Reseña: «Permanent Waves» de Rush (1980)

Aunque se hizo un lanzamiento a baja escala el 1 de enero de 1980 (para ser el primer álbum editado en la nueva década), el 14 de ese mes Rush realizaba el lanzamiento general de Permanent Waves. Una versión diferente de Rush podíamos encontrar aquí, alejándose levemente de sus predecesores, tan marcados por las influencias del rock progresivo.
Así, en Permanent Waves, Rush daba inicio a los años 80 incorporando sonidos más convencionales de rock, e incluso de pop. Ello conllevó, al menos en la época de su lanzamiento, varias críticas de sus fans, aunque también abrió el camino para que Rush se convirtiera en un grupo mucho más masivo, agregando un nuevo público a su fanaticada. Sin embargo, con el tiempo, Permanent Waves se ha sabido posicionar como una de las obras maestras del grupo, de manera mucho más transversal.
Permanent Waves vio regresar a Rush a Canadá para su grabación. En efecto, el trabajo se desarrolló en Le Studio, en la región de Quebec. El disco logró posicionarse bastante bien en las listas: tercero en Canadá y Reino Unido, y cuarto lugar en Estados Unidos. Sin embargo, su lanzamiento no estuvo exento de polémica, especialmente por su trabajo de arte.
La carátula fue diseñada sobre la base de una fotografía (tomada por Flip Schulke) del Galveston Seawall, en Texas. Esto, luego del huracán Carla, que devastó la zona en 1961. En la imagen aparecen sobrepuestas, entre otras, fotografías del mismo Schulke (saludando junto a un letrero) y de la modelo Paula Turnbull, en primer plano.
Pero fue, sin dudas, el periódico que aparece en la zona inferior derecha lo que causó mayor polémica. En él, aparece el titular “Dewei defeats Truman”, una leve variación del famoso (y vergonzoso) titular del conservador Chicago Tribune. Este diario, durante la elección presidencial de 1948, mandó a imprimir su número dando la victoria a Thomas Dewey por sobre el demócrata Harry Truman, basándose en encuestas previas. Sin embargo, la elección fue ganada por Truman, por lo cual incluso el mismo candidato ganador celebró mostrando una copia de este diario a sus seguidores (ver imágenes abajo).
Ello le valió las quejas del mismo periódico a Rush, ya que incluso 30 años después seguía siendo motivo de vergüenza periodística. Por lo mismo, la carátula decía “Dewei” en vez de “Dewey”. Pero al ser una alusión tan obvia, decidieron eliminarla de las siguientes ediciones, con una poco elegante franja blanca encima. Asimismo, las quejas de Coca-Cola hicieron que el grupo, antes de imprimir su primera edición, cambiara el logo que aparecía detrás por el nombre de sus tres integrantes, aunque conservando la tipografía de la bebida.



Las canciones de Permanent Waves
Permanent Waves abre con la icónica The Spirit of Radio. Una canción que no necesita mayor presentación, ya que se ha convertido en un emblema del rock, y de la propia banda. Rush aquí hace un lamento por el cambio en el estilo de hacer radio por parte de las emisoras en general. Un cambio orientado, abiertamente, a un modo excesivamente comercial. La música, de hecho, intenta dar la impresión de estar cambiando la radio, desde el riff inicial (como una forma de estática) hasta las diversas influencias que aparecen en esta corta canción, entre las que incluso encontramos reggae. Así, podemos entender que estamos “cambiando la radio” durante el transcurso del tema. Una delicada belleza.
Freewill es otro acierto melódico, y aunque pareciera una canción simplona, sabe incorporar momentos condensados de complejidad en su composición. Sus letras (a cargo del maestro Neil Peart), nos indican cómo nuestras decisiones definen nuestro destino. Incluso nos dicen que, cuando nos abstenemos a decidir, seguimos tomando alguna decisión, lo que también tendrá consecuencias.
Jacob’s Ladder resulta otro gran acierto, acercándose mucho más a lo que Rush hizo en Hemipsheres, gracias a sus cambios de compases y de melodía. Una alta nota progresiva en el álbum. Los sonidos de simplifican en Entre Nous y en Different Strings, temáticamente relacionadas, resaltando las diferencias y la profundidad de cada individuo.
La pieza final, Natural Science, resulta una obra maestra dentro del álbum. Una épica de tres partes, aunque condensadas en apenas nueve minutos. En ella, Rush nos habla acerca del origen de todo, de cómo la humanidad forma parte del universo y, especialmente, de cómo todas las cosas que conocemos construyen un ciclo eterno. O, dicho de otro modo, cómo todo lo que conocemos configura olas permanentes a lo largo del tiempo.
A pesar de que, inicialmente, el disco fue resistido por su simpleza aparente y por acercarse tanto al rock y al pop convencional, Permanent Waves sólo aumentó la base de fanáticos de Rush a lo largo del mundo, ayudando al grupo a llegar a nuevos oídos. Asimismo, este álbum ganaría, con el tiempo, el estatus de una de las obras mejor logradas en la discografía de este súper-trío.
Si eso cabe, claro.