Desentrañando el misterioso mundo de Kraftwerk (Parte 1)
Antecedentes
Si existe una banda o proyecto musical realmente misterioso en el mundo de la vanguardia del siglo XX, probablemente Kraftwerk estaría en ese eventual top 3.
Estos naturales de Düsseldorf se empaparon de todo el ambiente en que el Krautrock comenzaba a formarse, junto a sus colegas de Guru Guru, Ammon Düül, o Can; pero lo que los distinguió de sus coterráneos fue el gran éxito comercial y reconocimiento a nivel mundial que lograron alcanzar. Musical y estéticamente ensalzados como iconos, hoy en día su imagen es considerado al nivel de cualquier objeto de arte vanguardista de museo.
A pesar de toda esa exposición y admiración que han tenido estos alemanes, desde mundos tan dispares como el rock progresivo hasta el techno, hay un hecho que salta a la vista: Se sabe muy poco de Kraftwerk.
Y es que han sido una de las bandas mas misteriosas y herméticas de la música popular. Negándose prácticamente a dar entrevistas, negándose a colaboraciones externas ni a dar mucha información. Famosos son por ser los únicos que se negaron a colaborar ante una petición del mismísimo David Bowie, así que ya puedes ver de que se trata el asunto.
Por estos días, Karl Bartos (uno de los compositores más importantes del grupo) ha lanzado un libro llamado «The Sound of the Machine – My Life in Kraftwerk and Beyond«, la que se une a la autobiografía de Wolfgang Flür «I Was a Robot» como las dos únicas fuentes de información fiable. Esta última de hecho ha sido la única fuente fiable por años de todo el mundo que rodeaba a Kraftwerk y su sello discográfico/estudio «Kling Klang«, así que nos alegramos de que pronto podremos tener mas información acerca de estos muchachos.
El lanzamiento de información «desclasificada» de la banda nunca ha estado exenta de polémicas, ya que los dos fundadores detrás del proyecto de Kraftwerk, Florian Schneider y Ralf Hütter se opusieron tanto al libro de Wolfgang que llegaron a llevarlo a tribunales para eliminar capítulos que consideraban «demasiado reveladores y no ajustados a la realidad», por lo que el libro que tenemos en las tiendas en realidad es una versión censurada del mismo.
Lo que haremos acá no será una biografía de la banda (esa la puedes encontrar en todos lados). Acá iremos desentrañando algunos secretos que nos cuenta Wolfgang, a la espera de la salida del nuevo libro de Bartos.
Los secretos de Kraftwerk por Wolfgang Flür
Kraftwerk comenzó como un proyecto de Florian y Ralf en 1970 en la época de florecimiento del Krautrock y bebiendo de las influencias de artistas de la vanguardia alemana como Karlhein Stockhausen e influencias del rock progresivo británico. La banda fue ampliándose a los dos músicos extra que conocemos (Wolfgang y Karl), reclutando además ingenieros de sonido, letristas, técnicos electrónicos y un sin número de profesionales que trabajaban tras bambalinas, que también fueron parte oficial de Kraftwerk y ayudaron a construir esos instrumentos innovadores que prácticamente solo ellos disponían.
¿Como era la mecánica detrás de estos hombres-robots? Ralf y Florian tenian un cargo que podríamos homologar a una jefatura en una empresa, los cuales decidían todos los caminos que tomaría la banda, y mantenían a sus empleados y profesionales con un sueldo mensual, y eso incluía a Karl Bartos y a Wolfgang Flür que fueron parte de la alineación más clásica de la banda, y todos los que vinieron después.
Wolfgang nos cuenta en su libro que para el disco «Trans Europa Express» (1977), luego de grabar sus partes, Ralf y Florian volarían a Estados Unidos para realizar todo el proceso de masterización y producción; y al volver, solo pudo escuchar la versión final de su trabajo recién cuando el disco ya estaba lanzado y disponible en las tiendas.
Flür apunta también que todos los contratos comerciales y shows los cerraban los dos jefes de la banda, por lo que muchas veces se embarcó en giras donde no sabía cuánto tiempo estaría fuera de su casa, y se enteraba del itinerario prácticamente sobre la marcha.
Es correcto afirmar que Schneider y Hütter vivían por y para Kraftwerk, al punto de sacrificar sus matrimonios y sus casas para costearse los caros desarrollos de los equipos impresionantes que les desarrollaban casas alemanas de tecnología como la Matten & Wiechers, con su Synthanorma, uno de los secuenciadores más importantes de todos los tiempos.
También nos comenta que por lo mismo, la banda era muy austera, y todo el dinero que se generaba iba para el estudio Kling Klang y sus desarrollos de instrumentos vanguardistas. Ralf y Florian llegaban a los extremos de comer y dormir en el estudio por meses durante una de las épocas comercialmente mas existosas para Kraftwerk, como fue el disco «Man Machine – Die Mensch-Maschine» (1978), en una especie de obsesión.
Incluso durante las épocas donde Kraftwerk estaba en lo más alto, y que según Wolfgang «ganábamos muchísimo dinero», la política de austeridad seguía: hoteles baratos, habitaciones compartidas y nada de gastos superfluos. Al nivel de que Flür muchas veces no podía permitirse cosas tan básicas como «un par de zapatos que me gustaban».
Todas estas cosas terminaron mellando las relaciones internas en los dos «empleados» musicales, sobre todo las de Karl Bartos, quien había compuesto bastante material en esta época (incluido el hit de «The Model«) y sentía que no se le tomaba en cuenta más allá de ser un «asalariado». Finalmente, Bartos y Flür terminarían saliendo de la banda muy deprimidos en 1990, lo que sería el fin de la etapa más popular del proyecto alemán.
Ahora solo nos toca ver que nos contará Karl en su nuevo libro «The Sound of the Machine» para seguir desentrañando la mecánica de aquel impresionante proyecto llamado Kraftwerk.
Puedes seguir leyendo la segunda parte acá…