Jeff Beck ha muerto, y este es nuestro tributo: Review de «Blow by Blow» (1975)
El día que escribimos estas líneas sobre Blow by Blow, el guitarrista británico Jeff Beck, clave de todo un movimiento cultural y de música popular del Reino Unido de fines de los 60 y pionero de los «héroes de la guitarra», ha fallecido a los 78 años, por una meningitis bacteriana que su cuerpo no fue capaz de afrontar.
Considerado dentro de la «santa trinidad» de las guitarras británicas de fines de los años 60, junto con Eric Clapton y Jimmy Page, nunca gozó de la misma popularidad que sus colegas. Ello, por un sinnúmero de razones, que van desde su carácter o (quizá falta de) carisma en el escenario. Tenía además una personalidad más a la usanza de un guitarrista de jazz, pasando por la falta de tener «hits comerciales» de los que sí gozaron Clapton con Cream y su carrera solista, o Page con Led Zeppelin, como así también su marcado eclecticismo. Beck era de esos músicos inquietos que no se identificaron con un solo género, que nunca dejaron de probar nuevas cosas; en este caso, desde el sudoroso blues rock de fines de los 60, hasta un híbrido muy interesante de música electrónica y guitarras pesadas que encaró en el nuevo siglo.
No pretendemos aquí realizar una pasada bibliográfica de su vida y obra (eso lo puedes encontrar en Wikipedia), sino que apuntar a uno de sus momentos más inspirados de su carrera, que encontramos en la medianía de aquella legendaria y fructífera década de 1970. Es allí donde Jeff Beck edita el inolvidable Blow by Blow, lanzado en 1975 como su segundo disco solista después del fundamental Truth (1969). (Los anteriores estaban firmados por The Jeff Beck Group, grupo que acabó muriendo por peleas internas).
Producido por el mismísimo George Martin, Blow by Blow es un disco hecho y derecho de jazz rock, totalmente instrumental. Pero no es ese disco de fusión que rebosa en notas a 100 km/h o que nos deslumbra con las acrobacias virtuosas de sus músicos. Es más bien un jazz rock bien funky, «de buen rollo», relajado y agradable que reboza de momentos mágicos, en donde Beck hace lo que quiere con la guitarra, a la vez que nos muestra toda su expertiz y bagaje que es capaz de ejecutar con el instrumento. Escuchar esto inmediatamente después de Truth es para preguntarse: ¿Es este el mismo guitarrista?
Además de nuestro héroe, tenemos el Fender Rhodes de Max Middleton, el bajo de Phil Chen, la percusión de Ed Greene y la batería de Richard Bailey. En conjunto, nos entregan una labor muy inspirada, en donde combinan geniales elementos provenientes del mejor jazz y funk.
Aspectos destacados en Blow by Blow
No pretendemos realizar una descripción pista por pista de un disco de jazz fusión (algo que no tiene mucho sentido). Pero sí podemos rescatar momentos únicos, como el inusitado cover en clave jazz rock funk de la canción de The Beatles She’s a Woman, en donde Beck es de los pioneros en utilizar aquel famoso «Talk Box», que también usarían algunos años después guitarristas como Peter Frampton, o el mismísimo David Gilmour en el disco Animals (1977) de Pink Floyd. Este dispositivo consta de un tubo plástico que va a la boca del músico y hace «hablar a la guitarra», como apuntaría inteligentemente Jimbo, de Los Simpson.
Por otro lado, los sonidos de la guitarra de Beck suenan tremendamente versátiles y producidos a la perfección, encajando como una mantequilla que se derrite en una tostada recién hecha. No faltan los buenísimos momentos, en los cuales Jeff deambula por geniales y vertiginosas improvisaciones.
Dentro de lo mismo, tenemos también la inolvidable apertura de You Know What I Mean, en donde Beck combina elementos del blues con imaginativas formas del jazz, mientras Middleton genera una lluvia de teclados con inspirados sonidos, ideales para el lucimiento de Jeff, cosa que nos dejaría enganchados al disco de forma perpetua, y ya desde la primera escucha.
En Air Blower tenemos otro muestrario de las capacidades sónicas de la guitarra de Beck, y que nos demuestra por enésima vez porqué es uno de los mejores del mundo. Otro gran momento del álbum lo constituye el tema Scatterbrain, con un vertiginoso ritmo de Bailey a la Billy Cobham, y mucho virtuosismo tanto de teclados como de guitarra, con enérgicos solos.
Otra pieza a destacar es el cover de Stevie Wonder, Cause We’ve Ended as Lovers. Aquí Beck se adueña del tema con unos solos magníficos de guitarra que nos elevan a un «climax» auditivo, que incluso se nos antoja hasta sensual. Algo bastante inesperado en un disco de fusión.
Otro momento de lucimiento para los teclados de Middleton lo tenemos en Freeway Jam, en donde Jeff acompaña en muy buena forma, haciendo ambos una soberbia labor, tanto rítmica como armónicamente. También en Diamond Dust cuenta con otros «dibujos» de las seis cuerdas muy precisos y apropiados de Beck, que nos hace pensar que este hombre es realmente un extraterrestre.
Y no se pierdan el tributo estilístico que hace del gran Thelonious Monk, en Thelonius. Pero ese se los dejamos de tarea para la casa.
Blow by Blow es un trabajo cuasi perfecto, un testimonio del poder creativo de Jeff Beck que, por momentos, roza la perfección y armonía. ¡Y pensar que esto fue solo un momento de la carrera del guitarrista donde se adueñó de los ritmos del jazz fusión para llevarlos por sus propios senderos y bajo sus propias dogmas!
Ya nos diste demasiado, Jeff. Es hora de partir. A pesar de que ya no estás entre nosotros, paradójicamente eres un inmortal y, además de ello, un genio de las cuerdas. ¡Descansa en paz, héroe!