«Melos» de Cervello, una joya más de la corona italiana del progresivo

Antecedentes

Cervello es otro de esos cometas refulgentes con sabor a pasta y pomodoro de la historia del rock progresivo italiano, que llegan, dejan un destello hermoso y luego se van para no volver. Formados en 1970 en Nápoles, compuesta por cuatro miembros: Gianluigi Di Franco en la voz principal, Corrado Rustici en la guitarra, xilófono, flauta y coros (hermano de Danilo Rustici, guitarrista de Osanna), Remigio Esposito en la batería, Giulio D’Ambrosio en los bronces y Antonio Spagnolo en el bajo y la guitarra acústica. La banda se inspiró principalmente en el naciente movimiento del rock progresivo británico que comenzaba a desembarcar con fuerza en el país de la bota, y el jazz. Nos dejaron como testamento de su buen quehacer, un único álbum, el debut llamado «Melos«, considerado como una joya de la era dorada del rock progresivo italiano (también conocido con las siglas RPI).

Nótese como esta banda no tiene teclados, algo bastante extraño para una banda de rock progresivo italiano. Spoiler: no se extrañan para nada.

La grabación del álbum se llevó a cabo en los estudios RCA de Roma en 1973 y se lanzó ese mismo año; aunque las fuentes de las fechas son imprecisas (como es usual en las bandas del RPI), integrantes de la banda apuntan como fecha de lanzamiento un 23 de septiembre. El productor fue justamente Danilo Rustici, en apoyo a su joven hermano de tan solo 17 años por aquella época. El sonido acuñado por Cervello fue una mezcla de sonidos mediterráneos con jazz fusión, con una fuerte influencia del rock progresivo británico, en concreto cosas como los primeros King Crimson, más algunas trazas de música docta y hard rock. Todo esto, unido a letras que derivaban de la mitología griega, hizo que las piezas de «Melos» fueran complejas y cuidadosamente arregladas, con un fuerte énfasis en los cambios de tempo y variadas secciones instrumentales.

Las canciones de «Melos«

El álbum se abre con la pieza que sirve de introducción: «Canto Del Capro«, casi como música hipnótica en formato de una «jam session» psicodélica y con una letra hablada que suena terrorífica. Todo esto sirve para establecer el ambiente general del disco, el cual es bastante oscuro. Llegamos a la segunda pieza, la obra maestra de «Trittico«, una suite de tres partes, donde la primera sección nos deja con los pelos de punta en los primeros dos segundos con una melodía inolvidable que no habría desentonado en ningún disco del Genesis más clásico, más bellos intermezzos de flauta traversa. Luego, previo a un agudo grito de Di Franco llega abruptamente la violenta segunda sección absolutamente influenciada por aquel «Mirrors» de 21st Century Schizoid Man, con agresivos trallazos de bronces que se atropellan, unido a un solo de guitarra impresionante de Rustici (que nos puede recordar acá al mejor Fripp) y una tercera sección melódica y melancólica que nos deja en trance. Simplemente, una de las mejores piezas que nos supo regalar el rock progresivo italiano, bravissimo.

«Euterpe» es una bella pieza tranquila y bucólica, con una combinación de xilófono y flautas absolutamente imperdible, y un solo de teclado hermoso. Scinsicne (T.R.M.) es una pieza algo tenebrosa, con una intro misteriosa y secciones muy rockeras con un Rustici absolutamente virtuoso y demoledor a las seis cuerdas, que nos pueden recordar al mejor Biglietto per l’inferno y un curioso «fade out» que se podría haber resuelto de mejor forma.

La homónima «Melos» probablemente es la contendiente a mejor pieza del disco, y eso es mucho decir, ya que venimos teniendo material de un nivel muy alto. En sus cinco minutos de duración se revela épica, con flautas pastorales bellísimas, y unos coros a la «In the Court» logradísimos, más una sección de un riff de bronces que ya lo hubiese querido para sí la PFM.

«Galassia» sigue en terrenos de alta calidad. Comienza retomando los climas oníricos de la primera sección de «Trittico«, aunque el tenor bucólico está más claramente emparentado con ‘Euterpe’ y ‘Melos’, además de contar con un mellotron no acreditado. En todo caso, las intervenciones de guitarra eléctrica y la abrupta llegada de una sección con guitarra y bronces tocando al unísono a toda velocidad sirven para darle un cierre explosivo al más puro estilo hard rockero. Tenemos al final una breve coda acústica llamada «Affresco» que casi parece una canción infantil salida de algún cuento de fantasía perdido de los 70′.

A pesar de la calidad excepcional de «Melos«, la banda pasó absolutamente desapercibida con este trabajo, y nunca alcanzó siquiera un mínimo de éxito comercial en Italia o en el resto del mundo, lo que probablemente hizo de catalizador para que el proyecto quedara trunco. Sin embargo, la música de Cervello ha sido redescubierta por los fans del rock progresivo en las últimas décadas y ha sido puesta en el lugar que merece por su originalidad y creatividad como uno de los trabajos definitivos del rock progresivo italiano, ahí con los más grandes. El álbum se ha convertido en un objeto de culto y ha sido reeditado varias veces en vinilo y CD.

Es por ello que Corrado Rustici (quien es el que cuida el legado de la banda, aqui su Bandcamp) reunió en 2017 a dos de sus ex-colegas Antonio Spagnolo y Giulio D’Ambrosio, más el joven Virginio Simonelli como vocalista, Sasà Priore en teclados y David De Vito en batería, para irse de gira a Tokio, Japón a tocar «Melos» en su totalidad, más algunas piezas de Osanna (su hermano mayor Danilo falleció en 2021 por el COVID-19), dejándonos el excelente «Live in Tokyo» (2017) que vale mucho la pena escuchar.

Conclusiones

La historia de Cervello es un verdadero «Déjà vu» de muchísimas bandas del rock progresivo italiano: Una historia de un grupo de músicos talentosos que crearon música innovadora y emocionante, pero que nunca recibieron el reconocimiento que merecían en su momento. Sin embargo, en este caso en particular, y a sus 5 décadas, «Melos» sigue siendo un álbum impresionante y conmovedor, y una de las joyas ocultas del rock progresivo italiano.


Melómano y coleccionista de música en formato físico. Baterista de Hobbie. Uno de los administradores del grupo de Facebook chileno "King Crimson en Chile", con contacto directo con el sello DGM de Robert Fripp y David Singleton. Me gusta escribir sobre música.

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