“Hosianna Mantra”, el eclecticismo espiritual de Popol Vuh

Popol Vuh Hosianna Mantra 1972 - album cover

 

Sin ser taxativos en lo teológico, «sincretismo religioso» se refiere a la fusión y combinación de diferentes tradiciones religiosas, filosóficas y espirituales en una síntesis única. Puede ser una tendencia a adoptar y mezclar libremente diversos elementos y prácticas para crear una espiritualidad personalizada y ecléctica, en búsqueda de una conexión con lo divino. En el ámbito de la música, este ejercicio de eclecticismo espiritual lo podemos encontrar magistralmente desarrollado por Popol Vuh, una de las bandas más innovadoras del movimiento Krautrock surgido en Alemania Federal en la década de 1960, y que alcanzó su apogeo en los años 70. El punto trascendental de esta historia lo constituye el tercer álbum de Popol Vuh, Hosianna Mantra, editado en 1972.

El contexto

En Alemania Federal, luego de vivir la vergüenza y el trauma ocurrido tras la Segunda Guerra Mundial, sus habitantes se sumergen sin miramientos a la ardua tarea de reconstruir su nación, impulsados, entre otras medidas, por el Plan Marshall levantado por Estados Unidos, su principal sostenedor económico y también cultural. El resultado era sorprendente. El país se recupera significativamente más rápido que el resto de Europa, reinstalándose en la gran economía del continente, mientras la agradecida admiración hacia la cultura estadounidense crece en la misma proporción.

Sin embargo, la mecha encendida en Mayo de 1968 en París, como protesta a las organizaciones políticas y sociales de la época, desborda las fronteras, gatillando un período de cambios propios en el país germano occidental. Entre otros efectos, al revelarse las intenciones expansionistas de EEUU en Vietnam, la rebelión hacia la influencia norteamericana brota con vigor por parte de los jóvenes alemanes como un sentimiento contrario a lo que empezaron a asimilar como una fuerza de ocupación en sus propias tierras.

Entonces, el Krautrock (algo así como “rock teutón”, que instalaron los británicos para referirse al rock alemán), surge como un movimiento contracultural que busca romper con la tradición angloamericana que había calado en sus bases. El objetivo, así, era levantar una nueva identidad de origen alemán. Pero no cualquiera, una que también borrara la anacrónica cultura pop germana dominante. Desde lo musical, esto significa dejar de lado el Schlager (canciones banales alemanas para pasar las penas y olvidar el pasado vergonzoso) y los acostumbrados influjos del beat o del jazz provenientes del otro lado del Atlántico. Evidentemente, la renuncia a estos últimos elementos no es total, pero la propulsión de la corriente es lo suficientemente potente para crear y abrazar nuevos sonidos.

En este contexto, y movidos primordialmente por la experimentación, germina una variada y amplia gama de bandas fundamentales como Can, Kraftwerk, Amon Düül, Tangerine Dream, y tantos otros. Entre ellos está Popol Vuh, nacida en Münich bajo el alero de su líder y principal compositor, Florian Fricke.

Florian Fricke, genio creativo de Popol Vuh.

Los primeros discos de Popol Vuh, Affenstunde (1970) e In Den Gärten Pharaos (1971), despliegan un sonido muy aparejado con las experiencias electrónicas de sus pares. Cargados con el sonido emanado del sintetizador Moog III, combinado convenientemente con percusiones étnicas e instrumentos tradicionales, crean una llamativa yuxtaposición entre el futuro y lo arcaico. Notables resultan sus composiciones monolíticas, como la pieza “Vuh”, grabada con órgano de iglesia y clavicémbalo en un templo católico.

Sin embargo, dada la complejidad de uso del Moog, Fricke, de formación clásica desde su niñez, decide desprenderse del instrumento futurista por un tiempo y retornar a sus raíces conservadoras, quebrando la tendencia contracultural de sus compañeros en el Krautrock. Esta inflexión en su sonido, demarca un nuevo derrotero para Popol Vuh, que lo posiciona como un caso único dentro del movimiento, y que se inicia precisamente con su tercera placa: Hosianna Mantra.

El álbum

Partiendo por el nombre de la agrupación, Popol Vuh, la idea del eclecticismo espiritual es una poderosa fuente de inspiración en la cosmovisión de Florian Fricke:

Hemos descubierto la parte oriental de este globo, de este mundo, una y otra vez. La cultura de los antiguos mayas, del libro «Popol Vuh», fue una forma de encontrarnos a nosotros mismos, redefinir nuestras ideas en los primeros días. Así que en realidad buscábamos este tipo de inspiraciones, donde pudiéramos referirnos a libros sagrados, ya fuera la Biblia o el «Popol Vuh» o el Bhagavad-Gita, como éste. Nos llegaban diferentes fuentes de información.

Florian Fricke, 1996 (Fuente: entrevista de Gerhard Augustin)

De hecho, el título mismo del álbum en cuestión, Hosianna Mantra, sigue el mismo pensamiento al combinar dos culturas, idiomas y vidas diferentes. Por una parte, Hosianna es una palabra religiosa cristiana, utilizada para suplicar. Mantra, por su parte, lo es de la religión del hinduismo, utilizada para invocar a la divinidad.

Para la realización de este álbum, Fricke, quien se ocupa del piano y del clavicémbalo, reestructura la banda con músicos totalmente nuevos. Así, recurre al guitarrista y futuro fundador del grupo Gila, Conny Veit; al oboísta estadounidense y miembro de la banda Between, Robert Eliscu; a la cantante soprano de origen coreano Djong Yun; al percusionista Klaus Wiesse; y como músico invitado, al violinista Fritz Sonnleitner. La alineación se plantea de una manera muy distinta a una banda de rock, acercándose más bien a una orquesta de cámara. Sin embargo, Fricke depara sorpresas y no suelta el pie de la vanguardia alemana.

Diong Yun (izq.) / Florian Fricke, Robert Eliscu, Conny Veit (der.)

La composición y grabación de este disco, que tarda cerca de seis meses, se basa en la musicalización de letras existentes. Éstas tienen su origen en textos sagrados que son traducidos por el filósofo judío austriaco Martin Buber, promotor de la filosofía del diálogo y del encuentro de judíos y árabes en Palestina. De esta forma, hay una componente hermenéutica en la forma de trabajar de la banda.

Musicalmente, esta obra se concibe como una Misa:

En cierto modo era una Misa, una Misa de iglesia. ¡Pero no para la iglesia! En esta música se incluye una reflexión consciente sobre el origen religioso, pero no en particular a ningún grupo religioso.

Florian Fricke, 1996 (Fuente: entrevista de Gerhard Augustin)

En cada cara de Hosianna Mantra, Popol Vuh da una mayor preponderancia a Oriente u Occidente. No obstante, la fusión de ambos mundos es continua a lo largo de todo el álbum.

En la primera parte, se reconocen elementos de la música religiosa oriental como el kirtan y las ragas instrumentales, entremezcladas con una base muy propia del impresionismo alemán. Los temas Ah!, Kyrie y el homónimo Hosianna-Mantra son embellecidos con el dulzor del piano de Fricke, las platinadas y delgadas percusiones de Wiese, la emotividad del violín de Sonnleitner y la solemnidad del oboe de Eliscu. Pero, por sobre todo, brillan con el sonido aflautado de la guitarra eléctrica de Veit y la formidable voz etérea de Yun que, con sus sutilezas y atmósferas, llenan ese vacío dejado por el electrónico Moog de los trabajos precedentes de Popol Vuh y dotan de un aura única y envolvente a esta obra.

La segunda parte, denominada Das V. Buch Mose, sigue una línea más occidental y se asemeja en parte a las misas de compositores barrocos como Monteverdi y de contemporáneos como Arvo Pärt o Giya Kancheli. Especial protagonismo toman Eliscu con su formidable solo en el tema Abschied. Fricke hace lo propio en la ambientación con el clavicémbalo en Andascht 2 y nuevamente Yun en ese evocador canto conjugado con el piano en la maravillosa Nicht Hoch im Himmel. El bonus track Ave María, que se agregó en las reediciones posteriores del álbum desde 2004, resulta un perfecto complemento donde la agrupación resplandece en plenitud, reforzando la idea de haber escuchado un álbum que es una verdadera obra maestra.

Epílogo

El lanzamiento de Hosianna Mantra supone un hito en la música alemana, más particularmente en el contexto del Krautrock, donde Popol Vuh da un giro contracorriente al despegarse de sus coetáneos de la electrónica más experimental. Retornar a los raudales de los sonidos clásicos de Occidente y fusionarlos con los sonidos de Oriente, en la búsqueda de la “divinidad cósmica”, significa a su vez abrir nuevos caminos a la experimentación. En este sentido, no dejan de hacer música cósmica o kosmische musik: más bien la amplían con un enfoque espiritual, ecléctico y sincrético con una atractiva amalgama de sonidos que buscan tender una “escalera al cielo”.

Con ello, marcan un nuevo rumbo con paisajes sonoros expansivos, melodías introspectivas y trascendentales, transmitiendo una sensación de calma y contemplación, idónea para la quienes buscan la meditación. No por nada, Popol Vuh es considerado uno de los precursores del ambient y la música new age, sentando las bases para el desarrollo de estos géneros en las décadas siguientes.

Más allá de las creencias personales del oyente y si el mensaje surte el efecto pretendido de invocar a la espiritualidad, es difícil abstraerse de la belleza musical de estas composiciones. La función estética en sí misma de estas obras tiene eco en el Nuevo Cine Alemán, y especialmente en el gran director Werner Herzog, con quien Florian Fricke desarrolla una larga y estrecha colaboración en la musicalización de sus filmes y documentales. Material que vale totalmente pesquisar para los amantes del sonido de Popol Vuh.

Ficha Técnica

Popol Vuh – «Hosianna Mantra» (1972)
Pilz – 20 29143-1 (Primera edición en vinilo)

A1. Ah! (4:43)
A2. Kyrie (5:20)
A3. Hosianna-Mantra (10:15)
Das 5. Buch Mose:
B1. Abschied (3:10)
B2. Segnung (6:00)
B3. Andacht (0:40)
B4. Nicht Hoch Im Himmel (6:17)
B5. Andacht (0:35)

Florian Fricke: piano, clavicémbalo.
Conny Veit: guitarra eléctrica, guitarra de doce cuerdas.
Robert Eliscu: oboe
Djong Yun: voz soprano.
Klaus Wiese: tambura.
Fritz Sonnleitner: invitado, violín.

Todos los temas compuestos, arreglados y producidos por Florian Fricke.

Ingenieros: Hans Endrulat, Wolfgang Löper.
Técnico asistente: Toni Heudorf.
Mezcla: Peter Kramper.
Diseño de portada: Ingo Tragedy, Richard J. Rudow.
Fotografía: Bettina Fricke.
Textos traducidos: Martin Buber.

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