishing.
- Herbst, J. (2022). Infrastructure of the German music business. En: The Cambridge Companion to Krautrock (pp. 59-73). Cambridge University Press.
- Iseppi, R. (2012). «Macht das Ohr auf»: Krautrock and the West German Counterculture (Tesis de grado). University of Michigan.
- Littlejohn, J. (2017). Krautrock–The Development of a Movement. v. Uwe Schütte. Berlin: De Gruyter. Kindle Edition.
- Reetze, J. (2014). Times & Sounds. Germany’s Journey from Jazz and Pop to Krautrock and Beyond. Bremen: Halvmall.
- Stubbs, D. (2014). Future days: Krautrock and the building of modern Germany. Faber & Faber.
- Van Dusen, Z. (2007). «Krautrock: The Obscure Genre That Changed the Sound of Rock». https:// ainhoaaristizabal.wordpress.com/2013/02/27/krautrock-the-obscure-genre-that-changed-the-sound- of-rock/