Brain Salad Surgery: hombre vs máquina, más presente que nunca

Antecedentes

Estamos a principios de 1973. Emerson, Lake and Palmer seguía un crecimiento firme de popularidad a ambos lados del atlántico, girando con «Trilogy» bajo el brazo, pero presentando además nuevas piezas inéditas en versiones casi idénticas que terminarían en el nuevo álbum a lanzarse en diciembre de aquel año; estas serían una más breve que la original «Karn Evil 9«, «Toccata» y «Still…you turn me on«.

Una de estas fechas en vivo de abril de 1973, ELP tocó en el Hallenstadion de Zurich, Suiza, a muy pocas cuadras del departamento donde residía y trabajaba H.R. Giger, un emergente artista visual suizo que ya estaba dando que hablar en los circuitos mas underground de la escena suiza. El promotor suizo de ELP estaba impaciente por llevar a Keith Emerson a conocerlo y mostrarle su peculiar arte, y Giger totalmente fascinado con el hecho de tener a uno de sus artistas favoritos en su taller.

Emerson se queda prendado, sobre todo, por un cuadro llamado «Landscape 19«. Era la imagen perfecta para el concepto que venía acuñando para el próximo disco: un futuro distópico de guerra entre máquinas y seres humanos, que reflejaría aquel terrible enfrentamiento en el futuro. Además, calzaba con el provisorio título del LP en aquel entonces: «Whip Some Skull on Yer» (azota un cráneo en ti), un chiste interno de la banda que hacía referencia a una felación, lo que a Giger le hizo mucha gracia.

Luego de tres meses, la banda completa volvería al taller del suizo para ver el resultado final que es el que todos conocemos, con el nuevo título definitivo: «Brain Salad Surgery«, frase sacada de una línea de la canción «The Right Place, The Wrong Time» del artista Dr. John lanzada pocos meses antes y sugerida a la banda por uno de los tour managers, que hace referencia a la misma actividad sexual. De hecho, la carátula original contaba con un falo que apuntaba a los labios de una mujer (la actriz Li Tobler, quien era la novia de Giger), pero que fue difuminado de la edición final para evitar censuras.

Este, que fue el primer gran trabajo encargado a un joven Giger de tan solo 33 años, lo haría colocarse en el mapa artístico a nivel mundial, para luego terminar diseñando aquellos famosos «aliens» hollywoodenses de las películas del mismo nombre, y otras portadas de grandes discos como el «Attahk» (1977) de Magma.

Años más tarde, saldría a decir que nunca se le terminó de pagar por el arte del disco de ELP, y en 2005 la pintura original sería robada en una exhibición en Praga, y de allí jamás se la volvió a ver.

La concepción de la música de «Brain Salad Surgery»

Así como el arte nos hablaría de una rebelión de las máquinas, también haría referencia a la nueva música que estrenaría la banda: altamente precisa, más dura que nunca, metálica, con tecnología puntera, virtuosísima, sin compromisos, pero de una gran belleza oculta.

Los ensayos comenzarían en las recientemente adquiridas nuevas locaciones del nuevo sello de ELP «Manticore Studios» del distrito de Fulham en Londres, originalmente una sala de cine de la cadena ABC. La banda compondría y ensayaría en las que anteriormente eran las dependencias para hacer helado y los vestidores, usando el resto de las salas para guardar el equipo de giras. En aquellas dependencias también grabarían Led Zeppelin y Roxy Music.

La banda ensayaría hasta el hartazgo las nuevas canciones que se terminaban de pulir en vivo, tocando el disco completo en una sola toma antes de grabar, para asegurarse que podrían afrontar todos los arreglos e infinidades de cambios de ritmo y estructuras en un contexto de show en directo. No volverían a cometer el mismo error de «Trilogy«, donde gran parte del material se tuvo que quedar afuera de los escenarios por los numerosos «overdubs» que se aplicaron en el estudio, y que la tecnología de 1972 no era capaz de reproducir de forma correcta en vivo, siempre según Keith. De esta nueva forma de encarar el material, comenzaría a surgir esta idea del «show que no tiene fin».

La banda se deshacería de los Manticore Studios en 1977, para poder afrontar los costos de la gira norteamericana orquestal de «Works».

Volviendo a «Brain«, este disco nos presentaría dos grandes adelantos en el terreno de los sintetizadores: El Moog Apollo, el primer sintetizador polifónico de todos los tiempos (que ayudó a diseñar y construir el mismo Emerson), y la primera batería acústica sintetizada de la historia, el famoso rack y tambores de acero inoxidable de Carl Palmer, con una serie de triggers sintetizados que el inglés usaría tanto en estudio como en vivo.

La música no se apartaría a muchos kilómetros de lo expuesto en «Trilogy» (en concreto a cosas como la suite «The Endless Enigma«), pero todo sería llevado al extremo: la ambición compositiva e instrumental, la fuerza y la pomposidad se elevarían más alto que los cóndores en los Andes.

Finalmente, la música sería grabada por completo en los estudios Advision en el verano europeo de 1973, y serían dejadas dos competentes piezas afuera: El single «Brain Salad Surgery» que era básicamente la banda divirtiéndose en el estudio, y el jam de «When the Apple Blossoms bloom in the Windmills of your mind, I’ll be your Valentine«. Ambas canciones terminarían viendo la luz finalmente en Works Vol, 2 (1977), aunque es importante señalar que la pieza homónima saldría unas semanas antes del lanzamiento del disco original, como regalo en un flexi-disc en la revista británica NME.

Las canciones de «Brain Salad Surgery»

El álbum abre con la historia/mito de como Jesús junto a Jose de Arimatea podrían haber viajado a través de las montañas de Glastonbury en Inglaterra, con el que es el segundo himno (no oficial) de todos los británicos: «Jerusalem«.

La épica obertura del disco es una adaptación de un poema inglés de William Blake de 1804, con música para orquesta de Hubert Parry. ELP quería reflejar la grandiosidad y pomposidad de la versión original de esta visita mesiánica, pero lamentablemente la BBC no lo entendió así, por lo que procedió a censurarla por ser una falta de respeto con un himno religioso. Es una lástima, ya que la adaptación es una obra maestra, una de las mejores piezas de ELP, y una de las pocas épicas del rock progresivo de todos los tiempos, que tiene poco más de 2 minutos de duración.

Seguimos con una segunda adaptación: «Toccata» del compositor argentino Alberto Ginastera, que Keith admiraba desde sus días junto a «The Nice». La de por sí violenta pieza se convierte acá en una dura pesadilla de sintetizadores que sigue sonando desafiante a día de hoy, llena de ráfagas de efectos de sonidos totalmente inéditos para la época, y un extenso uso de la batería electrónica de Palmer. Experimentalismo y vanguardia en estado puro que Ginastera aprobó diciendo «¡Diabólico!, ustedes han entendido mi pieza mejor que nadie«.

Después de este verdadero taladro en los oídos, y con la misma autoridad, llega como un bálsamo para el alma la exquisita balada de Greg «Still…You Turn me On«, la cual comenzó a construirse con algunas melodías de descartes de «Take A Pebble«. Líricamente, nos cuenta en forma de metáforas la vida del músico de rock, y su relación con los fans. También tiene la famosa línea de «Someone get me a ladder» (alguien consígame una escalera) que Lake solía usar en vivo para cuando las notas le quedaban muy «arriba» para su voz de barítono. El recurrente fan asistente a conciertos de ELP, reconocería aquella broma al instante.

«Benny the Bouncer» fue la última canción grabada para el disco, y llega con esa obsesión que tiene ELP por siempre mostrarse como capaces de usar el humor en la música y no tomarse tan en serio a sí mismos. Si bien es tratada como una pieza mucho menor, tiene sus cosas interesantes: Está basada en la historia real de un famoso guardia del Palais de Danse de Glasgow llamado «Mike» al que apodaban «Tiny» (pequeño), siendo que medía más de 2 metros de alto. Por las tardes era luchador en un club perteneciente a la armada británica donde se entrenaba a los cadetes para pelear, junto al segundo personaje llamado Sidney (otro guardia) con el que tienen un combate a muerte con mucho humor negro. Como dato rosa, ese «Sidney» también aparece en el disco «Salisbury» de Uriah Heep, luego de que tuviese un «encontrón» con los miembros de aquella banda.

Musicalmente, no está muy lejos de piezas anteriores como «Are you Ready Eddie?«, y «The Sheriff«, pero tiene algunas referencias a una pieza cómica del famoso humorista Benny Hill llamado «Ernie«. Con esas virtuosas escobillas de Palmer, el saltarín órgano de Emerson y la impostación cómica de la voz de Lake, nos prepara para el plato fuerte del trabajo.

«Karn Evil 9», dividida en tres impresiones, originalmente llamada «Ganton 9«, iba a girar en concepto a un planeta de ese mismo nombre, donde no existían las guerras ni las bajezas humanas. Fue Pete Sinfield quien sugirió el nombre final, ya que la música en la segunda impresión le inspiraba estar inserto en una especie de carnaval maligno.

Las palabras cojean al hablar de música, y en este caso será más que nunca. La pieza completa tiene una complejidad instrumental absolutamente abismal y una ejecución avasallante inenarrable de un trío que estaba al tope de sus capacidades técnicas y compositivas. La letra nos anuncia proféticamente una «era de poder donde nadie tiene una sola hora para desperdiciar«, y donde «estaremos allí«, con computadores que cada vez tomarían más protagonismo en nuestras vidas, y con ello, el poder sobre la raza humana.

Sinfield había trabajado como programador de computadores antes de ingresar al mundo de la poesía, y ya las novelas Sci-Fi de inteligencia artificial y máquinas que doblegaban al ser humano habían concitado su interés a temprana edad.

La segunda parte de la primera impresión con ese característico sintetizador in crescendo que aún hoy se escucha moderno, y su «Bienvenidos al show que nunca termina» es un clásico del rock de todos los tiempos, y ha sido utilizada en un sin fin de comerciales, películas y eventos deportivos. Las líneas de «Roll up, Roll up» nos evocan satíricamente al «Magical Mistery Tour» de The Beatles, y consciente de ello, Pete decidió llevar la lírica a un lugar mucho más oscuro que el fab four de Liverpool: una verdadera exhibición carnavalesca de las miserias y bajezas del ser humano.

Y no olvidemos la terrible línea de «Tenemos algo para hacerte babear, siete vírgenes y una mula, mantén la calma, mantén la calma«

La segunda impresión comienza con mil notas por segundo del piano de Keith y el mismo virtuosísimo «abre mandíbulas» de Lake y Palmer. Tenemos también una sección de «Calypso», influenciado por el último viaje del tecladista a Trinidad y Tobago; que, por cierto, no son tambores reales tocados por Carl, sino que el Moog polifónico de Emerson.

La tercera impresión llega con la batalla de las máquinas y el hombre propiamente tal. Musicalmente oscura, el que gana esta apocalíptica pelea está totalmente abierto a debate, donde al parecer queda solo un hombre y una máquina con vida. El diálogo final es simplemente escalofriante, y más aún en el contexto moderno del debate de las inteligencias artificiales que han surgido con fuerza este año 2023.

– Humano: ¡Pero yo te di vida!
Computador: «¿Qué más puedes hacer?»
– Humano: «Para que hicieras lo correcto»
Computador: «Soy perfecto. ¿Lo eres tú?»

Linea final de «Karn Evil 9, tercera impresión»

La recepción

Lanzado a fines de noviembre de 1973 en el Reino Unido, el disco llegó al segundo lugar en Inglaterra y el 11 en Estados Unidos. En medio de la campaña del sello discográfico por posicionar el disco de uno de sus artistas más vendedores de todos, se preparó un especial de ELP para la BBC y el programa Old Grey Whistle Test, donde se observan algunas grabaciones en gira del trío y en estudio de como se crearon las piezas del álbum. Un registro imperdible que nos deja en claro la talla de estos titanes de la música.

Además, la nota freak oscura: En una jugada absolutamente incomprensible para los estándares modernos actuales, la banda organizó un concurso para todos los niños británicos llamado «Sounds-Into-Visions«, donde debían dibujar pinturas con base a lo que la música del disco les inspirara. El ganador podía irse «de vacaciones» toda una semana en tour con ELP, cosa que no quedaba muy clara de buenas a primeras, sobre todo tratándose de menores de edad.

El ganador se definiría en una exhibición montada con todo el arte de los niños, abierta a todo público.

Además de lo terrible que suena darle a menores de edad un disco con imágenes terroríficas, incluyendo un título que hacía referencia a una felación y un falo semi camuflado en el arte de la portada, se agrega el hecho de que el juez de las pinturas fuera el DJ y presentador Jimmy Savile, donde todo el dinero que se recaudaría de la exhibición sería donada para su fundación de ayuda a niños en hospitales. Sí, el mismo Savile que hoy en día sabemos que fue denunciado por una cantidad estratosférica de abus0s sec-suales a menores de edad. Argh. (Lo colocamos así para no ser castigados por los buscadores).

Obviamente, la banda se ha encargado de sepultar estos recuerdos. No los culpamos por ello.

Olvidándonos de ese horrible punto, la banda se embarcó en una gira mundial con 26 toneladas de equipo de más de 100 shows a través de Norteamérica y Europa. Solo Emerson llevaría 13 teclados distintos, incluyendo el famoso «piano rotatorio»; Carl viajaría con su pesadísima batería electrónica de acero inoxidable, campanas tubulares y plataforma rotatoria; y la lujosa alfombra persa de Lake, para que no se electrocutara con el micrófono como ocurrió en un show de la pasada gira.

El escenario contaría además en ciertos lugares con una pantalla redonda «a la Pink Floyd» y un enorme computador real de la época con unas alas, simulando al enemigo futuro de la humanidad. Todos estos excesos quedarían grabados para la posteridad tanto en el incendiario multiventas disco en vivo «Welcome Back My Friends to the Show that Never Ends, Ladies and Gentleman, Emerson, Lake and Palmer» donde la banda aparece en una forma inmejorable y nos hace preguntarnos si eran realmente seres humanos los que podían tocar a esas velocidades y con ese nivel de precisión sin sacrificar potencia. También tenemos la grabación para la TV del festival americano de Ontario «California Jam 74«, donde ELP participó como cabeza de cartel junto a otros próceres británicos como Deep Purple y Black Sabbath.

Conclusiones

Ciertamente, es el peak compositivo y comercial del trío del progresivo británico por antonomasia, y el fin de su era más clásica. Una que nos dejó uno de los discos más logrados del prog rock de todos los tiempos, una verdadera vaca sagrada que nos queda como testamento de un pasado brillante, y un futuro angustioso que, hoy por hoy, se ve más real que nunca. Cinco décadas de un verdadero punto y aparte del rock, del prog, y de la música popular.

«Brain Salad Surgery» es la quintaesencia del rock progresivo en su forma más pura de concepción, ni más ni menos.


Melómano y coleccionista de música en formato físico. Baterista de Hobbie. Uno de los administradores del grupo de Facebook chileno "King Crimson en Chile", con contacto directo con el sello DGM de Robert Fripp y David Singleton. Me gusta escribir sobre música.

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