Análisis: «Neu!» (1972) y el nacimiento del motorik

Neu! debe representar una de las propuestas más innovadoras dentro de la escena Krautrock de su época, abriendo un camino de sonido particular dentro de esta corriente. En este proyecto, Klaus Dinger y Michael Rother se reúnen en 1971 tras haber participado juntos en los comienzos de Kraftwerk, para consagrarse así como dos de los grandes nombres que produjo la escena alemana. Con ello, Neu! constituye, en mi humilde opinión, una escucha obligada. A 50 años de su lanzamiento, quisiera recalcar algunos aspectos que dieron forma al disco y a su particular sonido.
Neu! y el motorik
La denominación “Neu!” se plantea desde el mismo Dinger. Tanto con el nombre del grupo como con su representación gráfica, manifiesta una suerte de parodia hacia la sociedad del consumo. Ello explica la apariencia pop-art de su logo, emblema proveniente también desde la experiencia previa de Dinger en su trabajo en publicidad (Rother, en cambio, trabajaba en un hospital psiquiátrico, vaya mezcla).
En Neu! Klaus daría un giro radical al uso de las percusiones en la música. El sentido poco usual de su trabajo en batería ya lo había manifestado en “Von Himmel Hoch”, pista de cierre del álbum debut de Kraftwerk. Con un ritmo poco definido y con percusiones atmosféricas, Dinger había impulsado un sentido de experimentación que solo algunos bateristas habían dado en Alemania. Sin embargo, sería en Neu! donde encontraría su esplendor, a manos de un ritmo extremadamente mecánico: el motorik.
El motorik se plantea como un ágil ritmo de 4/4, iniciado seminalmente en el álbum debut de Kraftwerk, y consagrado en Neu! Un ritmo suficientemente ágil como para contener una cantidad muy pequeña de música en cada compás. Ello le confiere cierto vértigo a la música, además de una precisión inusitada.
El motorik, que desde el alemán se puede traducir como “habilidad motora”, se ha entendido como una expresión de la pulcritud y precisión propias de Alemania. Una suerte de pináculo de una cultura que abraza la técnica, la ingeniería y la eficiencia de sus grandes redes de transporte. Una estructura sólida, constante, rápida, que funcionaba como base para la improvisación electrónica. En síntesis, un ritmo que expresaba progreso en estado puro.
No obstante, el propio Klaus Dinger rechazaba este término, prefiriendo llamar al motorik como “beat Apache”. Michael Rother, por su parte, se encargó de echar por tierra el sentido mecanicista que inspiró esta métrica. En realidad, el motorik habría nacido por el gusto que ambos compartían por el fútbol. En palabras de Rother:
“Conoces el fútbol, correr arriba y abajo y todo eso. Incluso tuvimos un muy buen equipo con Klaus y Florian Schneider (…) ¡A todos nos encantaba correr rápido, y esta sensación de velocidad, de acelerar hacia adelante era algo que todos teníamos en común. Esa alegría del movimiento rápido era parte de lo que estábamos tratando de expresar en Neu!”
Michael Rother. Extraído de thequietus.com
Las piezas del álbum
Neu!, lanzado en marzo de 1972 (la fecha exacta se desconoce), fue producido por otro gran nombre del Krautrock: Konrad Plank. Konrad ya había trabajado con Rother y Dinger en Kraftwerk. Además, fue un hombre clave en los inicios de Kluster, para posteriormente colaborar con Harmonia, Guru Guru y Holger Czukay, entre otros precursores de la electrónica alemana.
El disco fue grabado en apenas cuatro días, en los Windrose-Dumont-Time Studios de Hamburgo. Entonces, Dinger y Rother se dieron cuenta que había verdadera magia entre ellos dentro del estudio. Rother tomó su guitarra y comenzó a sostener notas largas y lentas sobre la base de bajo y batería, grabación que Plank invertiría para dar nacimiento a Hallogallo.
Esta es la pieza de apertura del disco, y que convertiría a Neu! en uno de los máximos exponentes del estilo ‘motorik”. Con Hallogallo, Neu! terminaba de liberar al rock alemán del predominio de la guitarra. Aunque esta resulta clave en el sonido de dicha pieza, la música se centra, sobre todo, en los repetitivos patrones de percusión. La melodía pasaba a un segundo plano, en un tema completamente instrumental. Se establecía, en definitiva, el puente entre la psicodelia y la electrónica, que se transformaría en un sello de la escena alemana de la época.
Luego de esta inyección de energía, cae Sonderangebot como una cortina densa, una verdadera antítesis de la pieza inicial. Las percusiones toman un rol creador de atmósferas amenazantes, llenas de sombras, con las cuales todo el sentido de “progreso” y velocidad que protagonizaba la pista inicial se termina desvaneciendo. Con esta pieza, Neu! construía una auténtica banda sonora para nuestras pesadillas. Plagado de ruido que produce una sensación de incomodidad, Sonderangebot, sin embargo, se disfruta extrañamente.
El lado 1 del disco cierra con Weissensee. Aquí se mezcla una hipnótica base de batería y un par de notas de bajo, en un ritmo pausado que al propio Michael Rother gusta mucho. En sus palabras: “tiene una segunda armonía, lo que fue un gran paso para mí. Recuerdo claramente haber pensado mucho, ¿puedo hacer eso?”. La base rítmica opera como un manto sobre el cual navegan sonidos electrónicos y acordes de guitarra. Aunque la tensión tiende a crecer paulatinamente, esta pieza termina llegando a la nada. Simplemente desaparece en un fade out.
En el lado 2 del álbum, se presenta Jahresüberblick, que se divide en tres partes. La primera es Im Gluck, que pareciera una extensión de Weissensee por su melodía, aunque en una versión más oscura y densa, lo que se pronuncia más por la ausencia de percusiones. El tema abre y cierra con el sonido de remos, grabado por Dinger en un paseo en bote que hizo con su novia Anita Heedman.
Negativland nos entrega una patada inicial de noise industrial mezclado con aplausos, volviendo a un primitivo motorik marcado por tres notas de bajo sobre la cual se desarrolla toda una cortina de ruidos sordos y estridentes. Si bien incluye algunos quiebres y cambios de velocidad, la melodía se mantiene esencialmente igual. Llegando a los 8 minutos acelera el pulso en un sentido más rockero, que cae como una sierra deslizándose sobre metal, terminando abruptamente. Así, en Negativland tenemos la esencia del sonido post-punk. Aunque, por cierto, bastante adelantado.
Finalmente, Lieber Honig vuelve al minimalismo. Uno realmente espeluznante, incluso tratándose de una declaración de amor. La voz de Dinger suena raspada en un estilo sufriente, moribundo, sin aliento, esforzándose por sonar intencionadamente fuera de su rango vocal. Aun así, la voz se encuentra lo suficientemente cerca del micrófono como para que cada movimiento vocal quedase registrado. El dúo, con ello, sabía sacar provecho de una de sus mayores debilidades: sus voces.
Antes de apagarse lentamente, vuelven a sonar los remos de Im Gluck, aunque distorsionados, para cerrar con una cortina tan amenazante como los sombríos pasajes de Sonderangebot. Una pieza digna del expresionismo alemán llevado al extremo hacia la música y, a su vez, una declaración de amor que horrorizaría a cualquiera.
Con todo, Neu! rompía esquemas en un modo que pocos grupos alemanes lograron. Aunque la mayor parte de las bandas de la escena Krautrock intentó desmarcarse del rock de raíz estadounidense, pocos lo consiguieron de manera tan efectiva. Neu! prácticamente suena como si no hubiese tenido ninguna influencia previa. Incluso Can, que también desarrolló la veta minimalista de la kosmische musik, mantuvo ciertas influencias de Zappa y, sobre todo, de The Velvet Underground.
Neu! era otra cosa. Una cosa extraña que, aun así, impactaría no sólo en el desarrollo y evolución del Krautrock, sino también del post-punk, de la electrónica y del ambient. Como si, montados sobre el propio motorik, hubieran construido un bucle que los llevara ocho años hacia adelante, para regresar a hacer su música. Una que, sin saberlo, se inspiraba principalmente en el futuro.