Nursery Cryme de Genesis, un viaje a la Inglaterra victoriana
Dedicado a mi buen amigo Rodri
Antecedentes
Estamos en el otoño británico de 1970, cuando el líder espiritual y guitarrista de Genesis, Anthony Phillips deja el grupo, casi al unísono con el baterista John Mayhew. La banda se enfrenta a toda una encrucijada: Por lo menos, logran reclutar rápidamente a un nuevo joven en la batería, el ex Flaming Youth Phil Collins, quien sagazmente se quedó hasta el final de la audición escuchando los errores de los otros bateristas, para finalmente dar su rendición libre de vicios, logrando el puesto. Ya por lo menos pueden afrontar el poder seguir funcionando como banda, antes de que llegara un nuevo guitarrista: Mick Barnard.
Aunque Barnard no llegó a ser considerado el mejor guitarrista de Genesis (muchos ni siquiera saben de su existencia), y solo actuó en vivo con la banda, se cree que fue responsable de escribir las partes de guitarra de la segunda mitad de «The Musical Box», mientras que la primera mitad pertenecía a Anthony Phillips. Sin embargo, Barnard no tenía técnica ni experiencia en la guitarra de 12 cuerdas, por lo que se le pidió que dejara la agrupación. Después de eso, Barnard fundó una compañía de electrónica, alejándose de la idea de ser un músico profesional.
Llegamos a diciembre de 1970. Un Steve Hackett de tan solo 20 años publicó un anuncio en el famoso diario Melody Maker buscando trabajo de guitarrista, el que decía algo así:
Guitarrista imaginativo y compositor, busca relacionarse con músicos receptivos, para ir más allá de las existentes formas musicales estancadas.
Steve Hackett, Melody Maker, 12 de diciembre de 1970
Donde tradujimos «estancadas», originalmente iba el término inglés «stagnated«, el que llamó la atención de Peter Gabriel y Tony Banks, por la pieza «Stagnation» del disco anterior, casi un guiño a ellos. Ambos se contactaron por él, y en una audición le dieron a tocar tres canciones: Una pieza de folk con flauta traversa, un jazz improvisado y un número de blues. Después de esa rendición, la banda decidió contar con sus servicios. Las páginas de la historia comenzaban a ser escritas…
El año 1970 terminó con la banda tocando una serie de pequeños conciertos en todo el país, donde se recuerda que en uno de los shows llegaron solo 3 personas (!). Charisma Records en un intento de subir esos aforos, los solía colocar como tercera comparsa con otras dos agrupaciones del mismo sello que en aquella época estaban dando más que hablar: Van Der Graaf Generator y Lindisfarne. El 14 de enero de 1971, Hackett tocó su primer concierto con Gabriel y cia., y en febrero tocaron en el Rainbow Theatre en Londres por primera vez, lo que fue todo un hito para la banda. En marzo, realizaron su primer concierto en el extranjero, en Bélgica, donde se habían vuelto bastante populares («Trespass» llegó al número 1 allá); estos shows habrían sido grabados profesionalmente, pero estarían perdidos.
Durante este tiempo, Genesis contaba con más de 30 canciones nuevas (!), la mayoría con Anthony Phillips aún en la banda. Algunas de ellas, por distintas razones, no acabaron de llegar a lo que iba a ser el futuro del tercer disco oficial de la banda, pero que terminarían saliendo en subsecuentes discos a lo largo de la década o finalmente solo se perderían. Solo por nombrar las más famosas de la época, tenemos: «Happy the Man», «Twilight Alehouse«, «The Light» y «Wooden Mask«. Las dos primeras verían la luz en formato de singles y caras B, pero las dos últimas piezas fueron grabadas profesionalmente e interpretadas en vivo, pero se consideran perdidas en la actualidad; aunque «The Light» contenía partes que finalmente terminarían en las piezas de «The Lamb Lies Down on Broadway» (1974) «Lillywhite Lillith» y en «Colony of Slippermen«.
Llegamos a julio de 1971. La banda decide tomarse una pausa de las giras y reclutarse en una casona llamada Luxford House, rentada por Tony Smith de Charisma para componer y grabar la tercera entrega. Acá se terminarían de pulir piezas casi terminadas como «The Musical Box«, «Seven Stones«, «Harold the Barrel» y «The Fountain of Salmacis«; pero a Hackett algo le faltaba para que estas canciones brillaran de verdad: «falta un mellotron«.
Steve, siendo un admirador del primer King Crimson, persuade a Banks para comprar uno, y dado que dicho instrumento nuevo costaba el precio de una casa pequeña de la época, deciden acudir a uno usado, propiedad de Robert Fripp.
Robert Fripp me aseguró que era el mismo mellotron que había sido usado en «In the Court of the Crimson King», pero él tenía tres, así es que probablemente decía lo mismo de los tres para venderlos más rápido.
Tony Banks
La historia nos cuenta que dado lo poco fiable de estas máquinas, Fripp y su partner compositivo de aquel entonces Peter Sinfield tenían varios repuestos y mellotrones dañados, por lo que les venden uno que se había incendiado, pero era «reparable».
Gracias a ese toque mágico, esa cereza del pastel, esa joya de la corona, tenemos lo que conocemos hoy en día como el sonido clásico de Genesis. El disco finalmente se terminó de grabar en los Trident Studios, y vio la luz el 12 de noviembre de 1971 en el Reino Unido, con el nombre final de «Nursery Cryme«, un juego de palabras de esos que le gustaban tanto a Peter Gabriel sobre las «nursery rhymes«, canciones infantiles en rima que se acuñaban en la Gran Bretaña del siglo 18 y 19.
¿Y el arte? Es otra obra del artista Paul Whitehead, creador de la cubierta de «Trespass» y también del siguiente «Foxtrot«. El césped y la casa que se observan en la tapa del álbum son calcadas a la de la propiedad de los padres de Gabriel, con la inclusión de «Cynthia» jugando croquet y la cabeza decapitada de «Henry«, ambos personajes de «The Musical Box«. Ya que la pintura quería recrear una escena del año 1871, se envejeció de forma artificial barnizando el óleo y dejándolo a pleno sol unos cuantos días para que se secara; de hecho se notan algunas moscas muertas en la parte izquierda superior del retrato, que aparecen en la fotografía final para la carátula del vinilo.
Las canciones de Nursery Cryme
La que es probablemente la primera suite multiparte épica de la banda, «The Musical Box» tiene un origen muy curioso y muchísimo paño que cortar. Originalmente era una pieza de Anthony Phillips de 1969 llamada «F-Sharp» (Fa sostenido mayor), desarrollándose el resto entre 1970 y 1971 junto al ex guitarrista Barnard para un trabajo que la banda había postulado para poder subsistir: Crear música incidental para un documental de la BBC sobre el pintor Mick Jackson, quien solía retratar desnudos, llamado «The Jackson Tapes«.
La parte inicial de la pieza fue titulada como la parte «sensual» («Manipulation«), donde involucraba, citamos textual de las líneas del documental: «imágenes de pelo alborotado, caras con muecas y actos sexuales violentos«. Acá podemos inferir de donde venía la influencia para hacer de «The Musical Box» una experiencia con oscuros matices sexuales.
Cabe notar que para el ingreso de Hackett a la banda, la pieza, que demoró un año completo en pulirse, ya estaba prácticamente terminada. Él se limitó a interpretar las partes de guitarra, más algún apropiado adorno simulando una caja musical, entre los versos de «Play me my song«, lo que le valió entrar en los créditos, junto a los restantes 6 miembros.
Peter Gabriel ha declarado que la famosa historia de Cynthia y Henry, proviene de viejos cuentos victorianos del siglo 18; y si nunca supiste de qué se trataba, te dejamos este resumen:
Cynthia decapita a su hermano Henry con un mazo de croquet, pero regresa como una aparición fantasmal envejecida desde una caja musical, y en venganza por ello, Henry obliga a Cynthia a tocarlo indebidamente y tener aproximaciones sexuales con él.
Así de «cancelada» como se escucha para los estándares actuales, la pieza es una obra maestra, concentrando en tan solo 10 minutos lo mejor de toda la música que Genesis llevaba hasta entonces, y del cómo la entrada de Collins y Hackett había sido un acierto absoluto.
«For Absent Friends» nos deja escuchar por primera vez en primer plano a la nueva contratación de las baquetas y voz de la futura superestrella del pop de «Against All Odds«. Esta melódica pieza folky compuesta a medias entre el baterista y Steve (quien dice haberse inspirado en Eleanor Rigby de The Beatles) nos narra una mañana pastoral de dos mujeres mayores en ruta a la iglesia, a recordar sus exmaridos, y sirve de perfecta antesala calma para la próxima gran épica.
«The Return of the Giant Hogweed« es otra de esas tortuosas piezas genesianas llenas de vericuetos progresivos, bastante agresiva para lo que veníamos teniendo, incluyendo un épico tapping de Hackett, maestros arreglos de Banks doblando la guitarra, casi prediciendo lo que sería el futuro metal neoclásico, intermezzos calmos pero no más luminosos y un final absolutamente apoteósico.
Siguiendo con la línea victoriana del álbum, las letras derivan directamente de la introducción de Heracleum Mantegazziani en el siglo XIX en Gran Bretaña, un tipo de perejil gigante que se volvió rápidamente una plaga en todo el país, cargando un poderoso tóxico que generaba ampollas cutáneas, e incluso la muerte si se estaba expuesto ante una generosa dosis de su veneno. En 1969 se publicó en un diario un titular que rezaba «El regreso del perejil gigante«, línea idéntica al título.
La bella «Seven Stones«, que tiene ambientes pastorales y coros muy influenciados por aquel primer King Crimson, también deriva de tres fábulas victorianas que se entrecruzan; la primera es la de un hojalatero nómade que se encuentra siete piedras, lo que significa un buen augurio, ya que en la «séptima casa» puede encontrar refugio ante una tormenta que se avecinaba. La segunda es la de unos marineros en alta mar que también buscan refugio de la misma tormenta, pero son «iluminados» por un ave que los dirige para evitar chocar con unas rocas; y la tercera es la de un granjero crédulo, engañado por un anciano astuto, quien le vende este consejo a cambio de monedas: «No debería pagar tan fácilmente por el consejo de otras personas». Eeehm 😬, esta canción se lanzó como single con «Happy the Man» como cara A.
También tenemos espacio para el humor, con «Harold the Barrel«, una de las piezas más afortunadas salidas de la pluma de Gabriel, y probablemente de las mejores piezas cómicas de todo el rock progresivo clásico. Lo genial es que fue cantada en su totalidad tanto por Peter como Phil de forma separada, para luego unir las voces en estilo overdub, con un resultado fabuloso; incluyendo una performance instrumental de la banda, con abundantes cambios de tempo y compases absolutamente inolvidable.
Otra vez ambientada en la Inglaterra victoriana, con influencias incluso «titiriteras» de «Punch y Judy«, la diversión por antonomasia en aquellas épocas, con base en un show de títeres que data del siglo 18, nos narra la pretensión de sui-cidi0 de Harold desde la ventana de una alta casona, con sus reflexiones del porqué no merece la pena seguir viviendo, más reacciones de la multitud agolpada abajo donde algunos quieren que «salte corriendo«, apariciones de amigos que le persuaden de no cometer el acto fatal y la llegada de policías, concejales, el alcalde y reporteros. El tétrico final del piano de Banks nos deja inferir cuál fue el final del pobre Harold.
«Harlequin«, una pieza que ha sido bastante menospreciada por sus mismos creadores (Mike Rutherford y Banks), es bastante «folky» típica de la época, teniendo un coro bellísimo y líneas exquisitas de Hackett, contándonos del paso de las estaciones del año.
Sí, ya sé lo que estás pensando: probablemente la pieza del mismo nombre de Premiata Forneria Marconi sea mucho mejor. Hablaremos de la influencia de este disco en las bandas italianas más tarde…
El plato final es la pieza de «Fountain of Salmacis«, también salida del documental «Jackson Tapes«, compartiendo cierto ambiente y atmósfera con la «caja musical» del inicio del disco, y de igual calidad, con un Tony Banks simplemente en estado de gracia, y con el sabor de un buen vino añejado.
¿Y las letras?, como era de esperarse, trata sobre la fábula griega de Hermafrodito que transcurre en la Isla de Creta, hijo de los dioses Hermes y Afrodita. Hermafrodito se encuentra con un grupo de ninfas en un lago, y una de ellas se llamaba Salmacis, la que atrajo a nuestro personaje principal al agua, para unirse en un solo cuerpo, parte masculino y femenino. Es un mito al que la banda volvería en varias ocasiones, como en «The Lamia» y en «The Lady Lies«.
La recepción del disco
Para promover el disco, se le solicitó al ya alzado por aquel entonces como «dios del teclado» Keith Emerson escribir algunas notas sobre el álbum recién lanzado, en algo que dice más o menos así:
En estos días es difícil para una banda joven el saltar a la línea del reconocimiento y ser escuchada, especialmente si su música contiene sutilezas escondidas. A la luz de tal dura tarea, es importante que la concepción original sea llevada, trabajada y mejorada; esperando que tarde o temprano alguien quiera escucharte. Si nadie lo hace, bueno, ¡qué más da!. Eres un músico y eso es todo lo que importa. Hay mucha gente escuchando a Genesis, pero no la suficiente; más temprano que tarde ellos lograrán el éxito, y desearás haber estado allí desde el comienzo. Este no es el comienzo para Genesis, ni tampoco su final. No es broma, su nuevo álbum es realmente increíble.
Keith Emerson, Melody Maker, 20 de noviembre de 1971
A pesar de esta tremenda carta de recomendación, el álbum no alcanzó a ranquear en los charts ingleses, y solo vendió poco más de 1000 copias en todo el Reino Unido en su primer tiraje. En cambio, el disco vendió muchísimo en Bélgica e Italia, siendo en este último uno de los discos catalizadores para todo el maravilloso movimiento del RPI (rock progresivo italiano) del país de la bota, atreviéndonos a decir que muchísimas bandas de esos terruños bebieron directamente de los cuidados arreglos de las grandes épicas de este disco, como el predominio de los teclados y de los largos e inspirados pasajes complejos musicales. Más allá de ello, Genesis comenzaría un romance con aquel país, que duraría toda una vida. Si no, chequeen la reunión de «When in Rome» de 2007.
Conclusiones
«Nursery Cryme» es otro clásico del rock progresivo británico, marcando una nueva era en la banda. Poco tiempo más tarde, Gabriel decide raparse la sección frontal de su cabeza, usar una máscara de «viejo» para su performance como Henry, y ya mirando para el próximo disco, usar una cabeza de zorro y un vestido rojo de su esposa. Las cosas solo se iban a poner teatralmente mejor…