ProgJazz se viste de etiqueta: Entrevistamos a Thierry Zaboitzeff
«No soy un teórico, pocas veces premedito a fondo mis intenciones, y como músico compositor autodidacta disfruto eso de ponerme en estado de libertad total en ese instante. No me preocupa casi nada la vanguardia; la experimentación yo la vivo a diario y no tengo la pretensión de decir que soy innovador; yo me siento un poco al margen de todo eso»
THIERRY ZABOITZEFF
Agradecimientos especiales a Felipe Rojas Morales por la traducción
Thierry Zaboitzeff es de esos artistas que no conocen fronteras. Con mas de 20 discos a sus espaldas en su prolífica carrera solista, su catálogo es un verdadero viaje desde el «progresivo» mas clásico hasta el avant-electrónico moderno mas vanguardista.
Este natural del norte de Francia, nació un 27 de Julio de 1953, y estaba predestinado a ser un músico increíble. Prueba de ello es la agrupación a la cual pertenecía, Art Zoyd, un nombre infaltable en la cima del RIO (Rock in Opposition), y las ramas avant garde de lo que conocemos vulgarmente como «progresivo»; y como cofundador, Thierry era una pieza fundamental con su bajo, su cello, su voz y su talento compositivo junto a Gérard Hourbette.
Hoy Zaboitzeff está celebrando su carrera de 50 años con un boxset recopilatorio (donde no faltan gemas de los 80 y 90′, como «Heartbeat«), y es por ello que Thierry amablemente ha accedido a hablar con nosotros en esta entrevista que les dejamos bajo estas líneas.
La entrevista con Thierry Zaboitzeff
0.Hola Sr. Zaboitzeff, antes que nada, gracias por tomarte el tiempo de tener esta conversación con Progjazz.org.
Antes de responder a sus preguntas, me gustaría dirigirme a todos los lectores de Progjazz y al público de habla hispana que me sigue desde hace tantos años para comunicarles que estoy muy emocionado y conmovido por su atención hacia mi música. ¡Gracias a todos!
1. No, al contrario, muchas gracias a ti. ¿Qué nos puedes decir de «50 ans de Musique ( s ) y de cómo fue todo el proceso de compilación del enorme legado artístico que has hecho durante todos estos años?
Pronto tendré 70 años… Con motivo de esta ocasión, pienso que todo ser humano, instintiva y honestamente, se vuelve a sí mismo y hace una especie de revisión de su vida, de su trabajo. Esto es lo que sencillamente quise hacer celebrando estos 50 años de actividad musical, con la publicación de esta antología. Trabajé en esto más de un año, seleccionando, escuchando, remasterizando, remezclando y regrabando algunas piezas, para luego borrar y comenzar de nuevo, hasta encontrar un itinerario (de viaje) ideal en mis senderos musicales, según mi opinión y la de algunas personas cercanas. En este trabajo, quise evitar todo orden cronológico, lo cual da una sensación más ligera a la hora de introducirse (a la música), sin darse cuenta de las distintas épocas de mi carrera. Al mezclar todas las épocas, se puede viajar entre mis proyectos solistas, algunas de mis creaciones con Art Zoyd, Zaboitzett & Crew, Aria Primitiva…
2. ¿Cómo es el proceso creativo cuando empiezas con una obra o proyecto artístico? ¿Qué tipo de lugares conceptuales o del subconsciente visitas para dar vida a tu arte? ¿O es algo más tangible?
En mi opinión, hay diferentes maneras de comenzar una composición o un proyecto. Por lo general he intentado no tener reglas. Pero me he dado cuenta justamente al volver un poco sobre mi pasado, que finalmente tenía algunos trucos para forzarme a ser diferente en cada composición, para no caer en la rutina
a) Cuando yo compongo para mí mismo, me permito absolutamente todo, como contarme una historia o una pseudo leyenda para crear una atmósfera y a esas historias las olvido rápidamente cuando los adornos están listos. El resto son sólo sonidos, arreglos rítimicos, desarrollo, desenlace, fantasía, libertad…
b) Una composición puede nacer de una simple secuencia de acordes de bajo, piano o violoncello o de un sonido que tengo en la cabeza pero que parece no existir afuera, mientras que yo excavo, esculpo, estudio, retrocedo, vuelvo a esculpir, todo en el estudio con samplers y editores de sonido, y esto se torna con frecuencia muy físico, aún cuando la pieza musical parece ser más cerebral. En todos los casos, busco una emoción no verbal.
c) De todas formas, yo soy autodidacta, no me avergüenzo nunca de recibir consejos en este aspecto
d) A mi entender, la música y los sonidos tienen la ventaja de proponer espacios totalmente abiertos, al contrario de las palabras, las imágenes concretas, y cada uno es libre de dejarse llevar, incluyéndome.
3. Has colaborado con la coreógrafa Editta Braun, con los directores Stéphane Vérité y Beda Percht. ¿Qué nos puedes contar sobre los proyectos que tuviste con ellos y si el proceso creativo fue diferente a tus proyectos musicales personales?
Trabajo con Editta Braun desde 1997. Comenzamos un proyecto común en vivo, «Heartbeat», que fue llevado al teatro, en el que la danza y la música se fusionaban estrechamente. Acá les dejo el link para ver más detalles https://en.zaboitzeff.org/en-heartbeat.html
Desde entonces hemos colaborado con el otro sin cesar y terminamos por casarnos en el 2020, o sea, nuestra relación artística y humana es profunda.
En cada proyecto para su compañía de danza, Editta me pide generalmente trabajar sobre un material sonoro y conceptual distinto, algo que me encanta hacer y experimentar. Por ejemplo, con su proyecto INDIA, yo trabajé sobre sonidos y ambientes que ella me trajo de su viaje a la India, luego de las primeras sesiones de trabajo in situ. Dado que ella me había dado algunos elementos de composición dramática, incorporé un aire nostálgico y de Techno a medida que les escenas se iban desarrollando.
Lo mismo para el proyecto «Nebenesonnen«. Todo tenía que ser escrito en torno al piano. Para Miniaturen, la música tenía que interpretarse en vivo con un grupo al estilo Art Zoyd: Zaboitzeff & Crew. Para el proyecto Luvos, la música tenía que ser principalmente electrónica, y así sucesivamente…
A Stéphane Vérité (director) lo conocí cuando yo todavía estaba en Art Zoyd. A través de él, nos encargaron una banda sonora para un evento: La inauguración del recinto más grande de Europa, el «Globe Arena» en Estocolmo. El público podía ver el espectáculo de luces y proyecciones sobre el recinto en forma de globo desde todas las partes de la ciudad y podía escuchar el sonido a través de la radio del automóvil.
Posteriormente colaboré con Stéphane en el proyecto de Teatro llamado «Alice», en el que yo estaba presente en vivo en el escenario, y luego tuve otros eventos muy importantes.
Con Beda Percht, la colaboración también se dio en torno al teatro y los eventos, entre éstos el más importante se remonta al 2011 para un espectáculo pirotécnico único ante 100.000 espectadores en Linz (Alemania), a orillas del Danubio, con la compañía «Pirovisión».
En general todos estos proyectos se dan en relación a solicitudes, ya sea de parte de Editta, Stéphane o Beda, dado que todos nosotros tenemos una gran estima por el otro, confianza y respeto mutuo, lo que contribuye a tener buenas colaboraciones.
4. ¿Cómo se dio el desarrollo para la creación de tu primer disco solista, «Prométhée» en 1984? ¿Qué nos puedes contar de como tú evolución como artista continúo ya no solo como músico de Art Zoyd?
Por ese entonces en 1984 con Art Zoyd, estábamos a punto de grabar el álbum «Les Espaces Inquiets«, y paralelamente me habían contactado de una compañía de teatro muy joven de la ciudad de Valenciennes (Francia), en donde yo vivía por esos años. El director Philippe Asselin y el administrador Thierry Dupont me propusieron componer y grabar la banda sonora de una de sus primeras creaciones «Prométhée enchainé» (Prometeo encadenado), adaptación de Eschyle.
En relación a la tarea a cumplir, básicamente solo, lejos de Art Zoyd, comencé a juntar todo lo que podía producir un sonido poco habitual en mis instrumentos predilectos (violoncello, bajo, un poco de guitarra…) y monté un estudio improvisado en la pequeña casa que tenía con mi esposa de ese entonces.
Para ese proyecto, había decidido olvidar por completo la manera en que yo componía para y con Art Zoyd. Me puse a experimentar mucho con cintas magnéticas y sonidos concretos, que luego tocaba al revés y los saturaba, y también utilicé a destajo la regrabación, a veces para doblar instrumentos o para ensuciar y degradar el sonido una y otra vez, para poder lograr esa amalgama que tenía en mente. Disfruté mucho desplegarme, extenderme, tomarme el tiempo… Ese momento de cuestionamiento fue muy importante a futuro para mi trabajo, incluyendo el resto de mis años con Art Zoyd. No fue un fin, sino una etapa, un momento muy fino, particular y único en toda mi carrera. Algunos meses después tomé la decisión de hacer un álbum concentrando todos esos sonidos en dos lados de 19 minutos, aproximadamente. Limitaciones del vinilo.
5. ¿Cuáles son tus recuerdos y la visión que imprimiste en proyectos tales como «Missa Furiosa», «Dr.Zab», «Llibre Vermell» o «Aria Primitiva»?
Missa Furiosa.
Hace tiempo, estando en Art Zoyd, me burlaba del hecho que por lo general componíamos cosas muy potentes y solemnes basadas en acordes de órganos que a la larga me evocaban a oberturas o tiempos fuertes para oficios religiosos. Además, cuando era niño, solía acompañar a mi abuelo materno que tocaba el órgano, él me llevaba consigo a las misas. Estaba fascinado y cautivado por las sonoridades poderosas de esos tubos de órgano apoyando ese ritual católico que es la misa. Esas imágenes y sonidos de la infancia permanecen impresas en mí hoy en día.
Mucho más tarde, hacia el 2001-2002, estaba en la búsqueda de algo diferente sobre una base «Tecno», a lo Art Zoyd a la antigua, con voces, canto omnipresente, potente. Encontré por entonces entre mis archivos recientes algunos temas que iba a desarrollar en esa dirección. Creo que el primer intento, sin saber que terminaría escribiendo una misa, fue Agnus Dei. Allí encontré todas las claves de un proyecto que se llamaría Missa Furiosa. En un principio improvisé algunos grooves, junté sonidos, les di dramatismo, añadí pistas de órgano, todo muy rápido, improvisé voces, pero no estaba satisfecho, ya que siempre utilizaba mi pseudo lenguaje «zaboitzeffiano-zoydano», hasta que en un momento decidí probar con un texto cualquiera, al azar, y por defecto, me vino la idea de hacer ensayo y error con fragmentos de textos en latín de ritual litúrgico católico, sin preocuparme del sentido profundo, ni de la representación que podría tener. Probé con distintos estilos de voz y el más interesante fue el canto lírico, que se convertiría en una de las bases del proyecto. Formé un grupo de base «Zaboitzeff & Crew» para la parte instrumental, además de invitar a algunos cantantes clásicos a participar en esta Missa Furiosa.
Con esta Misa, no me convertí súbitamente al cristianismo; sino que lo que me interesaba era el ritual, la pompa, de cierta manera, la manipulación de las mentes en estos rituales fastuosos, grandilocuentes.
En todo caso, tomé las precauciones necesarias para no parecer blasfemo ni crítico exagerado. No era mi intención (aún cuando…). Luego de la presentación musical, entre el público, hubo un monje que creo que compró el CD, y eso me llegó y hizo cuestionarme
Dr. Zab.
Varios años después (en los 90s), pasé un buen tiempo en el estudio (Art Zoyd), experimentando todo lo que se podía hacer con samplers y secuenciadores de la época.
Mirándome en ese momento, me veo como un genio loco manipulando todo tipo de elementos electrónicos… Me hacía llamar Dr. Zab, de forma burlesca. Era una época un poco vacía en la carrera de Art Zoyd, y estando orgulloso de todas mis experiencias solistas, decidí producir un álbum en solitario «Dr. Zab & His Robotic Strings Orcherstra» Y luego un espectáculo solista (spectacle solo), en el que yo estaba sobre el escenario con un rol de manipulador de sonidos, de instrumentos de verdad o virtuales, como si fuera un artista de marionetas. El escenario era mi laboratorio en caricatura, y saltaba descaradamente de un instrumento al otro, de un estilo a otro. Me daba mucha alegría…
Llibre Vermell (2004)
Desde hace décadas soñaba con hacer una adaptación electrónica y libre de cantos y danzas de pelegrinos que llegaban al monasterio de Monserrat, cerca de Barcelona a fines de la Edad Media, a venerar una virgen negra. Estos cantos compuestos por personas anónimas fueron compilados y escritos por monjes en un libro con portada de terciopelo rojo bajo el título de «Llibre Vermell de Monserrat», la recopilación más famosa de cantos de esa época.
Estos cantos me parecían magníficos, conmovedores, directos, y en un mes pude reconstituir cada pieza, dándoles orquestación de forma muy personal, para poder interpretarlas a dúo, en vivo. Invité a la cantante Sandrine Rohrmoses a crear este dúo conmigo, lo que hizo de forma brillante en menos de una semana. Desgraciadamente, por diversas razones, tocamos muy poco este repertorio que se podía calificar como «En construcción». Ha pasado mucho tiempo, pero este proyecto sigue en el fondo de nuestro corazón y tenemos en mente volver a trabajarlo, mejorarlo y grabarlo finalmente (¿2023?)
Aria Primitiva
De nuevo en un grupo, tuve la sensación de reconstrucción y volver a vivir de una manera un poco diferente.
El concepto «Art Zoyd» de los años 80-90: Un grupo con una originalidad, una personalidad fuerte, única. Cada vez que trabajé con otros músicos, siempre busqué eso mismo. Este fue ciertamente el caso. Aria Primitiva me daba un nuevo impulso en esa dirección. Los invito a leer nuevamente sobre cómo es que se formó el grupo Je vous engage à relire ici comment s’est formé ce groupe
Con tres músicos, éramos un comando que dominábamos perfectamente la tecnología con gran dominio instrumental. Yo era el único compositor, pero ya habíamos visto y arreglado buenas partes de improvisación. Tenía muchas esperanzas en esta formación, pero dadas las dificultades de gestión y la pérdida de compromiso de mis colegas con este proyecto, decidí disolver el grupo por un tiempo; ya que llegó el Covid y me fue imposible relanzar Aria Primitiva en buenas condiciones, y finalmente decidí pasar a otra cosa. Estoy muy orgulloso de este proyecto y una vez más agradezco sinceramente a todas las personas que me ayudaron a realizarlo (Nadia Ratsimandresy, Cécile Thévenot, Editta Braun, Iva Lirma, Xavier Collin y Monstre Sonore)
6. Sobre la adaptación musical en vivo de «Das Cabinet des Dr. Caligari», ¿Cómo fue tu experiencia al recrear con tus dotes de compositor la atmósfera lúgubre de tamaña obra maestra del Expresionismo Alemán?
Permítanos agregar, en relación a lo anterior, y considerando la personalidad cinemática de tu estilo, ¿Qué película te gustaría «acompañar» sonoramente en vivo en algún futuro?
Cuando me fui de Art Zoyd en 1997, después de 3 proyectos de conciertos de cine en cerca de una década, me dije: «¡¡Nunca más cine-conciertos!!» Había sufrido en el último tiempo de esta etapa al estar siempre confinado al pie de una pantalla pasando cintas y tocando sobre la película y poco a poco (la experiencia) se fue convirtiendo en un espacio reservado a una cierta elite sentada, en este caso «Expresionismo Alemán». Tengo la impresión que en algunos lugares a los que nos invitan a crear, algunos organizadores no tienen consideración alguna de lo que podemos desarrollar…
Quería salir pronto de esa rutina cultural e iniciar otros proyectos además de esos cine-conciertos; pero desgraciadamente en ese momento no fue posible en el contexto de Art Zoyd. Ustedes saben lo que pasó después y sus consecuencias…
13 años más tarde, Claus Löser que co-dirigía El Primer Festival Internacional Caligari en Berlín, me invitó a componer, en secreto, una música original y acompañar en vivo El Gabinete del Doctor Caligari para la apertura del festival. Yo estaba bastante reticente, pero todo se dio para tener un gran evento: La gentileza de los organizadores de Brotfabrik – Berlin – Weissensee – Caligari Platz – Delphi, en los mismos lugares en donde fueron realizadas estas películas en el Berlín de los años 20. Ahora yo tenía que lograr este desafío en pocos meses… Vi la película muchas veces antes de comprender realmente lo que estaba pasando, cuáles eran las líneas de fuerza, el carácter de los personajes y sobre todo el rol que yo podía llegar a tener en el escenario musical en medio de todo este enredo quasi psiquiátrico. De un principio me impedí cualquier exageración, para poder lograr la composición radicalmente más sombría y oscura, cuando lo creía necesario. Desde mi punto de vista, me sentía como un actor sonoro salido de la película que a veces dirigía la acción, o en otro momento reaccionaba a la acción. Esa fue una sorprendente experiencia más en el escenario solo, en solitario. Había decidido que la música minuciosamente escrita y en vivo tenía que tener vida propia, caminos propios, pero que con la película provocara otras interpretaciones, otras emociones, sin dejar de lado el humor. Hoy en día en el 2022 ya no tengo intención de trabajar en otro proyecto de cine-concierto, sino más bien de crear imágenes reales, como en este ejemplo
7. En tu visión, ¿Cómo ves el presente de la música en cuanto a la vanguardia, la experimentación, la innovación y de cómo va a afectar eso en el futuro?
No soy un teórico, pocas veces premedito a fondo mis intenciones y como músico y compositor autodidacta, disfruto eso de ponerme en estado de libertad total en ese instante. No me preocupa casi nada la vanguardia; la experimentación yo la vivo a diario y no tengo la pretensión de decir que soy innovador; yo me siento un poco al margen de todo eso y me da vergüenza responder a esta pregunta. Pienso que las corrientes van a encontrarse cada vez más lejos de esas ideas añejas de rivalidades entre antiguos y modernos, entre clásicos y contemporáneos. Desde hace ya un buen tiempo, el jazz, el rock, la música electrónica han revolucionado el espacio musical y el número de híbridos felices que han surgido me parece de buen augurio. En esta era de modernidad, tengo cierta desconfianza con todas estas tecnologías invasivas que en mi opinión han sido puestas muy en boga y que dañan o destruyen a veces cualquier propuesta artística. Me mantengo abierto y sigo adelante
8. No podemos dejar de preguntarte sobre Art Zoyd, fueron 26 años en este ensamble sonoro, un viaje que comenzó con «Symphonie Pour Le Jour Où Brûleront Les Cités» ¿Qué momentos únicos de creación artística tuviste a través de los años con el colectivo?
Habría mucho material para contar y aún así sólo relataría los sucesos más importantes.Los momentos únicos fueron nuestro primer álbum «Symphonie pour le jour où brûleront les cités» (Sinfonía para el día en el que ardieron las ciudades), compuesta, preparada, ensayada, experimentada colectivamente, con instrumentos en mano bajo condiciones de vida difíciles para esos músicos principiantes pero apasionados que éramos. Ese momento de una extraña intensidad fue seguido de un tour por Francia en primer lugar con Magma y después una semana en el Théâtre de la Renaissance en Paris (1976)- La realización del álbum Phase IV; momento clave en la carrera artística del grupo Art Zoyd, que sería filmado para la televisión por Daniel Poteau. Luego vinieron numerosas giras en Europa y Europa del este (1982)- La creación del «Mariage du ciel et de l’enfer» (Matrimonio del cielo y el infierno) de Roland Petit, seguido de una gira con el Ballet Nacional de Marsella Roland Petit, Teatro de Milán, Teatro de los Campos Elíseos, Opera de Marsella y Bordeaux (1984-1985)- El álbum Berlín, y luego las giras por todo Europa con ese repertorio (1986-87)- La creación del cine concierto Nosferatu (1988-89)- El encuentro con la compañía de danza de Austria« Vorgänge Bewegungs Theater » Encuentro decisivo (1986)- Marathonnerre. Ese proyecto totalmente loco de teatro-actuación imaginado por el director francés Serge Noyelle, con su compañía y Art Zoyd en vivo sobre el escenario durante 12 horas, desde el mediodía a la media noche, con un ritmo endemoniado e incesante, coronado por una ovación de pie de 25 minutos… ¡Hermoso recuerdo!
9. Y por último, la pregunta final que le hacemos a todos nuestros entrevistados. ¿Algún disco que nos quieras recomendar que hayas escuchado últimamente?
Debido a mis últimas y múltiples actividades, me falta tiempo para escuchar realmente algo nuevo, en profundidad, así que no quisiera darles malas recomendaciones… Pero podría citar con mucho gusto a un artista muy alejado de mi trabajo en general, al que escucho y admiro desde hace 40 años sin que nunca me haya aburrido: Jon Hassel que nos ha dejado hoy. En especial dos discos «Fourth World Vol. 1» y «Flash of the Spirit«