«Meddle»: el salto hacia la madurez de Pink Floyd

Meddle PF Album cover 1971 reseña review

Meddle es el sexto álbum de estudio publicado por Pink Floyd el 30 de octubre del año 1971 (en Estados Unidos. En Reino Unido, en tanto, su lanzamiento ocurrió unos días más tarde, el 5 de noviembre. El trabajo representó una verdadera odisea, con casi nueve meses de sesiones que se extendieron entre el 4 de enero hasta el 11 de septiembre de 1971. Este tiempo se explica, en parte, porque lo comenzaron poco después del lanzamiento de Atom Heart Mother. De este modo, la grabación ocurrió en diferentes locaciones, durante dicha gira.

Al empezar las sesiones de grabación, Pink Floyd tenía la idea de hacer una continuación de “Alan’s Psychedelic Breakfast”. Ello, utilizando elementos concretos en reemplazo de los instrumentos tradicionales. Sin embargo, al reconocer las dificultades que esto conllevaba, comenzaron a realizar ejercicios experimentales, basándose en diferentes piezas individuales. A pesar de que habían alcanzado a grabar algunas partes, terminaron descartando la idea. Algunas de estas maquetas serían retomadas para Household Objects, proyecto que tampoco fructificó.

A pesar del uso de melodías individuales como base, encontramos aquí el primer trabajo genuinamente grupal de Pink Floyd bajo su alineación clásica. Si bien ya había experiencias así en piezas anteriores, esta vez encontramos pistas sin ninguna influencia externa. Ya no estaba la sombra de Barrett en A Saucerful of Secrets, ni los arreglos de Ron Geesin en Atom Heart Mother. Especialmente «Echoes» nacía como el resultado de un grupo totalmente afiatado, sin ninguna otra influencia. Meddle tiene a un Pink Floyd en estado puro.

El título del álbum parece ser una mezcla entre los términos “Middle” y “Medley”, aunque ello nunca lo ha confirmado ninguno de los miembros. El arte del disco, a cargo de Hipgnosis, tuvo dos etapas. La primera, una idea de Storm Thorgerson, con la parte trasera de un babuino. Ello seguiría la senda “animalesca” de su disco antecesor, pero la descartaron rápidamente. El propio grupo definió la idea final: una oreja bajo el agua. Esta imagen se ilustró magistralmente, con una hermosa mezcla de tonos verdes y azules, asociándose bien a la música de «Echoes». Las ediciones en LP, por su tamaño, transmiten pulcramente todos sus detalles.

Las canciones de Meddle

En Meddle, Pink Floyd continúa de alguna manera la línea trazada desde su trabajo anterior, con una pieza que ocupaba un lado completo del disco. Sin embargo, también se aprecia una marcada evolución en su sonido, alcanzando una cúspide en su extensa carrera con “Echoes”.

Meddle comienza con la energía de One of These Days. Una apertura inmejorable, con aliento de space rock y un doble bajo que otorga gran profundidad a su sonido. En esta pista encontramos, probablemente, la música más agresiva creada por Pink Floyd, al menos hasta esa fecha, tanto por su música como por su mensaje: One of these days I’m going to cut you into little pieces.

Esta frase se basa sobre la frase que Roger Waters dijera al presentador de la BBC, Jimmy Young, a quien no le gustaba la música de Pink Floyd. Esta frase, que en el disco vocaliza Nick Mason luego de una tensión creciente, coincide con el clímax de esta pieza, que desata una auténtica vorágine musical. Dicha tensión solamente se corta con el mismo efecto de viento que abría la propia pista.

A Pillow of Winds sigue como segunda pista, contrastando fuertemente con el tema anterior. De hecho, suena como una auténtica invitación a soñar, evocando mucha tranquilidad. Su propio título evoca esta sensación, y el sutil eco de la voz de David Gilmour lo reafirma. El juego de cuerdas en su interludio musical suena totalmente onírico, resaltando todavía más dicha sensación.

Fearless (que inicialmente se titulaba “Bill”) toma más fuerza, aunque apegada todavía a un rock suave. Dicha guitarra se encuentra con una afinación en Sol (G), que fuera bastante utilizada por Syd Barrett. Su optimista letra nos señala que, incluso ante la adversidad, nunca debemos perder la esperanza. Subyace en diferentes momentos de Fearless el cántico de la hinchada del Liverpool F.C. “You’ll Never Walk Alone”, quedando en solitario hacia el final. Aunque ningún miembro del grupo sentía gusto por este club, seleccionaron el cántico “porque son el mejor público del país para lo que queríamos” de acuerdo con Richard Wright.

San Tropez, escrita por Waters, apuesta por una entretenida melodía. Con ritmo y groove bien marcados, cercanos al jazz, se construye desde rasgueos de guitarra acompañados de piano, que se desliza por tonos medios entregando un gran solo hacia el final. Wright, como pocas veces, pudo llevar su gusto por el jazz al sonido de Pink Floyd de manera totalmente abierta. Esta canción, además, presenta quizá les letras más crípticas del disco. Así, parece hacer referencia al cambio de status económico del protagonista. Uno que lo tuvo con “una casa sin cuchara de plata” hasta el que vivían “bebiendo champán como un buen magnate”. El protagonista de la canción, además, siente una cierta melancolía por un estilo de vida más simple.

El lado A del disco acaba con Seamus. Esta sería la última netamente blues del grupo, en una etapa de Pink Floyd que utilizaba muchas de sus escalas. Ejemplo de ello recae en “Biding my Time” (del compilatorio Relics) o en los solos de Gilmour en la suite “Atom Heart Mother”. Con Gilmour tocando la armónica, participa el border collie que da nombre a la pista, que se remite a discretos dos minutos.

El lado B del disco traía, finalmente, una pieza épica que inicialmente tuvo diferentes títulos. Primero fue llamada “Nothings 1-24. Luego, simplemente “Son of Nothings”, y más tarde “Return of the Son of Nothings”. Con este último nombre fue presentada en vivo en el Norwich Lads Club el 22 de abril de 1971, siendo finalmente rebautizada como Echoes.

Con un sonido acuoso (una nota de teclado que asemeja una gota cayendo sobre agua), esta épica se estructura sobre una serie de acordes creados por Richard Wright. Aunque particularmente importante fue el sonido del piano, amplificado con un parlante Leslie como micrófono, que da inicio a esta pieza Las letras de «Echoes», escritas por Waters, surgen desde la vista que tuvo de personas yendo y viniendo en la calle. Esta letra podría representar la necesidad de comunicación y unidad entre las personas, o bien el surgimiento de la vida en el planeta, desde el agua.

Como sea, el resultado es imposible de describir con palabras. Era el trabajo conjunto de un Pink Floyd maduro, y que mostraba lo que podían alcanzar trabajando en conjunto. Sacando lo mejor de cada uno, «Echoes» se erigía como una obra cumbre del rock. Una evocativa pieza que, desde su lanzamiento, ha sido parte de diferentes presentaciones en vivo del grupo, y que suele entregar la impresión de desolación y cierta melancolía, sobre todo por el final de la letra. Pink Floyd había dejado lo mejor para el final de Meddle.

Con esto, Meddle fue el primer disco de Pink Floyd en alcanzar doble platino en Estados Unidos y que, por primera vez, era el resultado íntegro de los cuatro músicos, sin la intervención, dirección o influencia de otros actores o agentes. Era el álbum que definía completamente un rumbo y un estilo de trabajo que se mantendría hasta fines de 1972, expresándose en su obra magna. Un estilo colaborativo y colectivo, que sacaba a relucir el infinito genio de Pink Floyd.

Uno de los iniciadores de ProgJazz, siempre buscando proyectos emergentes, aunque sin dejar de disfrutar de las bandas clásicas. Siento un placer especial al investigar e interpretar el significado y la intención de cada disco que escucho.

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