The Lamb Lies Down on Broadway: el viaje psicológico definitivo de Peter Gabriel

Estamos en mayo de 1974, cuando Genesis había terminado de tocar su último show de la gira de Selling England By The Pound. Peter Gabriel decide darse un día libre, y muy cerca de la New York Academy of Music donde habían tocado la noche anterior se encontraba una sala de cine llamada Joyce, famosa por sus rotativos de películas experimentales y las denominadas como “cine B”. Ahí es donde Gabriel quedaría deslumbrado por la película de Alejandro Jodorowsky llamada El Topo.

Las imágenes del filme rondaron por su mente incluso acabado ya hacía varias horas. Mientras caminaba por las famosas, vivas y humeantes calles de Nueva York a altas horas de la noche, se comenzaron a dibujar imágenes en su cabeza que darían formar a lo que se convertiría en The Lamb Lies Down on Broadway.

¿Es necesario ver la película del chileno para entender de mejor forma este faraónico concepto? Para nada. Pero sí ayuda a tener una visión más amplia de los antecedentes de este famoso viaje espiritual introspectivo que abordaría este clásico disco.

Influencias del álbum

El Topo es una película tipo western psicológico. No apta para todos los gustos, con una fuerte carga experimental y sexual, temáticas muy usadas en el cine de ese tipo en la década de los años 70.

Contaba, además, con personajes totalmente bizarros, que tienen su correspondiente réplica en el álbum: gente enjaulada por algún motivo desconocido, tal como en “In The Cage”. Un desfile al estilo de “The Grand Parade of Lifeless Packaging”. Estalactitas y estalagmitas iguales a las que se enfrentaría el personaje del disco. Una mujer idéntica a la descripción de “Lilywhite Lilith”. Gente arrastrándose por un túnel de luz hacia unas cuevas, como encontramos en «The Carpet Crawlers» y en “The Chamber of 32 Doors”. Un hombre llegando a las aguas con mujeres extrañas y seductoras, tal como en “The Lamia”. Una muerte en ríos rápidos, como en “In the Rapids”. Un doctor haciendo una castración, como en “The Colony of Slippermen”. Incluso un cordero sacrificado, guiños sexuales por doquier…

En fin, la lista de referencias es interminable.

Pero Peter tampoco dejaría de lado sus influencias británicas. La novela The Pilgrim’s Progress (traducida como «El proceso del peregrino») de John Bunyan, que estaba leyendo por aquel entonces, también serviría para armar el arquetipo del personaje central del nuevo concepto del álbum. En aquella alegoría con influencias cristianas, y tal como si fuese un sueño del narrador, ocurre un viaje introspectivo lleno de tentaciones y culpa, con extrañas criaturas entre medio.

La diferencia con todas estas importantes obras es que la acción ocurriría en un lugar mucho más cercano: las calles de Nueva York. ¿El personaje central? Un arquetipo muy macho del latino clásico callejero en tierras americanas. Un puertorriqueño llamado Rael, vestido de chaqueta de cuero y jeans azules, el cual tendría una personalidad “real, extrovertida y violenta”.

Este giro tan brusco del clásico concepto pastoral “genesiano” no estaba tan apartado de lo que ocurría en la escena musical por aquella época. Era casi la medianía de la década, y los grandes mitos griegos ya no seducían tanto como antes. Por ejemplo, la temática musical y conceptual del disco Nadir’s Big Chance que su colega de Charisma Records Peter Hammill se encontraba cuajando por esos mismos días, sería también un gran aliciente para que Gabriel y compañía decidieran zambullirse en estas aguas. Por ello, el siguiente concepto de la banda y su música debía ser algo mucho más crudo, áspero e intenso.

La preparación del álbum

Ya asentados en Headly, en Hampshire, durante junio de 1974, una bella locación rural, y más específicamente en la derruida Headly Grange, una vieja finca a mal traer que fue usada por varias bandas de aquella época como Led Zeppelin, Fleetwood Mac o Bad Company, la banda se ponía en acción. Era un sitio que, según Phil Collins, «estaba infestado de ratones”. Todos los instrumentistas en una sola habitación, y el vocalista en otra, de forma totalmente solitaria y desconectada de la banda, creando las letras.

Claro, no fue fácil. La monopolización en el departamento de las líricas por parte de Peter fue algo que a la banda no le hizo nada de gracia durante toda la grabación del álbum. Phil Collins llegó a decir que jamás leyó el guión de la historia que propuso Gabriel.

Estos roces entre el vocalista y la banda se profundizarían aún más con el nacimiento de la primera hija de Peter, en junio. Los recurrentes viajes del padre primerizo desde Hampshire a Londres generarían vacíos importantes de comunicación, en una época donde los teléfonos eran de difícil acceso.

Para agosto, la banda se mudaría a Glaspant Manor, otra ubicación rural muy usada en esa época por bandas como Black Sabbath o Queen, en la que se terminaría de grabar el disco usando el estudio móvil de Island Records. Finalmente, todo sería pulido en septiembre en los Island Studios de Bashing Street, en Londres, con el vocalista aún completando ciertas letras hasta el último minuto.

No sólo teníamos periplos metafísicos, sexuales y psicológicos, también teníamos muchas alusiones satíricas entre medio, a la mitología clásica de la banda, la publicidad y el consumismo de la vida americana.

La historia en sí está abierta a un sinnúmero de interpretaciones. Pero se puede seguir un hilo conductor más o menos coherente: Rael se encuentra inmerso en una serie de eventos extraños y misteriosos mientras explora las calles de Nueva York y, a medida que la historia se desarrolla, se encuentra con una variedad de personajes y situaciones peculiares que desafían su percepción de la realidad. Así, se ve enfrentado a encuentros con criaturas mitológicas, figuras seductoras y entidades misteriosas. Mientras tanto, la narrativa se vuelve cada vez más enigmática y simbólica, llevando a nuestro héroe latino a través de una serie de pruebas y desafíos que ponen a prueba su voluntad y su comprensión del mundo que lo rodea. Poco a poco se va dando cuenta que es él mismo confrontando sus propios miedos, deseos y debilidades.

La historia se convierte lentamente en un viaje de autodescubrimiento y transformación para el puertorriqueño, mientras lucha por encontrar su identidad y superar los obstáculos que se le presentan.

Durante toda la grabación del disco, Gabriel estaría en contacto con el director de cine William Friedkin (famoso por “El Exorcista”), para llevar el nuevo guión de Peter a la pantalla grande. El británico incluso viajaría entre medio de las grabaciones hasta California, a una “tormenta de ideas” con Friedkin, en un intento de hacer un equipo con él, la banda Tangerine Dream y el artista gráfico Philippe Druillet. Si bien estas reuniones al final no llegaron a mucho, ya podemos ver que los derroteros del vocalista se dirigían inevitablemente a lugares muy distintos versus los de sus compañeros de banda.

Ya con los títulos de cada pieza, y el desarrollo musical de Tony Banks, Mike Rutherford, Phil Collins y Steve Hackett en inmejorable forma, transmitiendo los distintos ambientes y motivos de este viaje, las piezas comienzan a encajar. Si bien aún quedaban por grabar algunas canciones que servirían de nexos musicales, tales como “Cuckoo Cocoon”, “The Grand Parade of Lifeless Packaging”, “The Carpet Crawlers”, “Anyway”, “Silent Sorrow in Empty Boats”, «Lilywhite Lilith» (una pieza original de las primeras épocas llamada “The Light”), “Ravine” y “Riding the Scree”, la base ya estaba lista.

Estos nexos musicales se grabaron más tarde, con el fin de beneficiar la puesta en escena de Peter durante los venideros shows en vivo, sus actuaciones y disfraces, además de buscar más fluidez entre la dureza de ciertas canciones, muchas de ellas con aires verdaderamente épicos. Por lo mismo, notemos que el orden original, sin nexos, no era el mismo que conocemos hoy en día, sino algo bastante más conciso. De haberse publicado así, se habría perdido esa sensación de “vastedad”, aunque se habría ganado quizá en concreción.

LADO A
– The Lamb Lies Down on Broadway
– Fly on a Windshield
– Broadway Melody of 1974
– In the Cage
– Back in N.Y.C.
– Hairless Heart
– The Chamber of 32 Doors
– The Lamia

LADO B
– Counting Out Time
– The Waiting Room
– Here comes the Supernatural Anaesthetist
– The Colony of Slippermen
– The Light Dies Down on Broadway
– In the Rapids
– It

Tracklist original del disco

Durante la producción final en Londres, se encontraba Brian Eno grabando su disco Taking Tiger Mountain (by strategy), salido ese mismo año. Gabriel le pidió ayuda para ciertos efectos sonoros del nuevo disco (Banks no estando para nada de acuerdo con ello), a cambio de que Collins tocara batería en su disco. La mano de Eno se notaría a lo largo del trabajo, y es muy patente en piezas como «Silent Sorrow in Empty Boats»

Ya estaba todo listo, incluyendo la salida de “Counting out Time” como single (que recibió muchas críticas negativas y no funcionó en los rankings), pero ocurrió lo inesperado: una lesión en la mano de Hackett forzó a una dilación de la gira de promoción del nuevo disco. Debido a esto, se llegó a hablar de lanzar el disco en dos partes, con distancia de seis meses entre ellas, para dar tiempo a la recuperación de la mano de Steve. Para muchos, esto es el indicativo de la cierta disparidad que existe entre las caras A y B, de las C y D del trabajo final.

Finalmente, no fue necesario, y ya para el 18 de Noviembre teníamos el flamante gran disco doble de Genesis en las disquerías británicas, con el argumento completo escrito en las notas internas del álbum, ya que según Peter, «no se pudo reflejar de forma correcta toda la acción de la historia en la música«. Mientras tanto, los británicos ya se había embarcado en un tour en los Estados Unidos, tocando ante un público totalmente desprevenido y que aún no tenía posibilidad de comprar el álbum.

Hipgnosis fue el encargado de crear el arte de la tapa, utilizando una temática blanca y negra tan característica de aquella casa, en la que sería una de sus grandes obras maestras. El logotipo de la banda, originalmente diseñado por el artista Paul Whitehead y utilizado en Nursery Cryme (1971) y Foxtrot (1972), fue reemplazado por uno nuevo de estilo “Art Deco” creado por George Hardie. En la icónica portada tenemos a Rael mientras coexiste con sus fantasmas en el área donde se desarrollan «In the Rapids» y «Riding the Scree».

El disco completo, o nada

Reseñar un disco como The Lamb Lies Down on Broadway canción por canción es, como diría Robert Fripp, “un ejercicio de futilidad”. Es un trabajo que funciona como un todo, donde cada pieza es un engranaje más de un universo único, místico, sexual, filosófico, de autodescubrimiento y viajes cuasi astrales. Peter Gabriel y la banda lo entendían así, por lo que la puesta en escena debía ser el plato fuerte. Un verdadero show teatral de Broadway (guiño guiño) apoyado por tres pantallas gigantes mostrando escenas de la historia, en lo que serían algunos de los momentos más ambiciosos, pomposos y teatrales que nos regalaría el rock progresivo de los 70. Vamos, Genesis incluso fue más allá de lo que hacía David Bowie, o Pink Floyd con su The Dark Side of the Moon en vivo.

Era común que Gabriel dejara ciertos disfraces como sorpresa para el show (e incluso para la banda), y uno de ellos era el de los seres deformes que habitaban The Colony of Slippermen. Básicamente, era Peter en un traje grotesco, saliendo a través de un pene inflable en el escenario que molestó muchísimo a Tony Banks, refiriéndose a eso en particular como “Una tontería que prácticamente no lo dejaba cantar”. Lamentablemente, ninguno de estos shows americanos fueron grabados de forma profesional, pero sí unos diez minutos grabados por un equipo durante el paso de la agrupación por Alemania. En aquel video se ven extractos de In the Cage, The Musical Box y «The Colony of Slippermen». Los rumores apuntan que el show fue grabado de forma completa, pero las cintas estarían perdidas. Argh.

Y sí, Peter era la vedette absoluta de todos y cada uno de los shows de la gira. Su presencia, carisma, voz, gritos, movimientos, muecas, puesta en escena y disfraces, era algo tan enorme que lo dominaba todo. Ello relegaba a los instrumentistas a un absoluto segundo plano, a pesar de que probablemente tenemos aquí algunas de las mejores ejecuciones de la carrera de Banks, Rutherford y Collins al servicio de la banda.

El «ex Genesis» Peter Gabriel

«La impresión que estaba quedando en todos lados era como si fuéramos la banda de soporte de él, algo que se estaba convirtiendo en algo cada vez más inmanejable. Para mí, su salida fue un alivio».

Tony Banks

Antes de la performance que daría la banda en Cleveland en 1974, y pocos días después de la salida del LP, Gabriel avisaría a sus compañeros de su decisión irrenunciable de dejar Genesis para siempre, con el fin de perseguir sus nuevas «ambiciones personales». Esta decisión se mantuvo en estricto secreto durante toda la gira, a cambio de su silencio durante un tiempo después del final del tour programado para junio de 1975, con el fin de darles más tiempo para acomodarse como banda.

Inesperadamente, en agosto de ese mismo año se filtró la noticia a los medios de comunicación. Peter tuvo que salir con prisas a redactar un comunicado para la prensa inglesa, con el fin de explicar sus razones de la salida para evitar malos entendidos. El artículo, titulado «Out, angels, out«, explicaba su desilusión con la industria musical y su deseo de pasar más tiempo con su familia.

Para la prensa, la banda estaba acabada. En tanto, los fans quedaron, tal como dice la canción, con una «tristeza silenciosa en botes vacíos».

Gracias a Dios eso estaría lejos de la verdad, y la banda continuó sin él. Pero esa es otra historia. Varios años más tarde, en 1979, un Peter labrándose una genial carrera solista se juntaría con el mismísimo Alejandro Jodorowsky para llevar el guión del disco a la pantalla grande. Esto jamás se llegó a concretar, y viendo cómo resultó El Topo, quizá haya sido para mejor 😬.

A pesar de que The Lamb Lies Down on Broadway probablemente es el álbum que encapsula a la perfección el estilo de la banda, el “magnum opus” de Genesis, la obra maestra de Peter Gabriel y uno de los hitos indiscutibles del rock progresivo, también es un disco que divide a los fans. Para muchos es un trabajo algo exagerado, difícil de escuchar de una sola vez. Cansino, innecesariamente largo e intrincado, y con una historia que no queda del todo clara.

Posturas a favor y en contra, es innegable que contiene algunos de los mejores momentos de toda la carrera de estos baluartes británicos, y cierra con broche de oro esa primera etapa tan adorada por los fanáticos, de un largo camino que todavía quedaba por recorrer.

La historia solamente se estaba bifurcando y comenzando a escribir de otra forma…