«Kobaïa» (1970) y el eterno viaje del héroe

Magma Kobaia Kobaïa 1970 album reseña review

 

Es bastante común encontrar la faceta más vanguardista de una banda en su álbum debut. Y cómo no, si las influencias abundan o, de plano, se ausentan. Álbumes como The Piper at the Gates of Dawn, Almendra, El Volantín o Mr. Bungle, tan distintos entre sí, marcaron un antes y un después en la forma de escribir música dentro de sus propios contextos culturales. Sus sonidos, inmortales a estas alturas, fueron rápidamente dejados atrás por sus gestores para iniciar prolíficas carreras con un estilo propio, lejano a lo que cimentarían al principio.

Y es que en el puntapié inicial se suele jugar el todo contra la nada, buscando causar una buena impresión ante el público y la crítica que, expectante, suele rugir un juicio que determinará si el partido se extenderá más de medio siglo o se reducirá a apenas unas copias vendidas. ¿Cómo enfrenta el artista al mundo? ¿Y si les dijera que existe un artista que, para enfrentar al mundo, tuvo que inventar uno propio? Esta es la historia de un viaje iniciado sin expectativas ni pretensiones, y cuyo motor creativo era el recuerdo de un fallecido artista de jazz. Bienvenidos a Kobaïa1

Formación de Magma en «Kobaïa»
Génesis

Magma inicia sus actividades en 1969 de la mano de su fundador y genio creativo, Christian Vander. Christian, hijo de Irène y Maurice Vander2 -famoso pianista de jazz- fundaría a mediados de los años 60 Les Wurdalaks y, posteriormente, Chinese. Este último, junto a su amigo Bernard Paganotti. De estas experiencias saldría su primera composición, “Nogma”, y se embarcaría en un viaje musical preparado desde su infancia a través de los discos de jazz de la época, especialmente de John Coltrane, su ídolo e inspiración.

John Coltrane, principal inspiración de Christian Vander para la historia de Magma.


La vida de Christian se ve profundamente marcada por la muerte de Coltrane, en 1967. Este evento lo sumió en una profunda depresión que lo llevaría a recorrer distintos clubes de jazz en Italia hasta que, en 1969, y convencido de que nadie más podría volver a hacer jazz, funda Magma como homenaje al legado del difunto saxofonista. Y no podía ser de otra manera: Magma haría zeühl muzik3, una nueva rama del jazz. Una línea más vanguardista y que, a la postre, mezclaría influencias de Carl Orff, Pharoah Sanders y, obvio, el mismo John Coltrane.

Las fichas estaban sobre la mesa y la propuesta venía completa: Un emblema basado en la indumentaria egipcia y en un peto de armadura de plata flexible, que recuerda a un volcán estallando o una garra cayendo del cielo, una nutrida banda de rock flanqueada por bronces, un imponente frontman de largo cabello y barbas cuya presencia no deja indiferente a nadie y, finalmente, ¡Un idioma propio! Magma, que daría pie a un nuevo género musical, cantaría en kobaïano y su concepto musical giraría en torno a un lejano y eterno planeta celestial. Todo dirigido por el joven Vander, a la batería, quien también haría gala de su poderosísima voz.

Magma Kobaïa formación
El llamado

Mucho se ha dicho sobre la fecha de lanzamiento del debut de Magma (el mito más popular es Nochebuena de aquel año). Pero recortes de prensa de la época confirman que fue en junio de 1970, probablemente en la primera quincena de aquel lejano mes. La grabación fue llevada a cabo en abril de ese año y en mayo se presentó un single: Kobaïa/ Mûh. A fines de junio se presentaron en la TV francesa para doblar un par de canciones.

No deja de llamar la atención su formato (un álbum debut doble), la cantidad de músicos (ocho), la lengua kobaïana en toda su gloria y su dramática portada: una garra atrapando una masa de gente sumida en el caos.

La garra, dentro de la mitología kobaïana, pertenece a Kreühn Köhrmahn, la deidad o ser supremo de este universo que sería desarrollado conforme se agiganta la carrera musical de Vander y compañía. En cuanto a la historia, el disco es acompañado por esta nota:

Tierra, esto te concierne,
Tus sistemas atropellan y tus revueltas asesinan: de hecho, solo destruyes lo que no comprendes.
Sabemos que también serás destruida.
Nuestra música es para la belleza que quieres ignorar y para el odio de tu evolución maldita.
Más allá del espacio-tiempo, nos espera un planeta: KOBAÏA.
Conocemos este mundo desde el día que abrimos los ojos, hace millones de años.
Que todos los que se asfixian aquí abajo nos sigan. ¡Pero que el hipócrita no espere nada!
¡Tierra!
No eres más que un olvido.

El formidable debut narra una distopía donde la humanidad está condenada a muerte y destrucción. Bajo ese contexto, en el disco 1 (subtitulado como el viaje) se nos narra cómo un selecto grupo de terrícolas que escuchó “el llamado” sube a una nave con destino a Kobaïa, con el objetivo de colonizarlo. A lo largo del disco se nos detalla, en kobaïano, el sentimiento de nostalgia al abandonar la Tierra y la alegría de una nueva oportunidad, una escala en el planeta Malaria y, finalmente, el amanecer de la humanidad dentro de la órbita de Kobaïa, el planeta prometido.

El disco 2 (subtitulado como el descubrimiento de Kobaïa) nos habla de la vida en este planeta. Amor, adaptación y coexistencia del hombre frente a la naturaleza y la tecnología, una próspera nueva vida donde la humanidad aprende a convivir en paz, armonía, felicidad y belleza, hasta un infructuoso regreso: la Tierra llama a sus hijos en Kobaïa, pero estos solo reciben amenazas. Sin poder hacer nada por el planeta madre y sus habitantes, es hora de regresar a donde realmente pertenecen. Kobaïa es su nuevo hogar.

El mensaje sigue vigente: la inminente destrucción del planeta es inevitable si no cambiamos nuestras conciencias.

La historia del disco, inentendible por sí sola (incluso con el escueto texto inicial) es aclarada en reediciones posteriores en CD (desde 1988 en adelante) con notas que explican brevemente el contenido literario de cada canción. Es necesario mencionar que la mitología de este disco (y toda la discografía), no es algo lineal ni literal. Más bien queda a interpretación del oyente a través de los cantos o pasajes musicales, cuya narración generalmente se apoya con anotaciones de los discos o entrevistas a Christian. Por eso mismo, lo que no tiene de inconsistente lo tiene de metafórico. Brillante.

Magma Kobaïa formación
Los culpables

La formación original de Magma incluyó, como es tradición, miembros inestables que estuvieron poco y nada en la historia de la banda. Uno de ellos fue Laurent Thibault, bajista, quien terminó decantándose por la producción musical. Uno de sus trabajos como productor fue justamente Kobaïa, que acabó con una formación de rock power trio: Christian Vander, Claude Engel y Francis Moze. El condimento del jazz lo entregaría el cuarteto formado por François “Faton” Cahen, Teddy Lasry, Richard Raux y Alain “Paco” Charlery. La estruendosa voz e imagen de Klaus Blasquiz sería la guinda de la torta de esta alineación que, hoy por hoy, sigue dando de qué hablar, por todo el misticismo que rodea la historia de esta clásica banda. Esta misma formación volvería al estudio a fines de julio de 1970 a grabar siete canciones, pero esa es otra historia.

Curiosamente, este disco presenta varios cortes compuestos por otros miembros del grupo. Es decir, el álbum no está escrito íntegramente por Christian, una costumbre muy pocas veces vista en la historia de Magma (y que, por alguna extraña coincidencia, se repite en el último álbum de estudio a la fecha: Kãrtëhl)

Como datos adicionales: El título del álbum era originalmente homónimo, pero rápidamente sus reediciones fueron tituladas como Kobaïa. En cuanto a la famosa portada, estuvo a cargo de M.J. Petit, hermana de Laurent Thibault. Ella también dibujó la ilustración interior y la legendaria tipografía presente hasta nuestros días en casi todos sus discos. Con todo lo dicho anteriormente, ¿Qué más vanguardista que una mujer en los pinceles?

Y más allá

Al momento de finalizar la grabación de Kobaïa, Christian ya estaba trabajando en la primera versión de Ẁurdah Ïtah. También tenía escrito un poema que, a la postre, se convertiría en «Rïah Sahïltaahk», primer corte del segundo álbum. Es más: el álbum 1.001° Centigrades (lanzado en 1971 como “Magma 2”) es la continuación del primer disco, cerrando así la primera trilogía del grupo. También tenemos registrado en CD el concierto en Bruselas ‘71 (Concert 1971 – Bruxelles, Seventh Records – AKT VIII 1996), cuyo contenido incluye cortes de los primeros dos discos, mas una versión primigenia de MDK.

Al ser la piedra angular de la discografía de Magma, Kobaïa ha estado presente durante toda su carrera musical. Por lo mismo, no ha estado exenta de cambios (o “evoluciones”). La prueba más conocida de esto es “Kobah”, corte incluido en el disco Hhaï/Live de 1975, con un sonido más maduro, cortesía de Didier Lockwood (violín), Bernard Paganotti (bajo), Benoît Widemann (teclados) y la incomparable adición de Stella Vander (voz), entre otros.

Otra interesante versión de Kobaïa es la que se dio en las jornadas en Le Triton en 2005, celebrando 35 años de carrera. Kobaïa y algunos cortes del primer disco fueron interpretadas a la antigua, es decir, con bronces y algunos ex miembros de la banda (entre ellos Jannick Top, histórico bajista de la banda).

En Chile, y después de un tiempo sin interpretarse, fue retomada en su debut en 2013, con las espléndidas voces de Hervé Aknin, Isabelle Feuillebois y Stella cubriendo los olvidados bronces en una clave más rockera, sello característico de la dupla James Mac Gaw – Philippe Bussonnet. La hazaña se repetiría en 2017 y, aunque no fue tocada en sus presentaciones de 2023, la pieza ha sido ejecutada en vivo en la última gira por Europa junto con la formación actual.

Ficha técnica:

Magma – Kobaïa (1970)
Philips – 6395 001/002 (1era edición)

Todas las canciones compuestas por Christian Vander, excepto donde se indica:
A1 Kobaïa
A2 Aïna
A3 Malaria
B1 Sohïa (Teddy Lasry)
B2 Sckxyss (François Cahen)
B3 Auraë
C1 Thaud Zaïa (Claude Engel)
C2 Naü Ektila (Laurent Thibault)
D1 Stöah
D2 Mûh

Christian Vander: Batería, voz
Claude Engel: Guitarras, flauta, voz
Francis Moze: Bajo eléctrico, contrabajo
François “Faton” Cahen: Piano
Teddy Lasry: Saxo soprano, primera flauta e instrumentos de viento
Richard Raux: Saxo alto, saxo tenor, flauta
Alain “Paco” Charlery: Trompeta, percusiones
Klaus Blasquiz: Voz

Producción: Laurent Thibault
Supervisión: Lee Hallyday
Diseño: M.J. Petit
Ingenieros de sonido: Roger Roche y Claude Martelot
Asistente técnico: Marcel Engel
Mánager: Louis Haig Sarkissian

Registrado en París en abril de 1970
Publicado en junio de 1970
Fabricado y distribuido por Philips.

NOTAS:

1Kobaïa quiere decir «eterno» en lengua kobaïen.
2Para no ser faltos a la verdad: es cierto que Christian es hijo de Maurice Vander, pero éste es su padre adoptivo. Su padre biológico huyó a Norteamérica durante su infancia por “ajuste de cuentas” y nunca más se supo de él.
3zeühl muzik quiere decir «música celestial» en lengua kobaïen.

Mucho texto, sin pretensiones, sin intentar compensar la carencia de objetividad con palabras rebuscadas. Honesto y extenso como el sonido 𝘱𝘳𝘰𝘨𝘫𝘢𝘻𝘻 que nos mueve.

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