«Monster Movie»: Can y el minimalismo en el krautrock

En agosto de 1969 se editaba Monster Movie, álbum debut de la banda alemana CAN (en ese entonces llamada “The Can”). Ello marcaría un hito dentro de la naciente escena del Krautrock, iniciada un año antes. Una escena descentralizada, relativamente espontánea y, por sobre todo, muy diversa.
En las siguientes líneas, pretendo hacer una revisión de este fundamental álbum, poniéndolo además en la perspectiva histórica y social de la época en que fue lanzado. Cabe señalar que no puede decirse que este disco sea el “primero” dentro del Krautrock. Pero sí, al menos, trazó una estética particular que tendría considerables efectos, tanto dentro de Alemania como para el resto del mundo.
La preparación de Monster Movie
La aparición de Monster Movie, así, no fue ninguna casualidad. El año 1968, Can se había formado por una más que interesante mezcla de personalidades y experiencias. El bajista Holger Czukay, ya de 30 años y ex estudiante de composición de Karlheinz Stockhausen, al igual que el tecladista Irmin Schmidt, de 31. Michael Karoli se unía como el integrante más joven (apenas 20) con su guitarra, luego de ser estudiante del propio Czukay. En la batería, un experimentado Jaki Liebezeit, consolidado pero aburrido del free-jazz, y que justo en ese momento se encontró con Can.
En sus inicios, el nombre del grupo era “The Can”, con el cual se editó Monster Movie. Tampoco pretendían hacer una banda de rock, aunque cuando terminaron siéndolo tampoco rechazaron la idea. No les interesaba etiqueta alguna, mientras hicieran música distintiva del rock angloamericano. Aunque además de la música concreta y electrónica de Stockhausen, Holger Czukay reconoce la importancia de The Velvet Underground en su estilo. “Tocaban con una relación completamente nueva con sus instrumentos, con una forma de tocar muy poco convencional, una forma mágica” diría el propio bajista.
Sin embargo, al cuarteto le faltaba una voz, que encontró en pocos meses en el estadounidense Malcolm Mooney. Con él, la banda asumió un sonido muy diferente. De hecho, desde entonces el rumbo de Can se dirigió hacia el rock. En buena medida, esto se debió a la compenetración casi instantánea entre Mooney y Liebezeit: “una unidad rítmica con una fuerza increíble”, según Schmidt. De hecho, el nombre de la banda (The Can) nace en conjunto entre ambos músicos.
Monster Movie fue grabado en un estudio “propio”: el Schloß Nörvenich, castillo propiedad de un amigo de la banda que les permitió usarlo. Ello les facilitó un estilo de composición muy particular, que Czukay describía como “hacer la música y luego componerla”. Esto implicaba imaginar la música y tocarla sobre la base de improvisaciones, que podían durar muchas horas. Todo ese material se grababa y, cuando era del gusto del grupo, la cinta se recortaba y se trabajaba sobre ella. Esta forma de trabajar, ciertamente, hubiera sido imposible por el alto costo de un estudio de grabación pagado.
De esta manera es como se concibió Monster Movie, así como los trabajos de Can durante sus primeros cinco años, al menos.
El álbum
Una vez listo, Can tuvo un gran problema: ninguna compañía discográfica se interesó por Monster Movie. Por esta razón, la primera edición del álbum fue privada, prensada por el pequeño sello Music Factory, en apenas 500 copias. Tenía una carátula diferente a la que se conoce actualmente, que recién apareció en 1970, diseñada por el Wandrey’s Studio, de Hamburgo. En la parte trasera se muestra el humor de Can: entre otras cosas, arriba dice “Scheisshouse Records Production presenta”. Esta compañía no existe, y “Scheisshouse” es una expresión vulgar en Alemania para “retrete”.

Este estilo de reírse de sí mismos, de no tomarse demasiado en serio, les jugó en contra, al menos inicialmente. El disco no tuvo una gran aceptación, ya que se comparaba con el rock anglosajón y el público entendió que trataban de tocarlo, pero sin el talento suficiente. Solo fue tomado en serio cuando Can ya había ganado reconocimiento en el extranjero con su álbum debut.
Monster Movie, sin embargo, puede (y debe) entenderse como un disco histórico. Sus cuatro piezas representan parte de lo más reconocido dentro de su discografía, e incluso dentro del propio Krautrock. Bajo el lema de llevar el minimalismo al máximo, Can buscó construir música que sonara simple, sobre la base de la repetición.
Las piezas de Monster Movie
El disco abre con Father Cannot Yell, que muestra un sonido único para ese tiempo. Nadie sonaba como Can. Las espaciales notas de Schmidt abren paso casi inmediatamente a la batería de Liebezeit (quien trabaja como un auténtico metrónomo en Can… ¡un sentido del tempo impresionante!) y al bajo.
Mientras Czukay desliza sus dedos sobre el mástil del bajo, suena la guitarra de Karoli, repitiendo solo un acorde, luego cambia a dos. Sin embargo, hacia el minuto 1:15 adopta una agresividad que hace parecer que la guitarra está siendo martillada, armonizando a la perfección con el eco de Schmidt. Mooney, en tanto, despliega una voz desentendida, cantando las letras con cierto sentido de displicencia. La voz perfecta para esta canción.
Pasado el tercer minuto, este tema entra en un loop menos intenso, marcado por bajo, batería y voz, entrando posteriormente el teclado. Nuevamente es la guitarra la que rompe esta sección con un golpe, que resuena con un sonido ácido hasta el final.
El grupo baja el pistón en Mary, Mary So Contrary. Minimalista y acompasada, suena algo más alineada con el rock de la época, especialmente por su trabajo melódico. Menos rupturista, pero capaz de transmitir emotividad incluso con un sonido “sucio” por detrás.
Comenzando con golpeados acordes de guitarra, la canción va aumentando su intensidad paulatinamente. También la voz de Mooney pasa de sonar casi como un lamento hasta una voz más sucia que grita, en un ambiente hipnótico que alcanza su mayor fuerza hasta casi los 3:30. Luego de ello, la intensidad vuelve a aminorarse, tocando la misma melodía del inicio, aunque solo de manera instrumental.
Outside my Door retoma la energía inicial, aunque con una guitarra menos violenta y más sucia. Las líneas de bajo también suenan mejor definidas y convencionales, varias veces tocando una sola nota repetidamente. En el sonido, esta pieza puede sonar cercana al punk (de hecho, una de las etiquetas puestas a Can, en parte por esta pieza, es de “proto-punk”) fusionado con rock psicodélico. Por esta razón, puede sonar más “familiar” que la pieza inicial y la de cierre.
En el Lado B del disco se encuentran los 20 minutos de You Doo Right, otra de las obras maestras de Can y del Krautrock. Aunque su letra se basa en una tema bastante simple (una carta de la novia de Malcolm Mooney), esta pieza es una de las máximas expresiones del trabajo del grupo.
En el castillo, grabaron durante alrededor de 12 horas una pieza tocada al mismo ritmo. De este trabajo, Can editó una versión final, que corresponde a esta pieza. No puedo imaginar el trance en que entraron al tocar durante tantas horas una composición así. Mooney señaló al respecto que “la grabación, que comenzó alrededor de las 11 AM, terminó a las 11 PM. Fue toda una sesión. Salí del estudio una vez para almorzar, y cuando regresé la banda todavía estaba tocando la melodía y reanudé donde lo había dejado”.
Además, You Doo Right plantea elementos de minimalismo muy marcados. Las secuencias de dos notas de bajo suelen mantenerse a lo largo de toda la pista, aunque esta va variando de estilos. El desempeño de Liebezeit es, una vez más, descollante, comenzando con toscos tambores, pero desplegando diferentes golpes a lo largo de esta pieza. Incluso durante casi un minuto solo suela la batería y la voz apenas inteligible de Mooney.
A pesar de lo repetitivo del ritmo y melodía, You Doo Right demuestra que incluso en la repetición obsesiva se logran variaciones que logran construir un tema fascinante. Karoli y Schmidt otorgan una variedad de sonidos, esencialmente atmosféricos, suficientes para facilitar estos cambios. Mooney, finalmente, juega con vocalizaciones bastante diferentes entre sí. Un loop eterno, que suena como a Can y como a nadie más, y que se apaga lentamente para terminar perdiéndose en el silencio.
Con todo lo anterior, Can abriría esta veta minimalista dentro del Krautrock. Una veta que, si bien sería considerada por otros músicos y agrupaciones, las bandas se encargarían de modificar, para sonar con su propio estilo (como es el caso de Neu! que a pesar de seguir la senda del minimalismo la transformaría en algo completamente distinto). Monster Movie, además, abriría el apetito innovador de Can, que alcanzaría posteriormente otras obras maestras y atemporales en álbumes como Tago Mago o Future Days.