Alusa Fallax: «Intorno alla mia Cattiva Educazione»

Dentro de la escena musical del rock progresivo italiano, podemos encontrar un sinfín de bandas que solo editaron un álbum de estudio y desaparecieron. Entre ellas, encontramos a Alusa Fallax, cuyo único álbum, titulado Intorno alla Mia Cattiva Educazione es ejemplo de ello. Un álbum cuya calidad contrasta con el escaso éxito que tuvo el grupo en su momento, y que representa uno de los puntos destacados dentro de esta escena.
Un poquito de historia
Alusa Fallax se formó en 1969, en la ciudad de Milán, con Massimo Parretti (teclados), Guido Gabet (guitarras) y los hermanos Cirla: Augusto (batería), Mario (vientos) y Guido (bajo). El grupo había hecho algo de carrera anterior, haciendo música bastante bailable.
Incluso alcanzaron a lanzar dos sencillos. “Dedicata a Chi Amo“, cuyo lado B tenía la entretenida canción “Charleston 1923”, y el resultón “Tutto Passa“, que tenía en su lado B un tema llamado “Cade una Stella”. No tuvieron mucho éxito, así que su actividad se redujo a tocar en vivo en donde pudieran.
A pesar de lo anterior, el quinteto se mantuvo unido hasta 1979. En esos 10 años, sólo alcanzaron a lanzar un álbum de estudio. De hecho, tuvieron que pasar cinco para que el grupo pudiera recién hacerlo, bajo el sello Fonit.
El álbum
Intorno alla Mia Cattiva Educazione es un álbum conceptual, que toma toda la tradición del sonido sinfónico italiano, en la línea de BMS. Sobre él se añaden diferentes géneros, entre los que se cuenta la música docta (clasicismo y barroco), jazz, música pastoral e incluso algunos arreglos étnicos, especialmente de percusiones. Las líneas melódicas resultan muy llamativas, a pesar de la complejidad de la estructura que poseen las composiciones.
Así, Intorno alla Mia Cattiva Educazione narra la historia de la “liberación” de un joven oprimido por la institucionalidad educativa en general. Esta educación representa los aspectos que, en la vida, limitan nuestro crecimiento libre, conduciéndonos a una vida pre-diseñada. De este modo, el disco se configura como una historia esencialmente de lucha, tanto con la sociedad como consigo mismo.
En el interior del arte del vinilo, podemos observar a los miembros de Alusa Fallax que representan esos lineamientos: un juez, un hombre de negocios, un militar, un sacerdote y un… ¿oficinista? ¿Profesor? La carátula, por su parte, suele recibir algunas críticas, por su diseño “meloso”. Sin embargo, se encuentra inspirada en libros religiosos para niños en algunas escuelas italianas de la época, lo que explica la presencia de esos querubines en la franja superior.
La instrumentación se sostiene bastante sobre el piano y los sintetizadores de Parretti, que construye hermosas armonías acompañado de flautas, saxo y la trompa a cargo de Mario Cirla. Resulta llamativa la áspera voz del baterista Augusto Cirla, que es una mezcla entre Joe Cocker y la emotividad de Leonardo Sasso (Loccande delle Fate). Una voz rasposa que sabe manejar y adaptar muy bien a los requerimientos líricos y emocionales de cada pieza. Sin dudas, no pasa desapercibida.
El álbum se conforma por 13 piezas, incluyendo algunos instrumentales. Como buen disco conceptual, todas sus pistas se encuentran unidas como una gran composición, a excepción de las dos últimas. Por lo tanto, en sus conciertos en vivo, eran presentadas en el mismo orden que en el disco. En estas presentaciones proponían un gran sentido de teatralidad, ya que en el escenario mostraban una marioneta que “encarnaba” al protagonista de la historia. Lamentablemente, no existen registros disponibles de estas presentaciones.
Las piezas de Intorno alla Mia Cattiva Educazione
El álbum comienza con el instrumental Soliloquio. Una repentina entrada en 10/16 de flauta, bajo y congas construye una ágil melodía. Luego, un pequeño giro melódico para la entrada del piano, que le da mayor sustento, que más tarde vuelve a quebrarse para el protagonismo de un buen sintetizador. Una pieza que, en tres minutos, muestra algunas líneas melódicas que se repetirán más adelante, y que funciona muy bien como obertura.
Non Fatemi Caso continúa como una de las pistas fuertes del álbum. Exhibe, además, una de las vetas más delicadas y emotivas tanto en la composición como en la voz de “Duty” Cirla. En esta pieza, se nos presenta la situación inicial de angustia del protagonista, y sus sentimientos de opresión. “Haré lo que sea necesario para esconderme, hasta que sea solo lo que tu quieres”nos llega a decir. Su instrumentación se basa esencialmente en teclado y sintetizador, lo cual solo aumenta el sentido dramático de sus letras, manteniéndose en un agradable y acompasado 4/4.
Una transición instrumental de cuatro minutos es lo que trae Intorno alla Mia Cattiva Educazione, que si bien comienza con tempo acelerado retoma la calma rápidamente. Piano y flauta crean armonías intrincadas que abren el paso a una guitarra acústica de estilo barroco. Pausa, y la misma melodía es recreada, esta vez con clavecín y flauta, aumentando su intensidad en cada iteración. Luego de otro pasaje intrincado de piano y flauta, esta pieza desemboca en la melodía de “Soliloquio”, aunque con una energía más frenética aún.
El empalme entre esta y la siguiente, Fuori di Me, Dentro di Me, resulta francamente sobrecogedor. La batería hace un enganche perfecto con los teclados y la trompa, que construyen un sonido magnificente. Arpegios de guitarra acústica permiten la entrada de la voz, cuyas letras manifiestan inconformismo y el ánimo de engañar a todo opresor. La voz alcanza momentos de emotividad altísimos cuando dice “Es difícil creer que no sabes lo que la gente piensa de mí”. Un punto tremendamente alto del álbum.
Tras ello, Riflessioni al Tramonto retoma los 10/16 de Soliloquio, pero solo en su ritmo. La guitarra eléctrica se mueve entre sinuosas líneas de flauta, piano, bajo y tambores. Una flauta de estilo Jethro permite un agudo coro que dialoga con la voz de Cirla, esta vez en un tempo más pausado. Las letras hablan de la soledad y de las dudas que son despejadas para liberarse. Su aparición es relativamente breve, tras lo cual se construye una ágil melodía hacia el final.
Il Peso delle Tradizioni es un corto instrumental de un minuto y medio, que conserva la base rítmica del final de la pieza anterior, en el cual se desenvuelven libremente guitarra eléctrica, flauta y sintetizadores como protagonistas. El empalme con la siguiente, es otro gran acierto musical del álbum. Carta Carbone es otra pista muy fuerte del disco, entregando energía y optimismo que Alusa Fallax no había mostrado hasta aquí. Adornado por congas que le dan un color de música “latina” a esta canción, la letra expresa convencimiento sobre la propia fortaleza. El personaje, aquí, está listo para liberarse. El último verso dice “Seré el único árbitro justo”.
El lado B del disco comienza con los mismos vientos con que termina la pieza anterior. Perché Ho Venduto il mio Sangue es una pista, para muchos, extraña. Carente de cualquier melodía, solo tenemos aquí una serie de efectos sonoros densos y la voz que articula frases oscuras e introspectivas, en diferentes tonos. Si bien es una pieza teatral, musicalmente no aporta mucho, y es fácil que cualquier persona se la salte. Sin embargo, ¡es una transición conceptual muy bien lograda! La soledad que expresan las letras muestra que, cuando nos sacamos de encima “el peso de la tradición”, tenemos que construirnos desde cero. Algo similar a lo que Nietzsche sostenía con la idea del súper-hombre.
Per Iniziare una Vita toma una melodía dulce y pausada, que incorpora dos cortas estrofas. Entre medio, podemos apreciar la melodía de “Run Run se Fue pa’l Norte” de Violeta Parra, tocada con tambor, flauta y guitarra acústica (luego se añaden teclados), con arreglos muy similares a los de la versión de Inti Illimani. No me refiero a una melodía similar, sino a la misma melodía, y una instrumentación muy similar. Si bien esto es abiertamente un plagio (no hay ninguna edición en que se indiquen los créditos a Violeta ni a Inti Illimani), esta melodía queda muy bien integrada a la canción de Alusa Fallax. En este enlace puedes encontrar un video que subimos para profundizar en esto.
El disco continúa con E’ Oggi es una buena pieza instrumental que mezcla líneas de jazz y de rock, que da paso a la enérgica E’Cosi Poco quel che Conosco. Aquí se expresan más dudas del protagonista de la historia, las que son finalmente despejadas, principalmente desde la rabia. Musicalmente, entra en 2/4 con mucha presencia de saxo, que juguetea a lo largo de casi toda la canción. Una interesante mezcla entre elegancia y fuerza.
Aquí el álbum finalmente presenta un silencio antes de la siguiente pieza: Ciò che Nasce con Me. Un piano de estilo clásico abre la melodía principal, sobre la que entra luego la flauta, que se intercala con la voz que entra más tarde (junto con el bajo). La música aquí alcanza un gran nivel emotivo una vez más, aunque en diferentes tonos.
El juego entre segundas voces (“delante de mí y conmigo”) dialogan con la voz principal durante los coros, adornados por teclados que otorgan cierta sensación de catarsis. Llegando a los tres minutos, sin embargo, el piano y el bajo abren una breve sección de mayor emotividad aún. De hecho, es el momento en que el protagonista siente, por fin, un atisbo de esperanza. (“Pensé que nunca lograría ser verdadero, estar vivo, estar así”), que desemboca nuevamente en el coro.
Para cerrar, Alusa Fallax nos entrega un bello instrumental: Splendida Sensazione. Entrando con un piano de colores doctos, Parretti hace un solo que deambula durante el primer minuto y medio, hasta la entrada del sintetizador, guitarra acústica y flauta. Llegando al minuto 2, toma la batuta la guitarra eléctrica, construyendo una hermosa cadencia liderada nuevamente por la flauta. Aquí la guitarra y la misma flauta marcan el ritmo que se mantendrá hasta el final, añadiéndose armonías vocales simples pero eficaces. Luego, los diferentes instrumentos se siguen sumando, siendo los principales el sintetizador y la guitarra eléctrica. La salida, con trompa, pone los pelos de punta.
Y bueno, después de unos segundos tras terminar es cuando uno dice “debería escuchar esto otra vez”.
Para concluir…
Tal como indicaba al inicio, Alusa Fallax se ha transformado en uno de los claros ejemplos de agrupaciones de altísima calidad musical, pero que no tuvieron éxito, y que a duras penas alcanzaron a editar un álbum. Lamentablemente, ejemplo de ello hay por montones, y no sólo en Italia, ni solamente en los años 70. El marketing siempre tuvo una buena cuota de responsabilidad al levantar bandas y ensombrecer otras.
En el caso de Alusa Fallax, este disco contó con un tiraje de 5.000 copias que no se volvieron a reeditar sino varios años después, cuando la banda ya no se encontraba activa. El mismo quinteto siguió tocando en vivo hasta 1979. En 1977, de hecho, alcanzaron a editar un último sencillo, pero bajo el nombre de “Blizzard”, titulado La Soffitta. Pero nada de progresivo, sino sólo música disco. El cambio de nombre (de latín a inglés) y de estilo musical, sería su última lucha en el mercado musical, lo que ciertamente tampoco trajo los resultados esperados.
Como sea, dentro de la escena progresiva, Alusa Fallax ha ido sumando un tardío respeto de un público cada vez mayor. Un respeto que, con el tiempo, convierte a esta agrupación en una muy buena aproximación al inmenso océano de bandas progresivas de corte underground que existieron durante dicha época en Italia.