Retrospectiva: La maldición de «Bedlam in Goliath» de The Mars Volta

«The Bedlam in Goliath» fue el cuarto disco de los norteamericanos de The Mars Volta, lanzado un 23 de Enero de 2008 en Estados Unidos. Un trabajo que resultó ser uno de los mas energéticos de la agrupación de El Paso; inolvidables cortes nos regalaron como «Wax Simulacra«, «Aberinkula» o «Metatron«. Pero acá estamos para hablar de la famosa «maldición» que ocurrió en la banda durante la grabación de este trabajo, y aunque está bien documentada en entrevistas que ha dado Omar Rodriguez Lopez, igualmente hay ciertos detalles que han ido apareciendo en los últimos años.

Todo comenzó dos años antes, en 2006, cuando The Mars Volta compartió una gira con Red Hot Chili Peppers, previo a la adquisición de una tabla ouija por parte de Omar, el cual iba a ser un regalo para su amigo y cantante Cedric Bixler-Zavala que compró en Jerusalén junto a otras rarezas y reliquias. Después de cada recital ambas bandas se juntaban en el bus de la banda para “jugar” con el tablero.

Durante las sesiones con el tablero, al que apodaron “The Soothsayer” (el adivino), interactuaban con una entidad que se identificó a sí misma como “Goliath”. Esta les contaba historias de lujuria y asesinatos que giraban alrededor de un triángulo amoroso entre una mujer, su hija y un hombre (las 3 entidades que conformaban a “Goliath”).  Según Rodriguez Lopez  la problemática de la historia es a lo que en el Medio Oriente se refieren como un “asesinato de honor”, este tipo de asesinato se da cuando una mujer es violada dejándola en su cultura y sociedad “marcada”. Bajo esos preceptos, lo «mejor» que se puede hacer por ella es asesinarla. Estas historias que les contaba, junto con unos poemas que se encontraban con el tablero al momento de su compra, serían la inspiración para las letras y música de su próximo álbum “The Bedlam in Goliath”.

«Todo empezó como una forma de pasar el tiempo, divertirse. Pero empezaron a ocurrirnos cosas. Tras un tiempo, no podíamos dejar de escribir todo ese material. Este álbum es la historia que nos han contado, nuestra interpretación, y todo lo que nos iba ocurriendo. Está todo relacionado.»

Omar Rodriguez Lopez

Ya acabada la música y durante el proceso de producción del mismo, las sesiones y contactos con la entidad “Goliath” se vuelven más frecuentes. Ya no solo habían historias sino también exigencias que los músicos cumplían a cambio de su inspiración. “Goliath” tenía peticiones como ofrendas en alcohol, pero con el tiempo dicho «ser» se fue poniendo mas demandante, hasta que en un momento la entidad les pedía «entrar» en el cuerpo de los músicos, así como alguna persona que le sirviera como recipiente.

Al no hacer caso a sus últimas exigencias, dicha entidad (demoníaca ya en este punto) los amenazó con que si no le hacían caso serían maldecidos. En este punto Rodríguez Lopez tomó el tablero, lo rompió en dos y enterró cada parte por separado. Le pidió a Cedric que nunca revelara el lugar donde había sido enterrado, y que no se volvería a hablar nunca mas de “Goliath”.

Aquí comenzaría una serie de sucesos negativos para la banda, hasta el lanzamiento del disco.

Juan Alderete, bajista de largo tiempo de la banda, debutó con policitemia vera , enfermedad sanguínea que tiene un componente genético que lo trae menos del 1% de la poblacion mundial. A esto le sigue los abandonos de 3 bateristas en tan solo un año, Jon Theodore, Blake Fleming y Deantoni Parks. Fleming  argumentaba que desde comenzó a trabajar en aquel disco, empezó a caer en numerosos problemas económicos que antes no tenía. Cedric es operado del pie a causa de una profunda herida, lo que lo deja sin poder caminar algunos meses.

Aunque claro, algo bueno tuvo la pérdida de tantos bateristas, pues llegaría a las filas de los norteamericanos uno de los baterías mas impresionantes de los últimos 20 años: Thomas Pridgen.

Cuentan también que teniendo todo el material listo y en producción, las cintas de grabación se borraban mágicamente, incluyendo los respaldos; por lo que hubo que re-grabar varias veces. El disco originalmente iba a tener piezas de mayor duración, pero se optó finalmente en las regrabaciones por acortarlas (asuntos de tiempo, probablemente). Además por abundantes lluvias que hubo en la ciudad donde se encontraba el estudio de grabación de Lopez en Brooklyn, se inundó un par de veces perdiendo mucho equipo.

Paul Hinojos, guitarrista e ingeniero de sonido de confianza de la banda, comenzó a sufrir de ataques de pánico y colapsos nerviosos.

“No voy a ayudarlos mas a grabar este álbum. Están tratando de hacer algo muy malo con él, están tratando de volverme loco a mí y a la gente.» – «Hay algo malo aquí. No los voy a ayudar y me voy a llevar los discos.»

Paul Hinojos

Rodriguez Lopez, junto a técnicos y roadies de la banda van a la casa del ingeniero y “como una mafia” le quitan las cintas. Cuando ven su contenido, todos los apuntes de Rodríguez habían sido borrados y las pistas absolutamente desordenadas. Recordemos que Hinojos no sabía de la existencia de aquel tablero ouija.

La banda comienza a asumir que algún tipo de maldición había caído en sus cabezas. Finalmente terminar el álbum fue toda una proeza, ya que el ambiente y los ánimos estaban en punto de ebullición: las peleas entre los integrantes y técnicos era pan de cada día, incluso se llegó a respaldar 16 veces las canciones para que no fuesen eliminadas «mágicamente». Para Rodríguez, la única forma de destruir la maldición sería terminar el disco. «Nosotros sabíamos esto».

Finalmente The Mars Volta termina el disco en 5 meses, con lo que la especie de «mala suerte» se desvanece. Hoy en día para Omar ese capitulo está cerrado, y les sigue generando cierta incomodidad volver a recordar aquellos momentos, aunque ya hayan pasado 15 años.

A escuchar con cuidado, señores…