«Les Cinq Saisons» (1975): la Opus Magnum de Harmonium

Les Cinq Saisons front

Harmonium es una banda que llevó el término “rock progresivo” hasta un límite desconocido hasta el momento de su irrupción. Musicalmente, además, es difícil clasificar su sonido como “rock”. Su disco debut (Harmonium, de 1974) tenía prácticamente sólo elementos de folk. Por su parte, en Les Cinq Saisons (cuyo título original es Si on avait besoin d’une cinquième saison) Harmonium fusiona el folk muy equilibradamente con música académica. La inclusión de Mellotron, piano eléctrico y sintetizadores le da ese aire “progresivo” que los acerca, incluso con cierta distancia, a lo que otras bandas de la época se encontraban produciendo.

En buena medida, esta particularidad se debe a aspectos geopolíticos en los que el grupo liderado por Serge Fiori nace. En efecto, Quebec, que es la región canadiense donde surge Harmonium, representa una zona que tiene una larga historia de conflictos con los canadienses angloparlantes. Esto ha llegando incluso a una pretensión separatista, impulsada por el “Mouvement Souverainiste du Québec” con el que simpatiza Fiori. Dicho movimiento, en los años 70, alcanzói un considerable auge entre la juventud.

De este modo, Harmonium se erige como una de tantas propuestas artísticas (en el sentido más amplio del arte) que buscan propiciar una mayor sensibilidad por la cultura quebequense. Con ello, se propone una defensa identitaria, debido al orgullo que sienten por sus raíces francesas.

En tal sentido, la música de Harmonium no puede comprenderse solamente por la belleza de sus composiciones y arreglos, pues sus letras constituyen un elemento absolutamente central. Particularmente cobran fuerza en Les Cinq Saisons, cuyo título puede traducirse como ‘Si necesitáramos una quinta estación’, resultan absolutamente poéticas. Tanto, que pueden entenderse no sólo como un renacer de la nación de Quebec, sino que también se puede extrapolar a diferentes situaciones de la vida (amor, la más obvia). Así, Les Cinq Saisons se conforma por cinco piezas, siendo las cuatro primeras correspondientes a cada estación del año.

La última, en tanto, muestra la maravilla que implica salir de un ciclo repetitivo en el tiempo. Revisemos el sentido de cada una de estas composiciones.

Las canciones de Les Cinq Saisons

Les Cinq Saisons comienza con Vert (Verde), que es el equivalente de la primavera. Comienza con vientos antes de la entrada de una suave guitarra acústica y el bajo, retratando la llegada de los colores, con los grises y negros aún lejanos. Ello puede interpretarse como el nacimiento de una relación. Sin embargo, algunos versos dan a entender una cierta amenaza que se cierne, pero siempre vista hacia el futuro. “No sé cuál de nosotros dos será el que mire hacia abajo”, nos dicen.

Dixie, en tanto, representa el verano. Por ello, es la canción más corta y más juguetona del disco, atmósfera entregada principalmente por las líneas de bajo, piano y guitarras. El solo de saxo soprano que se incorpora en la mitad añade incluso un mayor sentido de fiesta. Sin embargo, aunque esta canción es rítmica y melódicamente muy alegre, también esconde cierto pesimismo en sus letras. Así, líneas como “Dime cuál es tu ‘melodía’/ que vuelve a mí como un sol todo el tiempo/ cuando llega, nunca es por mucho, por mucho tiempo”, lo que destaca la sensación de brevedad de este calor. En un sentido más amplio, acentúa sobre la facilidad con que el entusiasmo se acaba.

El lado A de Les Cinq Saisons termina con Depuis l’automne. El tono cambia drástricamente desde el inicio. Mucho más nostálgico, representa la llegada del otoño y el comienzo del sentimiento de pérdida, en que las relaciones se enfrían, llevando al aburrimiento. Aquí las suaves voces (me cuesta reconocer entre Fiori y Normandeau) se acompañan por guitarra acústica, en una pieza minimalista durante el desarrollo de las letras, que expresan la búsqueda de una canción.

Así, se habla de una canción para recordar, para entregar, para odiarse a sí mismo, para el aquí y ahora, una canción de fiesta. Incluso, la letra nos plantea la necesidad de una canción para el otoño que “no rima con nada ni con nadie”. Líricamente, entonces, los primeros minutos nos hablan acerca de esta búsqueda.

Al minuto 4:00 comienza un interludio menos melódico y más atmosférico, dominado por Mellotron. Sobre este, se desenvuelven flautas, clarinetes y guitarra, para retomar en el 6:45 el predominio de esta última. Con guitarra, la canción entrega una nueva melodía, de tono altamente emotivo. La letra que se repite nos dice:

Si es un sueño, despiértame

será nuestro turno, no tardará

quédate aquí porque ya viene

El último verso, en su repetición final, se sostiene dramáticamente, permitiendo sentir incluso la respiración tras la vocalización. La canción podría haber terminado con este dramatismo, pero se agregaría algo más. Una nota extendida de Mellotron, que subraya el aire lúgubre del álbum.

El lado B del disco tiene las dos piezas que más disfruto. El invierno llega con la cuarta canción, titulada En Pleine Face, que representa la profundización de la pérdida y distanciamiento con otras personas. De acuerdo con la inspiración del álbum, muestra la lejanía actual entre Quebec y el resto de Canadá.

La canción inicia con el bello sonido de ondas Martenot, tras el cual suena una suave guitarra acústica. Si bien la canción es construida sobre tonos menores, estos son compensados por una cejilla que añaden una tonalidad dulce. En la medida que las secciones cantadas se adentran en el tema, también se van agregando otros instrumentos. Con ello, esta pieza se enriquece permanentemente en sus arreglos musicales.

Desde el inicio la letra plantea un sentido pesimista de la relación antes mencionada [“demasiado malo para este día”]. Pasado el minuto 2, el cambio de melodía trae también otra marca de distancia interpersonal [“Como una anciana que ya no tiene encanto/ vengo a ti, vengo a ti”]. pasando a otra dramática vocalización hacia el final que, al igual que en la canción anterior, se repite varias veces:

¿Dónde estás? Ya no puedo más 

Ya no puedo escucharte

¿Dónde estás? 

La instrumentación y las armonías vocales aquí llegan a un punto extremadamente sensible, incorporándose a la guitarra y bajo, un hermoso acordeón hacia el final. Además, tanto esta pieza como la anterior ven fortalecido su sentido de nostalgia y lejanía, nuevamente, por breves arreglos de “Ondas Martenot”.

Les Cinq Saisons in
Arte interior del álbum. Su arte parece representar, en las cuatro caras, cada estación del año (clic para ampliar)

Hasta aquí, para algunas personas que conozco el álbum no es ninguna maravilla. Para otros, entre quienes me cuento, hasta aquí el álbum retrata perfectamente lo que desea mostrar, tanto para las relaciones humanas como para las diplomáticas. El espectro que pueden cubrir estas letras es, cuando se comprenden en su extensión, realmente amplio, siendo capaces de conmover infinitamente. Sin embargo, lo más impresionante está al final del disco.

La quinta estación

¿Y si hubiera una quinta estación, después de todos estos ciclos de alegría y pérdida? Pues es aquí donde aparece la que puede entenderse como la “Opus Magnum” de Harmonium: Histoire Sans Paroles (traducible como ‘historia sin palabras’). Es un instrumental de más de 17 minutos de extensión, que nos muestra la posibilidad de construir algo totalmente nuevo en la medida en que nos unimos a otras personas.

Esta suite está dividida en cinco partes, cuyos nombres se pueden traducir como Aislamiento, Llamada, Unión, Encuentro y “La Gran Bola”.

Historie Sans Paroles inicia con una bella melodía liderada por flauta, y que ocupa los primeros 3 minutos del tema. Entonces, entra una densa cortina de Mellotron, luego del que toma el protagonismo la guitarra acústica, marcando una repetición de acordes que dan cierta sensación de angustia. Pasados los 5 minutos, se desenvuelve una compleja y atmosférica sección, en que la tensión alcanza su punto máximo.

En el minuto 7:30 comienza el predominio de piano. La alternancia entre vocalizaciones y vientos de madera aportan un sentido más tranquilo a esta sección. El piano sigue marcando el ritmo, en una secuencia obsesiva mientras se desenvuelven los demás instrumentos. Sin embargo, regresa un denso pasaje de Mellotron hacia el minuto 10. El piano eléctrico (luego la guitarra) y el bajo llevan el ritmo desde allí, con hermosas líneas de vientos (flauta, clarinete, saxo) en una secuencia que vuelve a jugar con la tensión del oyente.

Sin embargo, dicha tensión baja paulatinamente, y la pieza se torna incluso entretenida, volviendo a marcarse mucho un bajo resultón, sobre el que suenan flauta y clarinete. Especialmente intensa es la interpretación de la flauta en el 15:17, en que la pieza regresa a la melodía inicial. Para mí, es la catarsis absoluta tanto de esta pista como del disco completo ¡Podría jurar que siento cada bocanada de aire entre los soplidos de la flauta! 

Para terminar…

De esta manera, culmina Les Cinq Saisons de Harmonium. Una auténtica sinfonía que nos muestra que el problema de los ciclos entre alegría y dolor no ocurren por reunirse con personas, sino por la forma en que se construyen dichas relaciones. Por esta razón, precisamente, es necesario pensar en una lógica diferente al pasado para llevar a cabo dichas relaciones.En un sentido político, que es el que inspira al álbum, puede entenderse entonces como un renacer de Quebec, no solo como nación social y culturalmente autónoma, sino también en términos jurídicos, políticos y administrativos. Y para nosotros, claro está, como la celebración y culminación de nuevos lazos que nos unen a otras personas, y que nos permiten visualizar que, hasta en situaciones muy difíciles, es posible construir algo nuevo. Incluso más hermoso que lo que pudimos haber perdido.

Uno de los iniciadores de ProgJazz, siempre buscando proyectos emergentes, aunque sin dejar de disfrutar de las bandas clásicas. Siento un placer especial al investigar e interpretar el significado y la intención de cada disco que escucho.

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