«The Snow Goose» de Camel, y el arte de narrar sin palabras

Camel The Snow Goose 1975 album review reseña

Hay discos que ofrecen música magistral. También hay discos que abren nuestros propios gustos, y otros que forman parte de una etapa de nuestra vida. Hay discos que, incluso, nos hacen apreciar la propia música de otra manera. En mi caso, The Snow Goose de Camel encierra todo lo anterior.

Editado en abril de 1975 (la fecha no se conoce con exactitud), The Snow Goose es el tercer álbum de estudio de Camel. Un disco usualmente posicionado dentro de los más representativos del rock progresivo en cualquier ranking, y uno de los más exitosos del grupo. Ya con su trabajo anterior, Mirage, Camel había escalado hasta el lugar 149 en el Billboard, manteniéndose en el top 200 durante más de tres meses. Con The Snow Goose, de hecho, entró a los charts de Reino Unido durante varias semanas, e incluso el 27 de julio de 1975 alcanzaba su puesto más alto (#22).

Sin embargo, hablar sólo de números resulta extremadamente frío para un disco como este. Con The Snow Goose, Camel logra cuotas altísimas de belleza, con un grado de sensibilidad lo suficientemente alto como para no necesitar letras. De hecho, precisamente la falta de letras, aunque al inicio fue una limitación para el grupo, probablemente terminó representando una de las principales fortalezas de The Snow Goose.

La génesis del álbum

Después de tres meses de gira para promocionar Mirage en Europa, Camel regresaba a Reino Unido para comenzar a trabajar en su siguiente disco. Para junio de 1974, estaban todos convencidos de que su tercer álbum sería conceptual, y basado en algún libro. Esta idea, de Doug Ferguson, había sido recibida con entusiasmo por todos, considerando que eran asiduos lectores.

Peter Bardens había propuesto basar el concepto en alguna obra de Hermann Hesse. Primero, con el viaje místico de autoconocimiento retratado en Siddhartha. Esta idea alcanzó a producir una sola grabación, titulada Riverman, y que Camel publicó recién en la edición expandida de The Snow Goose de 2023.

Pero, finalmente, esta idea no prosperó. Ante ello, Bardens quiso insistir en Hesse, esta vez con la complejidad de la historia de Harry Haller narrada en El Lobo Estepario (Steppenwolf), y su búsqueda de trascender la dualidad del ser. Esta idea fue rápidamente desechada, por ser poco viable. De hecho, probablemente la historia de Siddhartha era algo más fácil de manejar en un disco.

Ante la incertidumbre, fue Doug Ferguson quien sugirió considerar una novela corta del estadounidense Paul Gallico. Dicha novela, traducida como La Gansa Blanca (y no «el ganso de nieve» como he escuchado usualmente, ya que era hembra), fue el punto de partida perfecto para su siguiente álbum. Una historia sencilla y emotiva, y que sería la base para que Camel, finalmente, concibiera The Snow Goose.

Con el libro de Gallico decidido por Camel, Andrew Latimer y Peter Bardens se fueron a trabajar a una casa de campo, ubicada en Devon, para crear la música de The Snow Goose. Para octubre de 1974 ya comenzaban a cristalizar las ideas, y todavía durante la gira de Mirage incluyeron algunas canciones del nuevo álbum en conciertos realizados en Reino Unido. Así, en enero de 1975 comenzaron con la grabación del disco.

Con el fin de enriquecer la música, Camel decidió incorporar arreglos orquestales. Para ello contactaron a David Bedford, quien venía de trabajar, entre otros, con Mike Oldfield en Hergest Ridge. Bedford se haría cargo, entonces, de los arreglos orquestales, interpretados por la London Symphony Orchestra.

Todo marchaba a la perfección, hasta que buscaron tener la autorización de Paul Gallico para incorporar pasajes narrados que conectaran los temas en el disco. Los editores rechazaron de plano la solicitud de Camel. Primero, porque ya habían autorizado un proyecto musical basado en la obra, que vería la luz en 1976, bajo el nombre de Paul Gallico’s The Snow Goose, de Spike Milligan. Además, el propio Gallico se opuso, suponiendo erróneamente que Camel estaba relacionado con la compañía tabacalera, y amenazando con acciones legales si el grupo usaba el título de su libro. Sin comentarios.

Por ello, finalmente Camel tituló el álbum como: «Música inspirada por The Snow Goose». Al no poder incluir texto narrado, las canciones deberían ser muy, muy descriptivas, y entregar la sensibilidad necesaria en su música. Algo que, afortunadamente, Camel sabía hacer a la perfección.

Las piezas del álbum

Para revisar cada pista del álbum, he leído y repasado el texto de Gallico. ¡Por suerte es breve! Así que me centraré en interpretar lo que cada pieza musical busca retratar del libro. Espero que esto permita incentivar la lectura del libro, para quienes sólo conozcan el álbum, o incentivar la escucha atenta del disco, para quienes sólo conocen el texto.

Todo comienza con The Great Marsh. Aquí podemos imaginar la gran marisma que Gallico nos retrata en el libro. Ubicada en la costa de Essex, es descrita como una extensa llanura semi-sumergida y pantanosa, plagada de juncos y, sobre todo, con una inmensa diversidad de aves, que podemos escuchar. En la costa, además, había un faro abandonado.

Entrando paulatinamente, el eco de los teclados realza la sensación de amplitud y desolación. Poco a poco la entrada sombría cobra forma, para convertirse en una cálida melodía que transforma ese pasaje abandonado en un lugar habitado, introduciéndonos al cuento de Gallico. Una suerte de transformación que ilumina el escenario sobre el cual Camel desplegará su narración musical.

Los vientos de madera introducen a Rhayader en este escenario. Llamado Philip, es descrito en el libro como un hombre muy feo, jorobado y con su brazo izquierdo «lisiado, delgado y con la muñeca encorvada, como la garra de un pájaro». Sin embargo, su corazón bondadoso había sido capaz de crear belleza en el espacio que habitaba. En efecto, Rhayader había transformado esa gran marisma, con su faro abandonado, en un lugar hermoso. Allí se dedicaba a pintar aves y a la propia naturaleza, además de navegar en su pequeño velero. La calidez de la flauta y el clarinete retratan perfectamente esa belleza interior a lo largo de la canción.

Sin embargo, su carácter era muy reservado, por los desaires que sufría por su apariencia. Rhayader Goes to Town representa los viajes quincenales que hacía al pueblo de Chelmbury, para comprar provisiones. Esta canción refleja varios aspectos de estas visitas al pueblo. El primero manifestado al inicio del tema, con un pulso ágil y ritmo acelerado, en que podemos sentir la tensión de Rhayader por tener que enfrentar a las personas del lugar. Como si fuera un corazón palpitante, lleno de la adrenalina que nos provoca la sensación de inseguridad.

Pasado el minuto, se comienzan a intercalar dos melodías. Una, juguetona y liviana liderada por Bardens y Latimer, que nos muestra la curiosidad de las personas ante la presencia de Rhayader. La otra, una melodía más dramática, que nos muestra la sensación de agobio del protagonista por la reacción de las personas ante su presencia. Hacia los 2:30 se produce un quiebre, donde el dramatismo se profundiza aún más. En esta ocasión, es la guitarra de Latimer la que transmite el aislamiento de Philip en el pueblo, en un solo con pulsaciones sostenidas y extremadamente expresivo. Una belleza, que expresa la bondad del corazón del personaje, a pesar de estar aislado del resto del mundo.

La breve Sanctuary nos ofrece, en poco más de un minuto, la representación del apacible lugar que había construido Rhayader. Esa desolada marisma que había transformado en un refugio de aves. Al inicio, navegaba para retratar y atrapar algunas para domesticarlas. Los cazadores, que recorrían el lugar antes de la llegada de Rhayader, comenzaron a verse cada vez menos, ya que Philip hacía lo posible para sacarlos de allí. Así, poco a poco las aves llegaban en mayor cantidad durante las épocas frías del año, para migrar en primavera. De este modo, Rhayader mostraba su amor por la naturaleza, construyendo confianza con las aves y, en general, con todos los animales salvajes que habitaban aquel sitio. La calidez de la música, dominada por un arpegio de guitarra acústica y toques de guitarra eléctrica, retratan musicalmente la tranquilidad de este santuario.

Después de tres años de la llegada de Rhayader a la marisma, un día apareció una niña, cargando algo en sus brazos. Camel nos presenta a Fritha, esa niña tímida y nerviosa que acudía a Rhayader por ayuda, aunque sintiendo temor por este misterioso y solitario hombre. Suena un arpegio de guitarra pausado, sobre el cual Peter Bardens coloca algunas líneas de teclado, en una pieza breve pero necesaria para presentar a esta niña. La dulzura se realza con líneas de flauta, que mantienen la melodía de los teclados.

Luego, Camel da paso a The Snow Goose. La gansa nival de Canadá, que Fritha traía en sus brazos. Había recibido el disparo de un cazador, y Fritha, que había escuchado sobre un ogro solitario que podía curar animales, había enfrentado su miedo y había recurrido a él. Esta tensión y desconfianza inicial se aprecia en los primeros 40 segundos del tema, con líneas de bajo persistentes.

Luego de una cortina de teclado, la canción cambia a una sección más melodiosa, liderada por la guitarra. Aquí se retrata la amabilidad de Rhayader para recibir a Fritha, y por socorrer a la gansa nival. Traía una pata y la punta de un ala rotas, tras recibir el disparo mientras volaba con su bandada. Hacia el final de esta pieza, desde el minuto 2, se acentúa incluso más la melodía, con el dramatismo propio de la ayuda al ave que, luego de ser atendida por Rhayader, finalmente se recuperaba. Había esperanza para ella, que fue bautizada como «La Princesa Perdida».

A partir de aquí, el disco ofrece tres piezas que muestran un ciclo que, en el libro, dura varios años. Primero con Friendship, una juguetona pieza de vientos, donde destacan clarinete y fagot, y que representa la amistad que forjaron Rhayader y Fritha. Sin embargo, esta amistad sólo duraba hasta que Princesa migraba hacia el norte, en primavera.

Dicha migración es mostrada por Camel en Migration, que incluye voces (sin letras, claro está) sobre una base rítmica jazzeada. El pulso acelerado nos permite sentir la velocidad del ganso nival mientras emprende el vuelo junto a otras aves.

La música se pierde en un fade out, y se superpone con Rhayader Alone. Aquí se muestra la soledad del personaje, una vez que la gansa nival se marcha. En efecto, cada vez que la gansa nival migraba, Fritha no regresaba a ver a Rhayader, ya que su vínculo con él radicaba sólo en el ave. Cuando ésta regresaba, en otoño, él dejaba una nota en el pueblo para avisar a Fritha, quien volvía a visitar a Rhayader. Este ciclo se mantuvo por varios años.

Camel acentúa particularmente esta soledad, con un ritmo lento que expresa, sobre todo, desolación. En Rhayader Alone, podemos fácilmente imaginar a este hombre acongojado, sintiéndose incluso más solitario que antes, paseando por el faro y por el lado del malecón, y pintando con tristeza los momentos que añoraba con Fritha y la Princesa.

Llegó la primavera de 1940 y, con ella, el momento en que las aves comenzaban a migrar. Esto coincidía con lejanos fuegos de guerra que resonaban al otro lado del mar. La gansa nival emprendía su vuelo y parecía irse, pero dio algunas vueltas en el faro y volvió a posarse sobre la tierra. Este vuelo Camel lo presenta en Flight of the Snow Goose. En la música, podemos sentir el vuelo gracias a las ágiles notas de Bardens, y una batería apretada y rápida. Los contrapuntos del bajo vibran detrás de la guitarra de Latimer, lo que construye una melodía que expresa también los giros alrededor del faro y su paso rasante por la tierra antes de volver a posarse. «No se va. La Princesa se va a quedar», decía Fritha. La Princesa ya no estaba perdida.

Al saber que la gansa nival se quedaba, Fritha decidió marcharse, ya que Rhayader no estaría solo. Aunque regresaría luego de tres semanas. Al llegar al faro, vio a Rhayader en el muelle, cargando provisiones en su embarcación. Con sus tonos tristes, Preparation nos muestra esta escena, en la que Rhayader se preparaba para acudir en auxilio de los soldados británicos en el puerto Dunkerque. El gobierno había solicitado ayuda a todas las embarcaciones de menor tamaño, para llegar hasta las costas francesas asediadas por los alemanes y trasladar a los soldados hacia los buques de rescate, que no podían acercarse a la orilla.

Los tonos tristes de Preparation comienzan con una guitarra acústica acompañada de vientos y aislados golpes de bajo. En tanto, el temor de Fritha al saber que Rhayader estaría en mitad de una batalla con su pequeño velero se manifiesta en los 50 segundos de esta pieza, cuando la melodía comienza a distorsionarse y se transforma en uno de los pasajes más oscuros del álbum. Las voces producen un efecto escalofriante, que nos pone en el lugar de Fritha. Ella tuvo un nefasto presentimiento, pero, además, se daba cuenta de lo que sentía realmente por Rhayader. El miedo a la pérdida queda retratado, así, en otra delicada pieza.

Finalmente, la música comienza a apagarse, y podemos imaginar la embarcación mientras se alejaba de la orilla, perdiéndose en el horizonte. Junto con Rhayader, la Princesa volaba en círculos. Ella también lo acompañaría a la guerra.

Dunkirk presenta el momento de mayor tensión del álbum. Con pulsaciones de bajo que realzan esta tensión, Camel construye el escenario de la batalla y del asedio. Una lucha desigual, donde la pequeña embarcación, sin motor, debía sortear la artillería alemana. El tema va in crescendo, agregándose cada vez más instrumentos y elevando paulatinamente su intensidad. Rhayader exigía al máximo su velero, y pudo hacer varios viajes hasta la orilla para rescatar pequeños grupos de soldados.

Así como la intensidad de la música aumenta, también lo hace el peligro que corría Rhayader. Hacia los 3:30, el tema se quiebra, para comenzar una sección absolutamente abrumadora y caótica. Una vorágine musical, en la cual la embarcación se deslizaba entre el fuego enemigo. El slide-guitar suena con vigor, dialogando con ráfagas de redobles de batería. En los últimos 30 segundos, una cadena de golpes nos hacen sentir el fuego que, finalmente, daría contra el cuerpo de Rhayader, en un clímax que pone la piel de gallina.

Epitaph retoma la melodía de Preparation, agregando 21 campanadas fúnebres. Esta vez, la imagen es distinta, ya que el asedio en Dunkerque había terminado. También lo había hecho la vida de Rhayader, cuyo cuerpo yacía sobre la agujereada embarcación. En el bote, se encontraba la gansa nival, posada en la borda. Así, esta melodía se transformaba en la despedida de Rhayader, cuya embarcación lentamente se hundía, obligando a la Princesa a emprender el vuelo. Tenía que volver al faro por última vez.

El álbum continúa con Fritha Alone, tomando la misma melodía del tema que la presentaba Fritha, pero con las flautas reemplazadas por piano. Un piano que no sólo añade la sensación de soledad de Fritha, quien aguardaba en el faro, sino que mostraba el presentimiento aciago que ella guardaba en su corazón.

Ese presentimiento se confirmaba con el regreso de Princesa al faro, sin Rhayader. Con La Princesse Perdue, Camel representa el vuelo de la gansa nival, para que Fritha supiera que Rhayader ya no estaba en este mundo. Esto se expresa en una melodía ágil, que nos hace imaginar a la princesa volando. Hacia la mitad del tema, el tono cambia a un ritmo acompasado y nostálgico, dominado por sostenidas notas de guitarra, que se intercalan con instrumentos de viento. Fritha lo entendió como la despedida de Rhayader, ya que Princesa no se posó: sólo voló a ras de suelo para elevarse de nuevo, marchándose para siempre.

El disco cierra con un reprise de The Great Marsh, retomando la melodía sombría que daba inicio al álbum. Este es el epílogo de la historia, retratado en el libro, y que nos cuenta la desolación que quedó en el faro. Un bombardero alemán lo había confundido con un objetivo, y derribó el lugar, junto con el malecón que lo separaba del mar. El santuario ya no existía, y el oleaje se deslizaba por aquel otrora mágico sitio. Con platillos agregados sobre la melodía, se realzaba este sentido de desolación, que se pierde en un fade out que da por finalizado el álbum. Un cierre sobrecogedor para una historia hermosa.

Sin la complejidad de las alternativas iniciales de Camel (con Herman Hesse), el libro de Gallico tenía lo suficiente para que el grupo hiciera lo que mejor sabe hacer: construir música hermosa. En The Snow Goose, Camel nos narraba, sin necesitar palabras, una historia sobre la soledad, la amistad y la transformación. Una historia que nos dice que, aunque el mundo no nos trate bien, no tenemos motivos para seguir ese mismo camino. Que podemos ser mejores, aunque el mundo se esté derrumbando. Pero, sobre todo, una historia sobre la belleza interior y exterior. Esa belleza que, a fin de cuentas, es la especialidad de Camel.

Uno de los iniciadores de ProgJazz, siempre buscando proyectos emergentes, aunque sin dejar de disfrutar de las bandas clásicas. Siento un placer especial al investigar e interpretar el significado y la intención de cada disco que escucho.

You may also like

Comments are closed.